Capítulo # 23
En la casa Harris Johnson.
En el comedor.
Alfred estaba mirando a su mujer como estaba a punto de comer.
—¿Te vas a comer eso? —preguntó sorprendido.
Ella lo miró incrédula y le sonrió.
—Sí.
—No te parece que eso no es sano —dijo en un tono suave para que no pensara que estaba regañándola o algo parecido.
—Es en serio, Alfred —dijo ella.
—Jasmín, no te creo —le habló dudoso.
—Pero, si eso es lo que quiero desayunar.
—¿Quieres desayunar un pastel? —le preguntó alarmado.
—Sí —dijo sonriente.
—No. Lo siento, tienes una dieta y hay que cumplirla —le recordó serio.
—No seas así —dijo desesperada.
Sonó el timbre y ella se levantó para abrir la puerta; al hacerlo, se sorprendió al ver a Olivia.
—Hola, pasa.
—Gracias —dijo Olivia.
—¿Y eso que estás por aquí? —le preguntó extrañada.
—Es que quería decirte que tuve que hacer un mantenimiento en la florería y no vamos a trabajar por un buen tiempo —le informó.
—No, pero... Me tocaría irme de vacaciones —dijo alegre.
—Yo tengo que irme. Jasmín me tiene estresado —comentó Alfred sin ánimos.
—Alfred —habló enojada.
—Jasmín, tranquila —aconsejo a su amiga.
—Tengo ganas de visitar a Taisha —dijo mirándola.
—Si quieres, vamos. Ya que Adam tiene a Andrés en la cafetería con Débora —animándola a ella.
—Dame media hora para vestirme e irme contigo —pidió Jasmín.
—Ok, te espero.
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Media hora después.
En la casa Collins.
Taisha terminando de desayunar.
—Creo que no, me cayó mal.
—Mami, estás mejor —dijo Aisha mirándola.
—Sí, un poco.
—Vamos a vestirnos, para llevarte a la clínica —habló Hans preocupado.
—Ok.
Taisha subió las escaleras poco a poco y se fue a vestir, mientras Hans estaba vistiendo a Aisha para llevársela con ellos.
—Papi, ¿me vas a llevar para la clínica? —le preguntó alegre.
—Sí, princesita, porque tu madre se siente mal —le explicó.
—Mi mamá me dijo, que cuando estaba embarazada de mí solo tenía náuseas y mareos —le comentó la niña.
—Sí, lo sé.
—Papi, quiero que te quedes con nosotras —dijo abrazándolo.
—Yo también quiero —dijo él, en eso sonó el timbre—. Déjame abrir la puerta y saber quién vino a visitarnos. Espérame aquí.
—Aquí te espero.
Hans fue abrir la puerta, en eso se abrió la manilla.
—Quien será —dijo esperando de que se abriera.
—¡Hola! —dijo Olivia asombrada—. Hans…
—Hola —dijo él.
—Y eso, ¿qué pasó? —le preguntó preocupada.
—Hola, primito lindo —le dijo Jasmín sonriéndole y lo abrazo cariñosamente.
—Dime algo, ¿le pasó a Taisha? —le volvió a preguntar angustiada.
—No, solo que se ha sentido mal.
—Pero, está bien —dijo su cuñada mirándolo.
—Sí, la voy a llevar con Chad —le comunicó él.
—Haces bien Hans —dijo ella.
Taisha venía bajando las escaleras en compañía de su hija.
—Hermosa —dijo Jasmín sonriendo.
Aisha termino de bajar las escaleras corriendo.
—¡Tía Jasmín!
—¿Por qué no me abrazas? —le preguntó esperando el recibimiento de su niña.
—¿Y si te lastimo? —le preguntó preocupada.
—¿Por qué la vas a lastimar? —dijo Hans extrañado.
—Porque mi tía Jasmín, va a tener un bebé —le respondió con normalidad.
Hans y Taisha estaban asombrados.
—¿Estás embarazada?
—Sí —dijo sonriendo—. Solo tengo un mes.
—Yo casi dos meses —le comentó Taisha.
—Estamos casi iguales —dijo contenta.
—Sí.
—Hans me dijo que te va a llevar al médico. Así que nosotras nos quedamos con Aisha —habló su hermana.
—Sí, porfis —pidió ella.
—Sí, quédate en casa —dijo su madre.
—Adiós —dijo Jasmín llevándoselos a la salida.
—Es mi casa —le recordó Taisha indignada.
—Bye —dijo cerrándole la puerta en la cara.
—Jasmín no cambia —habló su amiga riéndose.
—Es hora de hacer limpieza, está sucia esta casa —comentó ella.
—Tienes razón, Aisha ve a cambiarte —le ordenó su tía.
—Yo no puedo sola —dijo ella.
—Yo te ayudo —se ofreció Jasmín.
—Gracias tía, vamos.
Hans le abrió la puerta del auto a Taisha y miró como ella se subió con cuidado, todavía se sentía mal y no quería preocuparlo.
—¿Estas bien? —preguntó mirándola.
—Si. Aunque debo de acostumbrarme a esto. Hasta que se me pase los síntomas
Hans encendió el auto y la miró.
—Veras que todo pasara rápido.
—Eso es lo que más deseo —dijo con una leve sonrisa.
Él arranco para irse a la clínica y que Chad pudiera atenderla, cuando llegaron él estaba a punto de irse porque se había acabado su turno, pero se había quedado un poco más organizando unas cosas y la atendió.
Chad haciendo un ultrasonido.
—El bebé está bien, se escucha los latinos del corazón normal.
—Estás seguro —le dijo preocupada.
—Claro que sí, cariño.
—Que bien —dijo Hans emocionado. Al escuchar los latidos del bebé, era la primera vez que veía a su hijo tan pequeñito.
—Nace el bebé o la beba para marzo o abril.
—Wow —dijo Hans entusiasmado.
—Parece que no va a nacer en ninguna fecha de nosotros —comentó ella.
—Creo que no —dijo él sonriendo.
—Todo está bien, te voy a poner una medicina, que evitan las ganas de vomitar —comentó Chad.
—Gracias Chad —dijo agradecida.
—Te voy a recetar lo que tienes que tomar al pie de la letra —dijo mirándola y limpiándole el vientre que estaba lleno de gel.
—Ok —dijo ella.
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En la casa Collins.
Olivia había acomodado la casa que era sus padres y que ahora se la habían dejado a Taisha como herencia porque era la única que no tenía un hogar propio, con la condición que todas tuvieran una llave de emergencia.
—Listo —habló Olivia.
—Que bien —dijo Jasmín sonriendo.