Mi gran sorpresa

Capítulo # 30

Capítulo # 30

En la clínica.

Taisha fue llevada a una habitación para que descansara y después llevarle a la bebé recién nacida a la habitación.

Hans salió a darle la noticia de que la bebé había nacido.

—Hans, ya dinos —le dijo Chloe ansiosa y al verlo con una sonrisa en los labios.

—No —dijo sonriendo y mirándolos—. Es una sorpresa —expresó feliz.

—Dime, papi —pidió su hija emocionada.

—Sí, va a ser un secreto —le dijo él mirándola.

—Ok —dijo contenta.

Hans le dijo en el oído, y Aisha solo sonrió emocionada.

—Dime, anda, Aisha —dijo Olivia a su sobrina.

—No —respondió orgullosa.

—Ya pueden pasar —anunció Maddie al reunirse con ellos.

—¡Por fin! —exclamó Chloe.

Todos fueron emocionados al conocer a la bebé. Cuando Hans abrió la puerta, su mujer la tenía en los brazos.

Olivia estaba emocionada.

—Es una nena.

—Está divina —comentó Chloe mirándola con cariño.

La pequeña estaba con un vestido rojo y tenía un cintillo.

—Yo tenía mis sospechas, compré el conjuntito y lo tenía guardado —comentó Maddie.

—Está divino —dijo Taisha fascinada con su hija.

—¿Y cómo se va a llamar? —le preguntó Chloe.

—Taisha —dijo su hermana.

—No, póngale otro nombre —se quejó Olivia.

—Yo tengo el nombre perfecto —habló Aisha emocionada.

Hans y Taisha le preguntaron.

—¿Cuál?

—Hanna.

—Hanna es algo parecido a mi nombre —comentó Hans.

—Hans y Hanna, me gusta Hanna —dijo Taisha.

—Hanna, ¿qué? —preguntó él.

—Porque no le ponen, Dayana —le propuso Chloe.

—Sí, Hanna Dayana Johnson Collins —afirmó Olivia.

—Me encanta —apoyó Maddie.

—No, Aisha no tiene segundo nombre y quiero que sea igual —explicó Taisha—. Será solamente Hanna.

—¿Qué pasó? —le preguntó Chad, llegando y mirándolos.

—Chad, la bebé se va a llamar Hanna —le comunicó Aisha.

—Está muy lindo —dijo él.

—Sí —afirmó Maddie.

Ellis llegó con Cameron en sus brazos.

—Aisha y Hanna son las princesitas de la familia.

—Sí —afirmó su esposa.

—Hanna tiene el castaño como Hans —comentó Olivia, detallándola un poco más.

—Vamos a ver cómo tiene los ojos —dijo Chloe.

—Me imagino, que lo tiene azules —habló Adam.

—Puede ser —dijo Taisha.

—Mami, ¿me la puedes prestar? —le preguntó Aisha.

—Sí, Hans dásela con cuidado —dijo ella emocionada de que su hija sea hermana mayor.

Hans se la quito a Taisha y se la dio con cuidado a Aisha, su hija se encontraba sentada en la cama.

—Es muy chiquita —comentó ella.

—Sí —dijo Taisha mirándolas.

—Está dormida —habló quejándose su hija.

—Cuando son pequeños duermen mucho —explicó su padre.

—Ah… Ok.

—Aisha, entrégame a mi ahijada —le habló Chad.

—Toma —dijo dándosela.

Chad agarrando con cuidado a Hanna.

—Quien va a ser mi pareja para bautizar a Hanna.

—No lo sé —dijo Taisha.

—Yo quiero —habló Maddie.

—Sí, Chad y Maddie —afirmó Taisha.

—Me parece una buena idea —le habló Hans.

—Que bien —dijo Maddie.

—Yo soy la madrina de Bruno —comentó Olivia.

—Yo de Julieta —dijo Chloe.

—Yo soy madrina solo de Andrés —comentó Taisha.

—Sí —dijo Chloe.

—Vámonos Andrés —habló Olivia.

—¿Ya? —le preguntó asombrado su hijo.

—Tenemos que irnos para la casa de abuelito —dijo su padre.

—Abuelito —habló Andes.

—Sí —dijo él.

—Nos vemos, Taisha —dijo dándole un beso en la frente y uno a la bebé.

—Adiós, tía —dijo Aisha.

—Aisha, mañana nos vamos para la playa —habló su tía.

—¡Sí! —dijo emocionada.

—Pero, que vaya Chloe —dijo Taisha.

—Tranquila, yo voy —habló su hermana.

—Así si —dijo Taisha aliviada porque su hermana Chloe era más cuidadosa con su hija y estaría al pendiente de ella.

—Mañana puedo darte de alta, todo depende de cómo te sientas —le comentó Chad.

—Ok.

—Vamos Chloe, vamos a acomodar la habitación de Hanna —dijo Maddie.

—Sí, vamos —habló Chloe.

Chloe y Maddie salieron de la habitación para irse.

—Están locas, todo está listo —comentó Taisha mirando a su esposo.

—Yo me voy —dijo Chad.

Adam y Olivia se fueron con su hijo para la casa de los abuelos, mientras Hanna estaba dormida en la cuna. Aisha estaba hablando con Hans.

—Papi, Hanna. ¿Va a llorar mucho? —le preguntó preocupada de que no la dejara dormir en las noches.

—Puede ser —dijo él.

—Vamos a ver cómo se porta —le habló Taisha.

—Sí, tienes razón. ¿Y Aisha era muy llorona? —pregunto él a su mujer.

—No mucho —respondió su esposa.

—Vamos a ver cómo se porta Hanna —le comentó el sonriendo.

—Papi, tengo hambre —dijo la niña.

—Vamos a comer algo —al mirar como su hija estaba impaciente.

—Vayan —habló Taisha.

Hans y Aisha se fueron para la cafetería de la clínica, mientras que Taisha se había quedado a solas en la habitación.

Taisha mirando a Hanna.

—Vamos a ver cómo te portas —dijo sonriendo. En eso Hanna comenzó a llorar—. ¿Ahora como la agarró? No me puedo levantar —en eso entró alguien a la habitación, asombrada—. ¿Tú?

—Quién más, yo Sophia —le dijo sonriendo y acercándose a la cuna.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó asustada.

—Me enteré que disté a luz y vine a conocer al nuevo bebé —le comentó mirándola—. Es una niña.

—Vete —dijo alterándose.

—Tranquila, eso no te cae bien. Esta linda porque se parece a Hans, ¿por qué no la agarras si está llorando? —le preguntó mirándola y con ganas de agárrala.

—¡Aléjate de ella! —dijo ella frenética.

—Tranquila, no le voy hacer nada malo —le dijo con sinceridad.

—Vete.

Sophia la quería agarrar, pero en eso entró Molly.

—Hola Taisha.

—Hola Molly, ¿me pasas a Hanna? —le preguntó aliviada.

—Claro —dijo agarrándola con cuidado.




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