Mi gran sorpresa

Capítulo # 13

Capítulo # 13

En la casa de playa.

—¿Cómo les fue? —le preguntó Lola sonriendo.

—Muy bien —dijo Taisha.

—Es mejor darse un baño —habló Hans mirándola.

—Buena idea, vamos, Aisha —habló ella.

Taisha y Aisha subieron las escaleras. Al llegar, Taisha le quito toda la ropa a Aisha y la metió a bañar. Al rato, salió Aisha y la vistió con una ropa cómoda.

—Tengo sueño —manifestó la niña.

—Descansa un rato —dijo Taisha.

—Sí, mami.

—Qué sueñes, bonito —dijo dándole un beso en la frente y caminando hacia la salida.

—Gracias.

Taisha salió de la habitación y se fue para la de ella, pero se llevó un susto al abrir la puerta y encontrar a Hans casi desnudo.

—Perdón.

Hans colocándose el pantalón.

—Pasa, que fuera la primera vez que me vieras así.

Taisha estaba sonrojada.

—Hans, tengo más de cinco años que no te veía así.

—Tranquila, Taisha. Si me ves desnudo, no te asustes. No hay una parte de mi cuerpo que no conozcas —le dijo y salió de la habitación.

Taisha respirando profundo.

—¡Lo mato!

.

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En el hogar de Jasmín.

—Jasmín, qué bueno que llegaste temprano —habló su esposo.

—Sí, es que Chloe tenía que descansar y Olivia me trajo —le explicó.

—Qué bien, te llego una carta.

—¿Desde cuándo? —le preguntó.

—Desde temprano.

—Qué raro —dijo, abriendo la carta y leyéndola.

—"Querida hija, espero que estés bien, solo quería decirte que, en dos meses. Se va a hacer una gran fiesta familiar, en honor a todos los descendientes". Espero que pronto tenga un hijo o una hija, besos, cuídate.

—Una fiesta, qué bien —dijo el sonriente.

Jasmín estaba triste.

—Esto, me pone mal.

—¿Qué te pasa, amor? —le dijo preocupado.

Jasmín sentándose en sus piernas.

—Es que quiero tener un bebé —dijo haciendo puchero.

—Uno, porque no tenemos cinco —le dijo alegre.

—Cinco, no. Dos.

—Cinco, no hay marcha a tras —dijo divertido. La amaba y no le importaba si no tenía hijos o no.

—Está bien —sonriendo.

—¿Vamos a hacer el primero? —le preguntó, dándole un beso en los labios.

Ella lo miró con amor y le sonrió aceptando su invitación.

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En la casa de playa.

—Ja, ja, ja, siempre con tus cosas Patricia —dijo él.

—Sí, es verdad —habló Patricia divertida.

Taisha bajo las escaleras.

—¿Que hacen? —le preguntó un tanto celosa.

Patricia no era fea y su ex era muy atractivo.

—Aquí contándole chistes —le respondió ella sonriente.

—Que bien.

—¿Y Aisha? —le preguntó él.

—Está durmiendo.

—Que bien.

Taisha sentándose al lado de Hans.

—Estoy cansada.

—¿Te puedo hacer una pregunta? —le preguntó Patricia mirando a Taisha.

—Sí, ¿dime?

—¿Por qué no piensas en darle un hermanito o hermanita a Aisha?

—¡¿Qué?! —soltó perpleja.

—¿Qué, dije algo malo?

—No para nada, no es mala idea. ¿Verdad, mi amor? —habló Hans sonriéndole.

—No. A amor —dijo siguiéndole el juego—. Acuérdate que los dos trabajamos y si nos cuesta criar a Aisha, que será con otro. No podemos.

—Eso es por el momento. Aisha quiere tener un hermanito con quién jugar —dijo alegre.

—Yo no pienso lo mismo —habló seria.

—No vayan a pelear —le pidió Patricia.

—Es que, eso lo que nos hace falta para que nuestro matrimonio este completo —habló Hans.

Taisha estaba molesta.

—No lo creo.

—Vamos a cambiar de tema —dijo notando la atención en la pareja.

—Sí, mejor —afirmó ella.

—La cena esta lista —aviso Lola.

—Vamos —dijo Taisha.

Todos fueron a comer, al rato de comer Taisha salió para el frente. Estaba sentada mirando las estrellas y recordando los momentos que vivió con Hans.

—Hola —dijo Hans.

—No quiero verte —le comunicó furiosa.

—¿Estás molesta? —preguntó inocente.

—Sí y mucho.

—Perdón —dijo él.

—Déjame sola —le pidió.

—Te acuerdas cuando nos escapábamos de nuestras hermanas y nos íbamos de viaje en mi auto y nos perdíamos un día entero —comentó divertido para que se olvidara de su enojo.

—Si me acuerdo —dijo encantada.

—Te acuerdas, cuando nos íbamos a las playas —habló con suavidad.

—Sí, ja, ja, ja —dijo nostálgica.

—Me estaba acordando, cuando sería el día que concebimos Aisha —habló él.

Taisha estaba sonrojada.

—¡Hans!

—¿¡Que!?

—No digas eso —le dijo apenada.

—Cuando me enteré que Aisha era nuestra hija, comencé a recordar la última vez que tuvimos juntos, fue cuando nos fuimos a la cabaña —le comentó.

—Sí. Lo sé, después de eso mi cuerpo comenzó a cambiar y no me di de cuenta —le confesó ella.

—Que novedad —dijo sin asombrarse, conocía lo despistada que era su ex y como le hubiera gustado estar con ella.

—Hans… —dijo avergonzada.

—Si es verdad. Eres muy despistada.

—Lo sé, cuando tuve a Aisha en mis brazos. Comencé a ver la vida diferente —le confesó con un poco de rencor.

—Me lo imagino, ¿no fue difícil tenerla? —dijo con tranquilidad.

—Un poco, luego todo fue tranquilo. Ya que Chad me apoyo bastante —se expresó risueña.

—¿Y tienes mucho tiempo conociendo a Chad? —le preguntó celoso.

—Sí, desde que descubrí que estaba embarazada —respondió y podía ver su molestia.

—¿Cómo supiste? —le preguntó, quería saber todo.

—Es que me desmayé en el trabajo y me llevaron para el hospital, desde ese momento lo supe. Luego tuve un tiempo haciendo un tratamiento, ya que tenía anemia y no era muy bueno para mí embarazo. Lo logre, hasta que nuestra hija se adelantó un mes —dijo con calma—. Aun no entiendo que provocaría el nacimiento prematuro de Aisha porque me cuide bastaste.

—En serio, todo eso fue difícil para ti —dijo sin poderlo creer.

—Demasiado duro diría yo, pero salí adelante con nuestra hija. Claro, con ayuda de mis hermanas —expresó con orgullosa.




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