Capítulo# 40
En la casa Johnson Collins.
—Papi, vamos a jugar —le dijo Aisha.
—Dentro de un rato —le informó él.
—Ya tengo que irme —anunció Hilary.
—Ok, mañana nos vemos, Hilary.
—Ok, mañana a las siete —dijo ella.
—Ok, adiós.
Hilary se fue para su casa. Las horas pasaron; Hans jugó un poco con Aisha, la ayudó con la tarea, para después contarle un cuento hasta dejarla dormida. Hanna lloró un poco, pero Hans le dio un medicamento y se le calmó el dolor hasta dormirse de nuevo. Las horas pasaron y a Taisha le faltaba poco para salir.
—Taisha.
—¿Dime? —le preguntó ella.
—Taisha, porfa, cúbreme. Es que tengo que irme de emergencia —pidió.
—Ok, te cubro.
—Gracias.
—Adiós —dijo Taisha sacando su celular del bolsillo, marcó al celular de Hans.
—Aló.
—Me voy a quedar en otro turno, dile a Hilary que lleve a Aisha a la primaria, adiós —dijo Taisha cortando.
—Sigue molesta —comentó; se terminó de vestir para irse a la clínica.
Al rato llegó Hilary.
—Hilary, mi esposa, se va a quedar en la clínica haciendo otra guardia. Tienes que llevar a Aisha a la primaria y tienes que limpiarle bien la herida a Hanna —le informó.
—Ok.
Hans se fue para la clínica; al llegar, no veía a Taisha por ningún lado, así que se metió directo para su oficina a ver a los pacientes.
—Doctor Hans, el niño Zack está aquí.
—Hazlo pasar —dijo él.
—Ok, pase, señora.
—Hola, Zack —le dijo Hans observando al niño.
—Hola —habló el niño.
—Hola, doctor Hans, Zack está mejorando —dijo su madre orgullosa.
—Qué bueno, lo voy a revisar y, dependiendo de cómo lo vea, le colocaré otro medicamento —le comentó él.
—Ok.
.
.
En los pasillos.
—Taisha.
—Hola, San —dijo ella sonriéndole.
—¿Y eso qué estás aquí? —le preguntó.
—Estoy cubriendo a Lina —le informó.
—No sabía.
—Sí, estoy cansada —le dijo quejándose.
—Me imagino —le habló San.
—Creo que no aguantaré hasta las dos —le dijo Taisha soñolienta.
—Pero ve a dormir un rato, yo te cubro —le dijo sonriendo.
—Ok, gracias.
Taisha se fue a dormir un rato; estaba demasiado cansada.
.
.
En la casa Johnson Collins.
Aisha entró corriendo a la cocina.
—¡Buenos días, mami!
—Hola, buenos días, tu mami no va a venir hoy, porque está haciendo guardia —le informó Hilary.
Aisha estaba triste.
—Ok.
—Tu padre preparó el desayuno; come para llevarte a la primaria —le dijo su niñera.
—Ok —dijo caminando hacia las escaleras.
—Pobre, se ve que está acostumbrada a estar con su papi o su mami —dijo un tanto triste.
Hanna comenzó a llorar.
—Hanna —dijo ella, salió corriendo a donde estaba ella y la cargó con cuido, comenzó a curarla y ponerle una gasa nueva; más tarde la vistió.
—Ya estoy lista —anunció Aisha.
—Desayuna para llevarte —le dijo alegre.
—Ok.
.
.
En la clínica.
—Buenos días, ¿cómo amaneciste, Olivia? —le preguntó Hans entrando a la habitación.
—Mejor —le dijo sonriéndole.
—Sí, ya está mejor, durmió muy tranquila —dijo Adam.
—Qué bueno, me alegro. Una pregunta, ¿no han visto a Taisha? —le preguntó mirándolos.
—Sí, Taisha estuvo conmigo un rato y luego se fue a descansar, la vi muy cansada —le comentó su cuñada.
—Ok, gracias, voy a buscarla —dijo él. Salió de la habitación a buscarla, pero no la conseguía en ninguna parte; ya se estaba preocupando.
—Doctor Hans —le dijo Molly.
—Hola, Molly, ¿no has visto a Taisha? —le preguntó impaciente.
—Sí, está dormida en el piso número # 3 —le informó.
—Gracias —dijo alegre.
—De nada —alejándose.
Hans se fue para la planta de arriba; al entrar, se consiguió a Taisha dormida. Se acercó lentamente y se colocó de rodilla un poco para despertarla.
—Taisha —llamándola con mucha dulzura.
Taisha abrió los ojos lentamente.
—¿Qué pasa?
—Despierta, dormilona.
Taisha estaba bostezando.
—Sí eres tú.
—Mmm. ¿Quién más podía ser? —le preguntó celoso.
—No lo sé —dijo molestándolo.
—Te estaba buscando, ¿para qué comiéramos algo? —le preguntó mirándola.
—Ya comí, no tengo hambre —le respondió molesta.
—¿Todavía sigues molesta? —preguntó incrédulo.
—Sí, ¿y qué? —le preguntó con desafío.
—Perdóname la vida.
—No comiences, Hans Johnson, eh, mira que no estoy de humor —le habló con rudeza.
—¿Qué me vas a hacer?
Taisha levantándose de la cama.
—Adiós.
Hans agarrándola del brazo.
—Perdón por lo de ayer.
—Tranquilo, ya pasó —le dijo seria.
—Cuando me dices eso, me tengo que preocupar más —dijo angustiado.
—Preocúpate, entonces —dijo con una sonrisa en los labios.
—Tendré que hacer algo.
Las horas pasaron; Taisha se había ido a descansar igual que Hans. Al llegar, Taisha se dio un baño, se acostó a dormir, mientras que Hans se había ido a ver a las niñas y se consiguió a Aisha jugando con Hilary y a Hanna durmiendo.
.
.
En la casa de Chloe y Ellis.
—Estoy cansada, ya Olivia está mejor —le dijo Chloe agotada.
—Me alegro por mi cuñada —dijo su esposo.
—Sí, estoy muerta, me duele todo. Me acuesto un rato —anunció acercándose a la cama.
—¿Chloe y Cameron? —le preguntó.
—Se lo llevó tu papá, no sé para dónde —le informó.
—Yo tengo que viajar —anunció él.
—¿Y eso? —le preguntó extrañada.
—Algo inesperado.
—Qué mal —dijo acostándose en la cama.
—Date un baño primero y luego te duermes más tranquila —le dijo sonriendo.
—Ok, eso haré —dijo levantándose de la cama.
.
.
Horas después.
En la casa Johnson Collins.
—Vamos, Aisha, es hora de bañarte —dijo su padre.
—Está bien, papá.