Capítulo # 17
En la clínica Johnson.
En el pasillo.
Taisha estaba seria.
—¿Qué pasó, Aisha, cuéntame qué te hizo esa mujer? —le preguntó molesta.
—Nada, mamá —mintió.
—Nada —dijo enfadada—. Dímelo de una vez, Aisha. Ya sabes cómo me pongo —le recordó frenética.
Aisha estaba con miedo.
—Es que me dijo que ella se iba a casar con mi papá, y que yo tenía que mudarme con ellos, y luego hoy sin querer me moje la cama, y me llamo tonta —le confesó, comenzando a llorar—. Tú también eres tonta…
Taisha estaba abrazándola.
—Tranquila, no la vas a volver a ver —le aseguró con suavidad.
Hans estaba asombrado de todo lo que había dicho Aisha.
—Lo siento, Hans, pero no quiero verte cerca de Aisha —dijo ella molesta.
—¡Qué! —exclamó perplejo. No podía hacerle eso, él no tenía la culpa de nada.
—Lo que escuchaste —dijo en un tono amenazador.
—Taisha, tranquilízate —dijo él asombrado.
—Hans, no sabe con quién se metió esa mujer —dijo furiosa—. Nadie se mete con mi hija, menos esa estúpida —explotó alterada.
—Taisha, tranquila, tiene que ver una explicación para lo que sucedió —le dijo él.
—No hay escusas, yo le creo más a mi hija que a ella y tú, ¿a quién le crees? —le preguntó molesta.
En eso venía Sophia con Maddie y se acercó a ellos.
—Sophia, necesito hablar contigo seriamente —habló Hans.
—Sophia, ¿cómo es eso que yo soy una tonta? Y explícame algo, cómo es eso que cuando te cases con Hans, mi hija se va a vivir con ustedes —le soltó alterada.
—No sé de qué hablas, qué niña más mentirosa —dijo Sophia con cinismo.
Taisha estaba furiosa.
—Mentirosa, mi hija. No hables sin saber —dijo metiéndole una bofetada.
Sophia estaba asombrada.
—¡¿Qué te pasa?!
—Ahora vas a saber quién es Taisha Collins —dijo, la agarró por el pelo y comenzó a golpearla. Maddie quería ayudarla, pero Taisha la rempujo y a Sophia la tiró al suelo, y le metió bofetadas.
Hans estaba que no lo creía y Aisha estaba apoyando a su madre, pero su padre le cubrió los ojos con sus manos para que no presenciara nada. Sophia solo gritaba, cuando se quería defender, pero Taisha no la dejaba.
Todas las personas que estaban en sus labores fueron corriendo a ver qué pasaba y cuando vieron la escena fueron a quitarle de encima a Taisha, pero no podían con ella, hasta que llego Chad y las separo.
—¡¿Qué es esto?! —le preguntó Chad serio.
—¡No te vuelvas a meter con mi hija, me escuchaste! Vamos Aisha —dijo Taisha.
—Mami, ¿estás bien? —le preguntó preocupada.
—Yo sí, no se ella —le respondió sonriendo.
—Eres una salvaje —habló Sophia toda especulada y con moretones.
—Sí, ¿y qué? —dijo desafiante.
—Ya basta. ¡No les basto con hacer este alboroto! —gritó Hans.
—¡Sabes algo, no te hacerse a mí, y menos a Aisha! ¡Olvídate que es tu hija! —exclamó molesta—. ¡No le haces falta!
—Taisha… —dijo atónito.
—Vamos, Aisha —le dijo su madre.
Chad se llevó a Taisha y Aisha para la casa de Olivia. Veía a su amiga mal y no quería que se alterara más de lo que estaba.
Al llegar a la casa de su hermana, Taisha le conto todo y su hermana Olivia se enfureció a tal punto que estaba a favor de su hermana en todo lo que ella decidiera.
—Taisha, estás muy molesta —dijo notando la rabia en sus ojos.
—Demasiado diría yo —admitió.
—Pero a Hans no le puedes prohibir ver a Aisha, es su hija —le explicó su hermana.
—Sí, es su hija, pero… —comenzando a llorar.
—Taisha, tranquila —dijo con tranquilidad.
—Tengo mucha rabia —le confesó ella. Se sentía muy frustrada porque su hija tuvo que pasar por un mal momento.
—Ya, tranquila.
Chloe estaba llegando.
—Hola —dijo mirando a Taisha—. ¿Qué pasó?
—Chloe —dijo abrazándola.
—¿Qué pasó? —le preguntó preocupada a sus hermanas.
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En la clínica.
—Sophia, dime la verdad. ¿Le dijiste todo eso a Aisha? —preguntó Hans serio.
—¡Claro que no! —exclamó.
—Es mejor darnos un tiempo —le dijo sin creerle nada.
—Pero, Hans yo te amo —insistió ella dolida.
—Sophia tú sabes que yo no te amo, en verdad necesito acercarme a mi hija y yo amo a Taisha —dijo con sinceridad.
—Entiendo, quédate con ellas. ¡No sabes valorar a una buena mujer! —le grito furiosa—. Desde Alemania hice lo posible para separarte de ella y no funciono nada.
Hans estaba atónito a lo que estaba escuchando.
—Entonces, fuiste tú la que le contestó la llamada a Taisha aquella vez.
—¡Si! ¿Y qué? ¡No logre nada! Porque igual sigues enamorado de esa tonta mujer y para colmo tienes una mocosa —dijo con aquella rabia y desprecio.
Él tenía ganas de golpearla, pero no lo hizo. Sencillamente no era un cobarde para levantarle la mano a una mujer.
—Desaparece de mi vista, no te acerque más a nosotros.
—Esto no se quedará así —dijo con odio y salió de la oficina tirando la puerta.
—Está loca —murmuró con asombro y enojado por no ver antes lo que era ella.
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En la casa Smith Collins.
—Eso fue lo que paso —le explicó Taisha.
—Muy bueno Taisha, si mandamos a un matón —le comentó Chloe.
—¡Chloe! —exclamó su hermana mayor.
—¡Qué! Además, sería divertido. Ellis se pondría feliz —dijo ella.
—No creo Chloe. Ellis no es matón —dijo Taisha seria.
—No, los guardaespaldas sí —dijo su hermana.
—Je, je, je —dijo ella nerviosa. Su hermana estaba exagerando.
—Bueno, ¿cómo se portó mi nene? —le preguntó Chloe.
—Bien, de maravilla, ahorita esta con Adam que se lo llevo —respondió Olivia.
—Que bien, así me lo cuida.
—Es hora de irme —anunció Taisha, en eso sintió que las piernas no respondían y se desvaneció.
Olivia y Chloe estaban alarmadas.
—Taisha, ¿qué te pasa? —le preguntaron asustadas y colocándole un olor fuerte para que reaccionara.