Capitulo 5

Capítulo 5

NARRA MARCOS

Esta mañana al levantarnos, empezamos el día con el pie izquierdo, las tostadas se nos quemaron, nos llovió justo cuando desayunábamos en el jardín y para variar teníamos que ir a entrenar cuando lo único que queríamos era estar encerrados en casa, pero no podíamos, así que después de alistarnos emprendimos el camino a la casa de Sara, su tía ha decidido quedarse un poco más por lo del entrenamiento, por lo de las clases ahora mismo no nos preocupamos, porque África nos da algunos ratos libres y podemos hacer la tarea y enviarla a través de nuestros amigos junto a unos justificante que nos han firmado.

Entramos por la puerta cuando se me va el color de la cara, su padre esta frente a mí con los brazos cruzados en el pecho, el rostro contraído por la rabia, y bien que lo entiendo, de verdad que sí, pero el también debería de ponerse en mi lugar... ¿No?

-Hola, señor- dije intentando de sonar seguro. Aunque la verdad no tengo muy claro que eso fuera así.

-A TI TE QUERIA VER YO...TE DOY VENTAJA TIENES TRES SEGUNDOS PARA CORRER SI NO QUIERES QUE TE MATE ¡¡AHORA!!!- gruñe fuerte.

Y sea por lo que sea, no me moví de ahí, seguía siendo el mate de su hija lo quisiera o no, era beta, por lo consiguiente era más fuerte que él, y también lo considere un reto para saber si era merecedor de su hija, así que aquí me quede mientras me miraba con desafío lo miraba desde su misma altura igual o más desafiante que él.

-Deja al chico- intervino la madre- Christian, deja al chico de una buena vez, sabes que no le puedes hacer nada, que por el vínculo dañaría a tu hija también, así que no seas tonto y deja que vaya a entrenar.

Él solo gruño en respuesta, pero se fue.

El resto del día lo pasamos peleando, y cuando llegamos a casa nos caímos rendidos en un santiamén.

***

Y así pasaron los días y las semanas, ahora estoy en el balcón admirando la luna llena, falta poco para que tengamos que unir a las manadas y para que llegue nuestro celo, para esa semana la vamos a pasar totalmente separados, porque Sara aun no cumple los 16 y no queremos tener cachorros tan pronto y con un revuelo tan próximo.

Escucho como se levanta de la cama y se acerca a mí, me doy la vuelta para quedar frente a ella y a ese cuerpo perfecto que me trae loco con su larga cabellera negra y rizada, con esos ojos verdes y esos labios tan besables, los pómulos sonrojados y las pestañas frondosas hacen del suyo un rostro único y exclusivo para mí.

-Escapémonos- dice con un susurro que lleva demasiado implícito, tanto que me pone los vellos de punta- vámonos lejos de aquí los días que nos quedan para disfrutar antes de que empiece todo el caos.

-Está bien vayámonos, ¿A dónde quieres ir? - digo

-A Paris, vayámonos y disfrutemos, además no queda tan lejos si salimos ya amaneceremos allí.

-Pues París será.

Y así es como comienza nuestra escapada, preparamos unas bolsas con lo suficiente para dos días y nos marchamos, vamos corriendo, en realidad son nuestros lobos los que corren, pero como somos uno, da igual.

Pasamos toda la noche corriendo y al amanecer, nos encontramos en un pueblecito de cerca de la ciudad, nos cambiamos y nos vamos en bus, cuando llegamos nos reservamos una habitación en una casa rural muy bonita con vistas al Sena, pero no todo en la vida es bueno y duradero, así como vinimos nos tuvimos que ir corriendo, porque nos avisaron de que la manada estaba siendo atacada por los rouges ...

NARRA SARA.

Cuando llegamos pude comprobar que esto era por nosotros, muchos de los rouges no dudaron en abalanzarse contra nosotros, por el link de la manada nos avisaron de que llevaban mucho tiempo allí, pero no decidieron atracar hasta que nosotros nos fuimos, es por eso que se activó el modo alarma, porque se sabía que iban a atacar a los demás componentes de la manada.

Luchamos contra varios a la vez, para algo sirvió nuestro entrenamiento, cuando caía la noche de nuevo un aullido del alfa Álvaro sonó, dando por muerto al líder de la manada de los rouges, los demás se fueron corriendo, adentrándose en el bosque.

Los demás volvimos a nuestra forma humana aceptando la ropa que nos daban para cubrirnos, me di cuenta de que en uno de los forcejeos me habían herido y por alguna razón no sanaba, no le di importancia y me fui a casa de Marcos para poder descansar, no sin antes asegurarme que Lucía estaba bien.

Era la hora del desayuno cuando llegamos al portal, pero no tenía pensado desayunar, solo quería dormir, llegué a la planta de arriba seguida por un también cansado Marcos, antes de dormir decidí darme una ducha, pero lo que no me esperaba encontrar era la herida super infectada.

<<Porque está así la herida, Cleo>> le pregunte a mi loba, pero no obtuve respuesta, en ese momento me asuste mucho, porque no podía ser ¿no?, así que lo deje, me duche y volví, a la cama para recostarme al lado de mi bello mate, que ya estaba dormido, habíamos cerrado las ventanas y las persianas por lo que estábamos a oscuras, no tarde mucho en quedarme dormida.

***

Levante muchas horas después he dormido casi todo el día, estaba muy cansada, eran las diez de la noche cuando decidí comer algo, pero al levantarme un fuerte mareo me sacudió, y de la herida empezó a brotar, un líquido negro, la mente se me nublo y con el último esfuerzo antes de que me consumiera la oscuridad, di un golpe en el suelo, para que Marcos se despertara.

Después de eso todo se volvió negro y mi cuerpo desfalleció, mi mente me traslado a una realidad paralela, podía ver cómo era todo pero no me encontraba presente, que como sabía que era una realidad paralela, fácil, vi a Marcos con otra y esa otra no era nada más y nada menos que mi querida amiga Lucía, de solo ver la escena mi sangre hervía, ella le coqueteaba descaradamente y el sin vergüenza alguna lo hacía también, seguí moviéndome por las calles, y todo era cada vez más raro, el instituto tenía mi nombre y había una estatua que era le Alfa, Álvaro, todo era muy extraño, hasta que vi a mi madre salir de instituto toda vestida de negro y esperándola estaba mi padre, los dos igual de tristes, ahí lo comprendí y es que la profecía ya se había cumplido...