Mi gran sorpresa

Capítulo # 41

Capítulo # 41

Años atrás.

—Taisha, ¿estás segura de irte, así como así? —preguntó Olivia.

—Sí, Olivia, es que quedamos en vernos allá —le comunicó Taisha.

—Ok, ve con cuidado —le pidió.

Taisha se fue corriendo para el parque; al llegar estaba solo; en eso escuchó unos ruidos.

—¿Alguien está ahí? —preguntó asustada.

—Hola —dijo él sonriéndole—. Me acabo de perder, es que soy nuevo por aquí —confesó apenado.

—Hola, ¿estás perdido?

—Sí, soy Hans Johnson.

—Mucho gusto, soy Taisha Collins.

—Mucho gusto, Taisha, es que la verdad, es la primera vez que vengo por aquí —le dijo apenado.

—¡Ah…! Ok. Yo siempre vengo, pero estoy esperando a un amigo, pero veo que me dejó plantada —le comentó algo triste.

—No, te pongas así. No me gusta ver a una mujer triste.

Taisha estaba apenada.

—No digas esas cosas.

—Perdón —le dijo riéndose.

—¡Ja, ja, ja, tranquilo!

—Fue un gusto, Taisha.

—Adiós, Hans.

Taisha observó cómo el castaño se iba alejando de ella.

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Actualidad.

—Así conocí a tu padre —le dijo enamorada.

—¡Qué lindo! —exclamó emocionada.

—Aquí está la comida —dijo él llegando.

—Gracias —dijo ella agarrando el jugo.

—Te traje la comida para que comas de una vez —le comunicó mirándola con seriedad.

—Gracias.

—Mami, cuéntame, ¿cómo se siguieron viendo? —le preguntó curiosa.

—Bueno.

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Años atrás.

En la calle.

—Ya tengo que irme, Molly —dijo Taisha.

—Adiós, Taisha —habló Molly.

Taisha iba caminando por el parque, hasta que chocó con alguien.

—Mil disculpas.

Taisha estaba levantándose.

—No se preocupe.

—¿Tú?

—Hola, Hans.

—Hola, ¿cómo estás? —le preguntó sonriendo.

—Hace rato bien, horita más o menos —dijo sobándose las nalgas.

—Perdón de verdad.

—¿Y eso qué haces por aquí?

—Es que me gustó el parque y además quería verte de nuevo —le confesó sonriendo.

Taisha estaba sonrojada.

—¡Ah!... No me digas esas cosas.

—Perdón, eres muy linda —le dijo coqueto.

—¿Cómo que mejor, nos vemos? —dijo Taisha nerviosa.

—Espera —dijo agarrándola del brazo—. Perdón.

Olivia acercándose.

—Taisha —habló su hermana.

—Olivia.

—¿Es tu amigo, Taisha? —le preguntó.

—Más o menos él es Hans.

—Mucho gusto, Hans Johnson.

Jasmín acercándose a ellos.

—Taisha, por fin te alcancé —le dijo su amiga.

—Vamos para la casa —dijo Taisha.

—Hans —dijo ella asombrada.

—Hola, Jasmín —dijo saludándola.

Taisha y Olivia estaban mirándose.

—¿Se conocen?

—Es mi prima —respondió él.

—Qué chiquito el mundo —dijo Olivia atónita.

—Sí —afirmó Jasmín.

—Vamos para la casa y comemos galletas —dijo Olivia.

—Ok, vamos —dijo su hermana.

Al llegar, Hans comenzó a hablar con Olivia de todo; pasaron un rato agradable.

—Tengo que irme —anunció Hans levantándose del sofá.

—¿Por qué te vas? —le preguntó Olivia.

—Es que ya es tarde y me imagino que tu papá debe de llegar en cualquier momento —comentó apenado.

—Hans, es que… —dijo Olivia.

Taisha algo triste.

—No te preocupes, eso no va a pasar.

—¿Por qué lo dices? Dije. ¿Algo malo? —preguntó preocupado.

—No, Hans, nosotras no tenemos padres —explicó Taisha.

—Lo siento mucho, yo tampoco tengo madre —comentó triste.

—Lo siento.

—No te preocupes —dijo sonriendo.

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Actualidad.

—Eso pasó —dijo Taisha.

—Pero falta la mejor parte —le habló Hans sonriendo.

—¿Cuál, dime, papi? —le preguntó encantada.

—Cuando Taisha y yo nos hicimos novios —dijo él.

Taisha estaba tosiendo.

—Eso no.

—¿Por qué? —le preguntó.

—Porque no —dijo ella apenada.

—Ok.

Aisha recostada en el pecho de Hans.

—Tengo sueño —le dijo tallándose los ojitos.

Hans cargándola.

—Creo que es hora de dormir.

—Sí, vamos.

Hans acostó a Aisha en su habitación y de una vez pasó a ver a Hanna. Sonrió al verla dormir; a pesar de que tenía solo seis meses, ya tenía sus mañas. Salió de la habitación y se fue de nuevo para la sala.

—Yo también, me voy a acostar un rato —anunció ella.

—No quieres seguir recordando momentos —habló él.

—Mmm, no sé.

—¿Te acuerdas de nuestra primera cita? —preguntó sonriendo.

—Cómo olvidarla —le dijo ella suspirando.

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Años atrás.

—Hans, ¿estás seguro? —le preguntó Taisha.

—Sí, te va a gustar mucho, vas a ver —dijo él.

—Que conste.

Hans y Taisha estuvieron caminando hasta llegar a un lago hermoso.

—Wow, está muy lindo —le dijo ella.

—Sabía que te iba a gustar —le habló Hans.

—No puedo creer que ya tengamos dos semanas de novios —dijo abrazándolo.

Hans estaba abrazándola.

—Sí, te amo tanto, Taisha, eres lo mejor que me ha pasado.

Taisha estaba sonriendo.

—Tú también eres lo mejor que me ha pasado, Hans.

Hans dándole un beso tierno, pero apasionado.

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Actualidad.

—No lo puedo negar, fue la mejor cita que tuvimos —le dijo feliz.

Hans estaba sonriendo.

—Digo lo mismo.

—¿Te acuerdas cuando me tuvieron que enyesar el brazo? —le comentó, mirándolo.

—Fue un susto horrible.

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Años atrás.

—Hans, ¿por qué no vamos para la casa? —preguntó ella.

—Sí, ya nos vamos, no sé qué le pasó a la moto que se apagó de golpe —le comentó Hans.

—Es raro, ya es tarde, Hans, creo que son como las siete y si seguimos así, no vamos a llegar y estamos lejos —comentó nerviosa.

—Lo sé, amor, es que igual es raro. La llevé a mantenimiento hace dos días —dijo. En eso la moto comenzó a funcionar.

—Por fin, nos vamos.

—Sí, súbete.

—Sí —dijo subiéndose.




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