Mi gran sorpresa

Capítulo # 15

Capítulo # 15

En la casa de playa.

En la habitación.

Taisha terminando de ponerle el pijama.

—Lista para dormir.

—Sí —dijo bostezando—. Tengo mucho sueño.

—Me imagino, desde ayer estás corriendo mucho —le recordó.

Aisha estaba sonriendo.

—Sí.

—Duerme —le dijo, dándole un beso en la frente.

—Buenas noches, princesita —le habló su padre.

—Buenas noches —dijo, quedándose dormida.

Hans y Taisha salieron de la habitación y fueron para la de ellos.

Taisha sentándose en la cama.

—Dime, ¿qué es lo que quieres decirme? —le preguntó seria.

—Sobre lo que pasó a noche —dijo él con tranquilidad.

—Ah… eso —dijo sin darle importancia—. Ya lo hablamos en el paseo y no pienso discutirlo más.

—Lo dices muy tranquila —le habló molesto.

—Hans, los dos tenemos una vida diferente, yo quiero estar tranquila. No quiero tener problemas con nadie, así lo que pasó ayer fue un error, que no se va a volver a repetir —le comentó con rudeza.

—Pero, Taisha tú y yo nos amamos, ¿qué vamos a hacer con nuestros sentimientos? —le insistió desesperado. Tenía que recuperarla.

—Nada. Déjame en paz —habló ella. Le dolía mucho. Él ya tenía a alguien a su lado y no pensaba ser la otra de nadie.

Hans quedó sorprendido. Taisha se metió en el baño, estuvo llorando un rato, hasta que se animó a salir.

Él quedó devastado porque quería estar con ella y no con Sophia, no la amaba y nunca lo haría.

Dos días después, era el cumpleaños de Taisha y de Aisha, las dos estaban durmiendo.

.

.

En la cocina.

—Gracias, Lola —dijo el agradecido.

—De nada, espero que le guste la sorpresa a su esposa —le dijo alegre.

—Le va a encantar —aseguró. Subió las escaleras con cuidado, le llevaba el desayuno a Taisha con ayuda de Patricia, que le abrió la puerta. Entró con cuidado y colocó la comida en un lado para despertar a Taisha—. Cariño, despierta.

—Cinco minutos más —decía dormida.

—Anda, despierta —dijo moviéndola.

—No quiero —dijo quejándose.

Hans, dándole un beso en los labios, Taisha despertó de inmediato.

—Hans —dijo ella asombrada.

—Felicidades en tu día, te traje el desayuno —anunció alegremente.

—Gracias —dijo sonriendo.

—Toma —le dijo él colocándole la comida.

—Se ve delicioso —comentó feliz.

—Es hora que comas, ahora vengo. Tengo que despertar a la otra cumpleañera —informó con una sonrisa.

—Aisha —se iba a levantar.

—Quédate aquí —le ordenó él.

—Pero —dijo ella.

—Es hora que su padre la felicite. Todos los primeros años fuiste tú, ahora es mi turno —la miró él.

—Está bien, creo que es lo correcto —dijo ella con una leve sonrisa.

—Gracias —dijo, se fue para la habitación en donde estaba Aisha, pudo ver que estaba dormida. No podía creer lo que se parecía a los dos tanto de él cómo de Taisha. La miró con ternura y se acercó para despertarla—. Princesita, despierta.

—Cinco minutos más —le dijo adormilada.

Hans estaba riéndose.

—Anda despierta.

—No quiero —habló quejándose.

Hans sonriendo y asombrado.

—No cabe duda que es hija de Taisha —dijo haciéndoles cosquillas en el estómago.

—Ja, ja, ja, papá no —le dijo despertando.

—Despierta cumpleañera —le dijo divertido y le dio un beso en la frente.

—Sí, hoy es mi cumpleaños —expresó mirándolo.

—Sí, cinco años —dijo con ternura.

—Mi mami, también —dijo sonriendo.

—Sí.

Aisha se bajó de la cama.

—Voy a felicitar a mi mamá.

—Vamos los dos —dijo ella agarrándola de la mano.

Hans y Aisha fueron para la habitación.

Taisha estaba disfrutando de su desayuno.

Aisha estaba emocionada.

—¡Felicidades, mamá!

—Gracias mi linda —dijo sonriendo.

—Mami, hoy es nuestro día —habló alegre.

—Sí, primero a desayunar y después los regalos —le comunicó ella.

—Sí.

—Ok a desayunar, vamos a vestirnos —habló Hans.

—Sí, vamos Aisha —dijo ella levantándose.

—Cárgame —le pidió.

—Está bien —dijo cargándola y se llevó a Aisha para la habitación para cambiarla de ropa.

—Mamá, ¿qué vamos hacer hoy? —le preguntó.

—No lo sé, vamos a esperar como se pone el día.

—Ok.

En eso entró Hans a la habitación.

—Es hora de darte mi regalo —anunció él.

Aisha estaba emocionada.

—¿Qué me vas a regalar?

—No sé, si te guste —dijo él dándole una cajita.

Aisha agarrándola.

—¿Qué es?

—Ábrelo —le pidió Taisha.

Aisha lo abrió con cuidado.

—Wow, esta hermoso.

—Está linda la cadena con su nombre —dijo Taisha sonriendo.

—Sí, me pareció que sería un buen regalo para Aisha —dijo al mirarla como sonreía su hija.

—Gracias papá.

—De nada.

—Es hora de que vayas a desayunar, mientras yo me visto —dijo ella dejando de comer y levantándose de la cama.

—Ok —habló Aisha saliendo de la habitación.

—Toma Taisha —dijo Hans.

—Gracias —habló aceptando el regalo—. No tenías que molestarte.

—Espero que te guste.

—Espero que sí —dijo abriéndolo—. Gracias, me hacía falta —al mirar el precioso reloj que le había dado.

—Qué bueno —dijo él sonriendo.

—Nos vemos —dijo ella

—Nos, vemos —retirándose.

Taisha se fue a vestir, luego salió allí. La felicito la señora Lola, después de desayunar se fueron a compraron unas cositas para tener un recuerdo de su viaje por que se iban al otro día para su hogar.

—Papá y mamá, quiero pedirles algo —dijo mirándolos.

—Dinos —habló su madre.

—Vamos a sacarnos una foto los tres juntos —le dijo apenada.

—Claro que sí, ¿verdad Hans? —ella sonriendo.

—Por supuesto.

—Vamos a sacarnos una foto —dijo Taisha alegre.

—Sí —dijo Aisha.

Hans estaba mirando.

—Allí está un señor, que está sacando fotos instantáneas.




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