Morir por amor o morir de amor

Capítulo 9

Al llegar al teatro Don Dufek estaba esperando en la entrada para dirigirla a sus primeras clases de etiqueta.

Ella pensaba que no sería capaz, que fallaría sin duda alguna. Sus padres la habían dañado tanto que no notaba su valía.

« Cómo podré, si en lo único que soy buena es en el acordeón. Ni siquiera fui a la escuela, tengo mucho que aprender »

Katerina sabía lo básico, el conocimiento que poseía era rudimentario, ya que fue retirada de la escuela a corta edad. Estaba más capacitada para leer partituras qué un libro. Tendrían mucho trabajo con ella.

-Hola Don Dufek ¿Cómo amaneció hoy? - preguntó la joven

-Bien, muchacha, ¿Lista? - respondió el director desde los escalones más altos.

« ¿Cómo debería tratarla? Y si el joven Lord me ve hablándole así sería mi fin »

-Sí, estoy lista - mintió. Estaba sumamente asustada y para nada lista, pero temía arruinar la visión que se tenía de ella.

-Bien, vamos entonces. Te presentaré a tus maestros. Espero que aprendas rápido.

Eso hizo que la muchacha se asustara aún más.

Cuando entró nuevamente al teatro volvió a sorprenderse. El hall era amplio, de color café oro con decoraciones de un café más oscuro con rojo tinto. Tenía dos casetas a cada lado de la estancia para comprar los boletos. En medio una enorme escalera con una hermosa alfombra roja daba al segundo piso y abriéndose en dos daban al tercer y cuarto piso.

-Te presento a madam Adelyn Blanc maestra de Porte y Caminado, el Señor Evžen Vávra imparte la clase de Protocolo en la mesa, la señora Edita Novotný de Protocolo social y comunicación y al joven Maxmilián Nadina qué te enseñará danza. Ellos serán tus maestros iniciales. Los que necesitas con más urgencia, si deseas una clase en particular me dices.

-Mucho gusto a todos ustedes, es un honor conocerlos, espero que me puedan ayudar.

-Para eso estamos querida - dijo madam Adelyn

-La verdad director, me gustaría tener clase de escritura. No se si esté al tanto, pero mis padres me retiraron de la escuela para aprender lectura musical y más. Y siento que es necesario para mi nueva etapa.

-Tus padres me siguen sorprendiendo - dijo Vávra - no hay quien conozca a tus padres - en sus ojos había un cierto rencor - esos canallas - dijo en un murmullo.

-No me gusta hablar mal de ellos, pero se qué han cometido muchos errores.

El director carraspeó ya que el ambiente se había vuelto tenso.

-No hay problema con tus clases de escritura y lectura, conseguiré un maestro. Mientras tanto conozcanse y comiencen las clases. Yo me retiro.

Luego de que el director se retirara a su oficina miró a su profesores con miedo y con ilusión.

- Quiero agradecerle y pedirles paciencia conmigo - dijo mirando hacia el suelo.

- Linda no te preocupes, estamos para ayudarte - dijo el joven Maxmilián guiñandole un ojo. Gesto que puso sumamente nerviosa a Katerina, nunca había tenido la oportunidad de estar frente a alguien tan atractivo. Tenía el cabello negro con suaves ondas, lo mantenía un poco desordenado, sus ojos por el contrario eran de un bello azul poco usual siendo un gran iman para ella.

Con un sonrojo en su rostro y nuevamente mirando el piso dijo - Muchas gracias

- Alto ahí muchacha. Levanta la cabeza, no puedes hablar mirando el piso nunca más - dijo la señora Edita - la sociedad, en donde vas a estar inmersa, es cruel y verá cualquier oportunidad para destruirte, así que no debes demostrar debilidades, en mi clase te enseñaré a comportarte en una reunión y lo que puedes o no puedes decir, así que no te preocupes. Sólo recuerda el rostro siempre en alto y espalda recta.

- Comprendo, me esforzaré en recordarlo - dijo alzando el mentón

El maestro de danza se rió por lo bajo y en un murmuro - Qué adorable - subió un poco su voz - Me la tomo primero, creo que si bailamos un poco se soltará más, después pueden seguir ustedes, ¿Qué dicen? - Todos giraron los ojos, pero asintieron - Bien, vamos.

Caminaron a paso lento en dirección a la sala de baile. Ella caminaba detrás de él mirando su cabello, sintiendo deseo de tocarlo aunque sea un poco.

-¿Has bailado alguna vez? - preguntó volteando a verla.

- No, pero he visto a personas hacerlo - aclaró.

- ¿En las fiestas? Sabes, he visto a tus padres en innumerables fiestas, pero jamás a ti. Eres un mito en la alta sociedad.

- Eso es porque jamás he asistido a una. Debía practicar.

- ¿Entonces en donde?

- En las calles. Muchas personas bailan mientras toco, es lindo verlos disfrutar mi música.

- Entiendo. No será lo mismo, eso sin duda. La danza de salón es elegante, refinada, así que no tendrás problemas - el joven maestro le sonrió de lado antes de entrar a la gran estancia.

Era amplia, con espejos cubriendo gran parte de las paredes, el piso era de una madera clara haciendo todo más amplio. En la esquina se encontraba un piano junto a un hombre de unos 40 años.

- Hola Bernard, te presento a Katerina. Katerina, Bernard.
Estaremos trabajando juntos esta semana. Bien, comencemos - se giró hacía el pianista - Podrías tocar Jazz Suite No. 2: VI Waltz II. Gracias.

El hombre comenzó a tocar una anímica canción.

- Ven - el oji azul le extendió su mano y al tomarla se percató que su piel era suave y cálida - Te enseñaré los principios básicos y luego ensayaremos hasta el cansancio.




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