Mi gran sorpresa

Capítulo # 49

Capítulo # 49

Unos años después.

En la casa Harris Johnson.

Estaban todos reunidos festejando los cinco años de vida de la pequeña Melody.

—No lo puedo creer, cómo pasa el tiempo —comentó Maddie asombrada.

—Sí, ya Melody tiene cinco años —comentó Taisha.

—Sí, ya Chiara va para seis años —dijo Chad.

—Sí, Hanna tiene seis y Aisha tiene doce años —comentó Hans, orgulloso.

—Ya, Aisha es toda una señorita —dijo Chloe.

—Sí, ya Cameron tiene siete años y Andrés nueve —comentó Olivia.

—Y Odette también tiene cinco años —les recordó Adam.

—Julie y Bruno ya tienen seis años —dijo Alfred, orgulloso.

—Están enormes los niños —comentó Jasmín sonriendo.

—Demasiado diría yo —dijo Erick.

—Parece mentira que los niños estén así de grandes —afirmó Débora sonriendo.

—Sí —afirmó Ellis.

Taisha mirando que Hanna estaba a punto de empujar a Melody.

—Hanna, ven acá —le dijo seria.

—Sí, mami —dijo sonriendo.

—¿Qué le ibas a hacer a Melody? —preguntó curiosa.

—Nada —le mintió.

—Hanna, ¿quieres comer? —le ofreció su tía.

—No, tía —dijo mirando Maddie.

—Tía Maddie, yo sí tengo hambre —comunicó Julieta.

—Vamos —dijo agarrándola de la mano.

Melody fue con Hans y se le sentó en las piernas.

—Tío, Hans, ¿qué me vas a regalar?

—Una muñeca hermosa como tú —contestó alegre.

Melody estaba emocionada.

—¿En serio, tío?

—Claro que sí.

—Princesa, ¿te gustó el regalo que te trajo papá de Francia? —preguntó Erick contento.

—Claro que sí, papi —dijo ella.

—Bruno, ven. No corras —dijo Jasmín regañándolo.

—Es que…

—No lo hagas —le dijo seria.

—Déjalo, es un niño —habló su esposo.

—No, siéntate —dijo con autoridad.

—Jasmín, ¿no crees que lo sobreproteges mucho? —comentó Taisha con suavidad.

—No creo —afirmó ella cruzando los brazos.

—Déjala, Taisha —le dijo Alfred, serio.

—Cameron, ¿en dónde te vea? —Chloe seria.

—Sí, mami.

—Papi —dijo Odette sentándose en las piernas de Adam.

—¿Qué pasó? ¡Mi linda!

—Nada —dijo abrazándolo con fuerza.

—Vaya, niña, le gusta estar abrazada de su padre —comentó Olivia, divertida.

—Ellos a cierta edad se enamoran de sus padres —comentó Taisha.

—Sí lo sé, Andrés más bien se enamoró de ti —le recordó riéndose.

—Ja, ja.

—Qué diferencia entre Odette y Andrés —dijo ella sonriendo.

—Sí, Odette es más tranquila y Andrés es muy inquieto.

—Igual con Aisha y Hanna; Aisha es más tranquila ahora y la terrible es Hanna.

—Pero hace caso y viene, eso es bueno —se une a la plática Hans.

Maddie trayendo la comida.

—Vengan a comer, niños.

Todos se fueron a donde estaba Maddie, mientras Aisha estaba aislada.

Taisha caminó hasta su hija.

—¿Qué pasó? ¿Estás aburrida?

—Sí, mami, nada me divierte —le dijo suspirando.

—Es lógico, ya no eres una niña.

—Me quiero ir a la casa —le pidió.

Taisha respirando profundo.

—Ok, voy a decirle a tu padre —dijo. Se dirigió hasta Hans y le contó lo que estaba pasando.

—Ok, Maddie, Taisha, y ya nos vamos.

—Pero, ¿por qué? —preguntó Maddie.

—Ya es tarde —le mintió.

—Sí, apenas son las diez —comentó Chloe seria.

—Sí, pero…

—Quédense un poco más —le pidió Erick.

—No podemos —dijo Taisha.

—No, ¿pero por qué? —le preguntó Hanna con ganas de llorar.

—Vámonos ya, Hanna —le dijo su padre.

Hanna haciendo berrinche.

—¡No quiero! —exclamó comenzando a gritar.

Taisha agarrándola por el brazo.

—Basta, Hanna, deja el berrinche —le dijo; Hanna solo la miraba—. Nos vamos y punto.

—Está bien, mañana hablamos, Hans —dijo su hermana seria.

—Ok.

—Vamos, Aisha —dijo su madre.

—Dios —comentó Aisha alejándose con Taisha.

La familia Johnson Collins se fue.

—Algo pasa aquí —comentó Chloe.

—Lo mismo pienso —dijo su hermana Olivia.

.

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En el auto.

Hans estaba manejando.

—Hanna, que sea la primera y última vez que haces algo así —le dijo molesto.

Hanna estaba llorando.

—Sí, papá.

Taisha estaba seria, mientras Aisha se estaba quedando dormida.

Hans mirando por la ventana.

—Parece que Aisha está muy cansada.

—Sí, ahora que recuerdo, ella estaba haciendo un trabajo muy largo, y no ha descansado casi nada —comentó su esposa.

—Invento que estaba aburrida y en realidad solo tiene sueño —dijo él.

—Sí, debe de ser eso.

Hanna se quedó dormida.

—Las dos que cayeron rendidas —comentó Taisha sonriendo.

—Sí.

Al llegar a casa, Hans llevó a Aisha y Taisha a Hanna.

Taisha y Hans estaban en su habitación.

Taisha colocándose el pijama.

—Melody está hermosa, se parece mucho a Maddie.

—Sí —dijo él poniéndose el pijama.

Taisha acostándose en la cama.

—Creo que mejor me duermo.

Hans agarrándola por la cintura.

—¿Por qué no aprovechamos que las niñas duermen y hacemos cositas?

Taisha estaba mirándolo.

—No parece mala idea.

Hans colocándose encima de ella.

—A la acción —dijo besándola con mucha pasión.

Hans y Taisha estaban disfrutando la noche como nunca.

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En el aeropuerto

—Por fin llegué a Estados Unidos, te voy a encontrar, Hans Johnson —dijo una mujer sonriendo.

Las horas pasaron hasta amanecer.

.

.

En la casa Johnson Collins.

Taisha amaneció en el pecho de Hans.

—Mmm —murmuró abriendo los ojos—. ¿Qué hora es? —preguntó mirando el reloj—. —Ya son las nueve de la mañana —comentó levantándose a toda prisa, Hans moviéndose un poco, mirándolo—. Estás de perezoso.

Hans abriendo los ojos lentamente.

—Ven, mi amor —dijo agarrándola por la cintura—. Vamos a dormir.

—Déjame, Hans, tengo que hacer el desayuno —le comunicó, intentando separarse de él.




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