Capítulo # 2
En la clínica.
En el consultorio.
Olivia estaba demasiado sorprendida con la noticia.
—Por lo que veo, no sabía —dijo el médico mirándola.
—No.
—Le pregunté a su hermana y me dijo que tenía sospechas.
—Taisha. ¡Dios mío! La voy a matar —dijo ella indignada.
—Y lo más grave es que su hermana, por no comer bien, tiene anemia. Eso es malo para el embarazo —comunicó mirándola.
—Dios mío —dijo Olivia angustiándose.
—Es mejor que esté tranquila.
—Ok.
—Su hermana, está en la habitación número tres —le informó.
—Gracias.
Olivia fue para la habitación donde estaba Taisha. Cuando abrió la puerta, la consiguió llorando y le dio mucha tristeza verla así.
Taisha estaba sollozando.
—¿Por qué a mí?
—Hermanita —dijo Olivia, llena de tristeza.
—Olivia, me siento sola —dijo desesperada.
—No, Taisha. Estás conmigo y con Chloe —le recordó para tranquilizarla.
—Yo sospechaba, pero no estaba segura —confesó con suavidad.
—¿Por qué no nos dijiste?
—No lo sé —le soltó llorando.
Olivia estaba abrazándola.
—Todo va a estar bien, tienes que decirle a Hans del bebé —le aconsejó.
—No sé —dijo dudosa.
—Ustedes quedaron en buenos términos, quedaron como amigos —le recordó.
—Dame tiempo —le pidió.
—Está bien —dijo abrazándola.
En eso entró Chloe.
—¿Qué pasa?
—Estoy embarazada —le soltó sollozando.
—¡Qué!
—Chloe, no la vayas a regañar —le ordenó su hermana mayor.
—Pero cómo es posible, Taisha, esto es el colmo —dijo ella alterándose.
—Lo siento.
—No la alteres —le pidió Olivia molestándose.
—No me hables —dijo Chloe, dolida.
—Perdón —Taisha llorando con fuerza.
—Tonta —Chloe salió de la habitación con mucha rabia.
—Ya verás qué se le va a pasar —le habló Olivia dulcemente.
Taisha abrazándola con fuerza.
—Ojalá…
Desde ese día todo cambió para Taisha. Chloe no le hablaba, solo tenía el apoyo de Olivia y de sus amigos y de nadie más. Ya que todavía no se animaba a llamar a Hans sobre el embarazo, no quería arruinar sus estudios.
Taisha tenía cuatro meses cuando le informaron por medio de una ecografía, se asombró porque no se le notaba hasta que comenzó a usar ropa materna. Desde ese momento se comenzó a ver una pequeña pancita.
Ella estaba sentada en el sofá pensando si llamaba o no a Hans. Había pasado un mes y no sabía nada de él, Maddie no le había querido contestar las llamadas.
Taisha agarrando el teléfono y marcando hacia Alemania, había logrado conseguir el número de Hans por medio de su amiga Jasmín.
—Qué me agarré.
En eso alguien contestó la llamada.
—Buenas.
—Hans —dijo emocionada.
—Lo siento, Hans se está bañando —le respondió una voz femenina.
—¿Con quién hablo? —le preguntó extrañada.
—Con su novia.
Taisha estaba asombrada.
—¿Su novia?
—Sí —dijo con firmeza.
—Sophia, ¿quién es? —le preguntó Hans saliendo del baño.
Sophia corto la llamada y nerviosa.
—Nadie.
—Pensé que era Taisha, la extraño mucho —le confesó con tristeza.
—Gracias por invitarme a tu casa para hacer el trabajo —le dijo ella agradecida.
—De nada, perdón. Necesitaba bañarme —dijo él apenado.
—Sí, te entiendo —dijo ella sonriendo.
.
.
En Estados Unidos.
Taisha no dejaba de llorar, Chloe entro a su hogar, se extrañó de escuchar un llanto y era su hermana que estaba llorando sin parar en el sofá. Se acercó a ella.
—Taisha, ¿qué te pasa?
—Hans tiene novia —le anunció sollozando con fuerza.
—Ese poco hombre, no llores por él. Nos tienes a nosotras y a ese bebé que llevas en tu vientre —dijo Chloe abrazándola.
—Chloe, te quiero mucho.
—Yo también.
—Sabes si tengo niña la quiero poner Tabata —dijo un poco más calmada.
—Está lindo —dijo animándola.
—Sí, pero si es niño. Mmm no lo sé —le confesó ella.
—Ok, no llores. Yo te voy ayudar en todo —Chloe animándola.
—Gracias.
—Vamos a comer helado —dijo Chloe sonriéndole.
—Sí, vamos —dijo alegre.
Desde ese día Taisha se volvió más fuerte y decidida. Tenía el apoyo de sus hermanas que estaban ayudándola en todo momento y ser una buena mamá para su bebé.
Los meses fueron pasando rápidamente, logrando que Taisha diera a luz a una hermosa niña que le colocó el nombre de Aisha en honor a su nombre y que en cierto modo también le gustaba a Hans. Su hija físicamente tenía de los dos, había heredado el cabello rubio con reflejos rojos, muchas personas creían que era pintado, pero era tan natural que Taisha lo amaba.
Taisha había decidido seguir estudiando y se graduó de enfermera para darle lo mejor a su hija, con esfuerzo y dedicación logro sacar el máximo puntaje y estaba trabajando en una de las clínicas más prestigiosas del país. La clínica Johnson, en esa misma clínica había conocido al médico Chad Harris.
Chad Harris se encontraba enamorado de ella y adoraba a la pequeña como si fuera suya, le decía de cariño “princesa”
Habían pasado cinco años.
.
.
En Alemania.
—Ya me tengo que ir —anunció Hans a Sophia. Necesitaba regresar y saber que había pasado con Taisha.
—Hans, ¿por qué? —dijo Sophia dolida.
—Tengo que volver.
—No has sabido nada de esa chica —le recordó dolida, ella lo amaba y no sabía qué hacer para que la amara con locura.
—Lo sé, Maddie y Jasmín no me han dicho nada de ella y es raro —comentó Hans extrañado por actitud de su hermana y de su prima.
—A lo mejor tiene novio, no se —dijo Sophia seria.
—Pero…
—Hans, dame una oportunidad, por favor —le regó.
—Pero…
—Yo te amo —dijo abrazándolo con desesperación.
—Está bien, pero igual tengo que volver —le dijo él para quitársela de encima.