Mi gran sorpresa

Capítulo # 58

Capítulo # 58

En la casa Johnson Collins.

—Chicas, noticias de última hora —le dijo Chloe mirando a sus hermanas.

—¿Qué? —le preguntó Olivia mirándola.

—Van a ser tías, estoy embarazada de nuevo.

Taisha y Olivia estaban perplejas.

—¿¡Qué!?

—Sí, tengo casi dos meses —le comentó feliz.

—Estamos en octubre —le dijo Taisha.

—Sí —dijo Chloe.

—Nace para mayo —habló Olivia.

—Sí, vamos a ver qué es —dijo Chloe contenta.

Taisha, mirándola seria.

—¿Lo planearon o no?

—Bueno, sí —le dijo ella.

—Me alegro mucho por ti y Ellis —comentó feliz.

—Sí, felicidades —le dijo Hans llegando con Maddie.

—Otro miembro en la familia Collins —comentó Maddie sonriendo.

—Espero que sea una niña —le dijo Jasmín atrás de sus primos.

—Eso es lo que deseamos los dos —le dijo sonriendo.

—Qué lindo, ya quiero que nazca —comentó Jasmín emocionada.

—Porque no tenemos un bebé —le dijo Alfred mirando a su esposa que había traído las bebidas.

—No, mijo, sí, tengo tres, no. Además, eres demasiado apasionado —le dijo Jasmín sonriéndole.

—Ja, ja, ja, está buena —dijo Chad soltando una carcajada.

Alfred estaba apenado.

—Jasmín.

—No me digas así —dijo molesta.

—Comenzó la pelea —dijo Hans riéndose.

Todos estaban riéndose.

—¡Ja, ja, ja!

—Yo creo que todos nos pondremos algo celosos —comentó Erick.

—¿Por qué? —le preguntó Taisha extrañada.

—Es que todos tuvimos a nuestros hijos seguidos y no los disfrutamos como tíos —comentó él.

—Es verdad, bueno, aunque Taisha disfrutó más a Andrés que a Odette —comentó Olivia.

—Sí, tienes razón, Erick. Así que Jasmín y Taisha van a trabajar duro —dijo Maddie sonriéndoles.

—Aja —comentó Taisha.

—Hay que pensar en diciembre —comentó Débora.

—Sí, tienes razón —le dijo Taisha.

—¿Y cuándo se mudan? —preguntó Adam mirando a su cuñado.

—Mañana —le informó Chad.

—Qué bien.

—Felicidades —dijo Taisha sonriéndoles.

—Gracias —habló ella.

—Vamos a seguir con la plática —anunció Hans.

Todos sonriéndoles.

—Sí.

Las horas pasaron, todos se fueron para sus casas, era algo tarde.

Taisha se acostó en la cama.

—Buenas noches.

Hans mirándola.

—Buenas noches… Taisha.

—Dime rápido, tengo sueño —le dijo girándose.

—¿Me puedes decir qué pasa? —le preguntó, molestándose.

—¿Qué pasa de qué? —le preguntó sin mirarlo.

—Desde que nos reconciliamos no has querido estar conmigo —le dijo dolido.

—He estado muy cansada; por no hacer el amor no significa que no te ame —dijo girándose y dándole un beso en la mejilla.

Hans le agarró el rostro.

—Te amo, no entiendo tu rechazo.

Taisha mirándolo a los ojos.

—Perdón —dijo quitándole la mano de su rostro—. Ya es tarde.

Hans estaba tan molesto que tenía ganas de llorar; se levantó y se fue para la sala. Mientras Taisha comenzó a llorar como una niña hasta quedarse dormida.

Había amanecido. Taisha preparó el desayuno; Hans se había bañado, se había ido para la clínica sin decir nada a Taisha.

—Buenos días, mami —dijo Aisha feliz.

Taisha estaba ida.

—¡Buenos días! —Hanna gritó.

—Buenos días —dijo Taisha asustándose.

—¿Te pasa algo? —preguntó Aisha preocupada.

—No, desayunen para llevarla a la escuela —le dijo con rapidez.

Aisha y Hanna estaban extrañadas por la actitud de su madre.

—Ok.

.

.

En la clínica.

Hans estaba de mal humor últimamente; Taisha estaba muy rara. ¿Sería que ya no lo amaba? En eso sonó el celular.

—Bueno.

—Voy a llegar tarde a la clínica, nos vemos —le dijo Taisha, corto.

Hans estaba asombrado.

—Taisha….

Taisha fue para la clínica a hacerse otros análisis.

—¿Taisha? —dijo Alan extrañado.

—Hola, Alan, vine a hacerme unos análisis que me faltaban —le comentó ella.

—Ok, ven, vamos a ver cómo va tu matriz —le dijo él.

—No eran cuatro semanas —le dijo ella mirándolo.

—Solo vamos a ver —insistió.

—Ok.

Alan se llevó a Taisha y le hizo el examen; estaba sonriendo.

—Como me lo imaginé.

—¿Qué dime? —le preguntó sin entender.

—Estás lista para salir embarazada; el tratamiento y las vitaminas hicieron su efecto más rápido de lo que pensé. Te pondré otro medicamento para que la fecundación sea más rápida, pero eso sí, tienes que estar muchas veces; ya conoces el proceso —le dijo risueño; sabía que en menos de cuatro semanas ella estaría lista para concebir.

Taisha sonrió apenada.

—Sí, lo sé.

—En noviembre vienes, para hacerte una prueba de embarazo —le dijo mirándola.

—Ok, gracias.

—Estás muy feliz —dijo mirando la cara de felicidad de ella.

—No, te imaginas lo feliz que estoy —le dijo radiante.

—Felicidades.

—Gracias —dijo ella, y se fue para la clínica. Al llegar quería ir con Hans a contarle todo. Pero no pudo, ya que tenía que hacer unas diligencias; pasaron las horas hasta que por fin lo pudo ver. ¡Mi amor! —gritó de felicidad.

Hans mirándola.

—No grites así, Taisha, estamos en un hospital —le dijo serio.

—Lo siento, quería decirte algo importante —le dijo seria.

—Ahora no, estoy demasiado ocupado.

—Hablaremos en la casa —comentó dolida.

—No me esperes, voy a estar haciendo un trabajo muy importante —le mintió.

—Ok, entonces adiós —dijo alejándose.

—Adiós —dijo dándole la espalda.

Taisha se fue a cambiarse, tenía mucha rabia.

—¿Taisha, estás bien? —le preguntó Molly.

—Sí, me voy —dijo cerrando la puerta; en eso no se percató de que venía un enfermero corriendo hacia ella y logrando chocar con ella, dándole justo en la cabeza.

—¡Taisha! —dijo Molly asustada.

—Lo siento, no la vi —comentó el hombre apenado.




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