Capítulo # 34
En la calle.
—¿Qué pasó, amor? —le preguntó Chad.
—¡Mi familia me tiene harta! —exclamó ella.
—Tranquila, eso le puede hacer daño al bebé.
—Quiero vivir contigo —le dijo abrazándolo.
—Tenemos que casarnos —le recordó él.
—Eso puede esperar —dijo sonriendo.
—Está bien, lo que tú digas —dijo alegre.
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En la casa Harris Johnson.
—¿Qué? —le preguntó Alfred.
—Sí, no digas nada —le pidió su hermano Erick.
—Tío por Chad, pero. ¿Quién es la novia? —le preguntó intrigado.
—Débora, la hermana de Adam.
Jasmín acercándose con Julieta en sus brazos.
—Mi sobrina bella —dijo él.
—Toma —habló ella y entregándosela—. Duérmela.
—Pero —dijo dudoso.
—Apiádate de tu cuñada que tiene dos bebés —le dijo haciéndole ojitos.
—Ok.
—¿Y Bruno? —le preguntó su esposo.
—Está dormidito —le respondió ella.
Erick durmiendo a Julieta.
—No se duerme.
—Anda, duérmela, mientras hago algo de comida —pidió ella.
—Déjame, ayúdate —habló su hermano.
Julieta comenzó a llorar.
—No sirvo para ser padre —comentó Erick frustrado.
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En la casa Johnson Collins.
Taisha estaba acostada en el pecho de Hans, mientras Hans le acariciaba el cabello.
—Mi amor, y si nos levantamos.
—No, me quiero quedar así —le dijo él.
—Pero...
—Vamos a aprovechar la mañana para estar juntitos —dijo apretándola a su cuerpo.
Taisha estaba sonriendo.
—Sí, mi amor.
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En la habitación de Aisha.
Aisha se levantó muy tranquila, se lavó los dientes y se cambió de ropa, para salir a desayunar. En eso sintió a Hanna llorando, se metió en la habitación y la agarró con cuidado.
—¿Qué pasó? Hanna, tienes hambre.
Hanna se tranquilizó al escucharla.
—Vamos para qué, papi y mami.
Aisha fue para la habitación de sus papitos muy despacio para que no se le cayera a Hanna, en eso notó que la puerta estaba cerrada y comenzó a llamar a sus papás.
—¡Mami! ¡Papi!
—Es Aisha —dijo ella colocándose la ropa rápido. Al abrir la puerta se llevó una gran sorpresa—. ¡Aisha! ¿Qué haces con Hanna? —preguntó quitándosela.
—Es que estaba llorando —le respondió mirándola.
—No lo vuelvas hacer —le dijo seria.
—No la regañes —le habló su esposo.
—¿Y si se le hubiera caído? —le preguntó Taisha.
—No paso, vamos a desayunar —dijo él.
—Sí, papi —habló su pequeña risueña.
—Ok, voy a darle el pecho a Hanna.
—Ok, te esperamos a la cocina —dijo él.
Mientras Taisha le daba el pecho a la bebé, Hans y Aisha comenzaron hacer el desayuno, y después bajó a desayunar.
—Mami, ¿por qué no vamos para el parque? —le propuso su hija.
—Es una buena idea —dijo sonriéndole.
—Claro que sí —dijo Hans.
—Voy a llamar a las chicas —le comentó ella.
—Sí, hazlo así llamo a Maddie —comentó su esposo.
Taisha llamó a sus hermanas y todas dijeron que sí, la mañana paso rápida todos estaban más que listo para ir al parque.
—Ya, soy lista —contentó Taisha.
—Vámonos —dijo Hans, subió a Aisha en la camioneta y rápidamente subió el portabebés de Hanna para luego ponerla allí—. Vamos, mi amor.
—Sí, ya voy —dijo agarrando la pañalera y se subió en la camioneta.
Querían pasar un día diferente y eso era con su familia.
En el camino estuvieron platicando y bromeando un poco.
Hans sentía que estaba viviendo un sueño porque estaba con la mujer que amaba y con sus hijas.
Cuando llegaron al lugar acordado, observaron que estaban esperándolos sus familias.
Chloe quitándole la bebé a Hans.
—Hola Hanna.
—Bendición tía —dijo Aisha.
—Dios te bendiga —habló dándole un beso.
—Olivia. ¿Y Adam? —le preguntó Taisha extrañada.
Olivia estaba algo triste.
—Es que…
Maddie acercándose con Erick.
—Hola —dijo ella saludando.
—Hola —dijo él.
—¡Tíaaaaaaaaa Maddie! —habló Aisha abrazándola con emoción.
Maddie cargándola.
—Estás hermosa.
—¿Y Adam? Olivia —le volvió a preguntar.
—Se quedo en la casa con su rabia —respondió con tristeza.
—Todavía por lo de Débora —habló su hermana.
—Que lo superé, cuando Taisha quedo embarazada la queríamos matar, pero luego pasa —le recordó Chloe.
—Que linda Chloe —dijo Taisha molesta.
—Sí, ya —dijo Chloe sacándole la lengua.
—Lo mismo le dije, esta que no le cree —comentó suspirando y preocupada por su marido.
—Chad va a responder, igualito es su hijo —comentó Erick con normalidad.
Olivia estaba asombrada.
—¿Es Chad?
—Sí, ¿no lo sabias? —les preguntó mirándola.
—No.
—Yo pensaba —dijo él apenado.
—No.
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En la casa Harris.
—Mi amor, todo está listo —anunció Chad.
—Me alegro, ahora vamos a hacer una familia —afirmó Débora.
—Claro que sí mi amor, ya hablamos con tus padres. Ahora falta hablar con Adam —le comentó él.
—Ni me lo nombres, estoy molesta con él —cruzando los brazos.
—No te pongas brava, eso le puede caer mal al bebé —le pidió mirándola.
—Está bien.
Chad sabía lo mucho que se querían los hermanos y lo que menos deseaba era que su mujer y Adam se llevaran mal por su culpa.
En el fondo de su corazón quería que todo se solucionara entre ellos.
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En la casa de los padres de Adam.
En la sala.
—¿Es Chad? —preguntó Adam.
—Sí, hijo —afirmó su padre.
—Pero. ¿Cuándo?, ¿dónde? —le preguntó intrigado. Nunca los había visto juntos en ninguna parte y cómo era posible que estarían por tener un bebé dentro de pocos meses.
—Yo, ¿qué voy a saber? Lo importante es que ya están pensando en la fecha y se van a casar lo más rápido posible —dijo su madre.
—Sí, es verdad, hijo —habló su padre.