Mi gran sorpresa

Capítulo # 4

Capítulo # 4

En el parque.

En otro lado.

—¡Ja, ja, ja en serio, Ellis! —dijo Taisha divertida.

—Sí —afirmó Ellis.

—Hey, ¿en dónde se metió Aisha? —comentó ella levantándose.

—Es verdad, no la veo —habló Chloe preocupada.

—La voy a buscar —dijo Taisha.

—Te acompaño —se ofreció Adam.

—Vamos.

Chad acercándose.

—Hola.

—Chad, acompáñame. Es que no encuentro a Aisha —dijo Taisha angustiada.

—Sí, vamos —dijo él.

.

.

En otro lado.

—Oye, nena, tranquila —habló Hans.

—Sí —dijo Maddie tranquilizándola.

—Dime, ¿cómo se llama tu mamá? —le preguntó él.

—Este…

—Hans, pregúntale cómo se llama —intervino Maddie.

—Perdón, ¿cómo te llamas? —le preguntó él de nuevo.

—Me llamo Aisha —le respondió la niña.

—Aisha —repitió él.

—Oye, Aisha, dinos, ¿cómo se llama tu mami? —insistió Maddie.

—Mi mamá se llama —iba a decir cuando…

Taisha estaba gritando.

—¡Aisha! ¡¿En dónde estás?!

—Me llaman —dijo ella emocionada al escuchar la voz de su mamá.

—Debe de ser tu mamá —dijo Hans.

—Sí —afirmó feliz.

Acercándose Taisha con Chad, Hans se encontraba de espalda.

—Aisha, ¿en dónde estabas? —le preguntó Taisha corriendo hacia ella.

Aisha abrazándola.

—Mami.

—Taisha —dijo Maddie impresionada.

—Maddie —dijo ella, atónita.

Hans se volteó y se quedó impresionado al verla.

Hans en su mente.

—Taisha…

Taisha estaba mirándolo.

—Hans.

Aisha mirando a su madre.

—Mami —dijo rompiendo el silencio.

Hans no podía creer lo que había escuchado.

—¿En dónde estabas? —le preguntó ella.

—Me caí.

Taisha estaba asustada.

—¿Estás bien? ¡Dime!

—Está bien, solo fue un raspón —habló Hans.

—Gracias por la ayuda —dijo ella cortante.

—¿Qué pasó? Hermosa —le preguntó Chad.

—Chad —dijo Aisha abrazándolo.

—Aisha ve con Chad, que yo me llevo la bicicleta —dijo su madre.

—Sí, mami —dijo ella.

—Vamos a comprar un helado —le comentó Chad.

—Sí, de chocolate —le pidió la niña alegremente.

—Claro que sí, princesita —dijo el sonriente.

—Gracias por retenerla —habló Taisha mirando a los hermanos.

—No sabía que tenías una hija —soltó Maddie asombrada.

—Sí, es mi hija —dijo ella agarrando la bicicleta.

—Sé parece mucho a ti —dijo Hans.

—Gracias, tengo que irme.

—Espera —dijo él intentando acercarse a ella.

Ella noto su intención y se alejó un poco más.

—Lo siento, tengo que irme. Mi familia me espera —dijo Taisha cortante.

Taisha se fue, dejando a Hans y a Maddie impresionados.

—Estoy perpleja —habló Maddie.

—Yo más —murmuró Hans.

.

.

Taisha estaba completamente nerviosa, no podía creer que Hans estuviera en estados unidos y mucho menos que padre e hija se conocieran de esa forma. No lo podía creer.

Se dirigió con sus hermanas y tenía que irse, tenía que calmarse un poco.

—Me voy —informó.

—¿Por qué, apenas acabo de llegar? —le preguntó Chloe.

—Sí, mami, ¿por qué? —le preguntó Aisha seria.

—Nos vamos y punto —anunció seria.

—Es mejor irnos —dijo Chloe levantándose con ayuda de su esposo, su vientre estaba enorme.

—Sí —afirmó Olivia.

—Pero —habló Aisha triste.

—Luego volvemos —le dijo Adam animándola.

—Está bien —comentó Aisha afligida.

—Chad, ¿me llevas a mi casa? —le preguntó Taisha.

—Sí.

Taisha decidió llevar a su hija entre sus brazos.

—Me puedes llevar la bici —dijo ella mirando al amigo de su madre.

—Sí —dijo Chad.

Taisha y Chad se fueron en silencio. Al llegar, Taisha curo la herida de Aisha y después le dio un baño para que durmiera un poco.

—Estás muy seria —dijo Chad mirando a Taisha.

—No lo voy a estar, si acabó de ver a Hans —soltó ella.

—¿En dónde? —preguntó incrédulo.

—Viste a él hombre que estaba hablando conmigo, él es Hans.

—O sea, conoció a su hija —dijo él asombrado.

—Sí.

—Volvió, ¿ahora qué harás? Él tiene derecho de saber que tiene una hija contigo —le recordó mirándola.

—No lo sé, cuando lo vi cerca de Aisha me sentí insegura —le confesó.

—Pero habla con él.

—No lo sé —dijo dudosa y levantándose del sofá para caminar.

—Es tu oportunidad, a lo mejor te sigue amando.

—No lo creo Chad —dijo insegura de que la amara. Había pasado cinco años desde que se fue.

—Tienes que pensarlo bien, el merece saber de qué tiene una hija y tú no puedes negárselo.

Ella se le quedó mirándolo, en cierto modo él tenía mucha razón. Ella no era nadie para ocultarle a Hans que Aisha era su hija.

Chad estaba celoso en cierto modo de que apareciera Hans de nuevo en la vida de Taisha, pero no podía negar que él no sabía nada de la existencia de su hija y merecía saberlo. Lo mejor era que la rubia pensara con tranquilidad.

—Me tengo que ir —anunció levantándose del sofá y veía el desconcierto de su amiga—. Tienes que pensar las cosas y eso es estando sola. Piensa en el futuro de tu hija y que ambos merecen conocerse.

—Gracias por todo Chad —dijo ella agradecida.

—De nada.

Antes de irse le dio un beso en la frente y salió de la casa.

Taisha se sentía muy confundida, al principio quería de que él apareciera en su vida de nuevo y que conviviera con su hija, pero con los años se resignó a aceptar que no volvería y que solo estaría su hija para ella.

.

.

En el hogar Johnson.

—Todavía estoy que no lo creo —comentó Maddie, tomando un sorbo de agua.

—Yo también.

—Hans esa niña me hizo recordar a alguien, pero no se —dijo dudosa.

—Sé parece mucho a su madre, Taisha es madre, quién lo diría —dijo él encantado.

—Sí. Es hora de dormir —le informó Maddie.

—Yo tengo que irme al hospital —dijo él mirándola.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.