Unos días después de la fiesta el señor Artur, el asistente del Lord Sládek vino a su oficina a entregar la información solicitada.
-Señor, aquí está lo que solicitó - dijo el hombre luego de ingresar a la oficina.
-¿Esta es la información sobre los jóvenes que cortejan a mi amada? - preguntó dudoso.
-Sí señor - aquí está todo - él entregó varias hojas llenas de información personal y profesional de aquellos dos hombres.
Viktor leyó detenidamente aquellos informes:
Maxmilián Nadina: Bailarín profesional, maestro de danza.
Edad: 27 años
Altura: 1.78 cm
Nacionalidad: Checo
Estado civil: Soltero
Familia: Nadina Lichten
Hijo menor
No tiene prometida
Trabaja para el teatro como coreógrafo y realiza clases particulares de danza.
Alexej : Militar
Rango: Capitán
Edad: 25 años
Altura: 1.80 cm
Nacionalidad: Checo
Estado civil: Comprometido
Familia:
Segundo hijo
Prometida: Denisa Stráze
-Así que ese hombre está comprometido y está jugando con mi dulce Katerina - él hombre estaba enojado por la actitud del militar - Pero es un alivio, su familia jamás le permitirá desposar a mi amada en vez de a una Stráze.
Los Stráze eran una de las familias más poderosas de todo Praga. Por lo que a Vikor le parecía extraño que permitieran que la desposara una familia de rango inferior.
-En cambio ese bailarín está soltero y su familia no es tan poderosa - él pensaba - Es el menor puede desposarla con facilidad, pero sus padres buscarán todos los medios para subir de grado.
Y es que en la bella ciudad cada familia noble buscaba subir de grado y el matrimonio era el medio. Unirse con una familia superior elevaba tu grado y al mismo tiempo unirte con una familia inferior bajaba tu poder. Por eso aquel joven lord buscaba elevar el estatus de aquella joven. Sería difícil ya que sus padres tenían mala fama.
Él aún pensaba en el error de la fiesta, lamentándose por su acción. Debía arreglar ese problema, pero no encontraba aún solución.
Mientras pensaba cómo solucionar el problemas decidió abordar otro problema, por eso salió de la mansión a buscar a uno de sus problemas: Maxmilián Nadina
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Los murmullos se esparcen como agua entre los dedos y Katerina era víctima de ellos. Todos en la gran ciudad hablaban de cómo la mujer fue abandonada en la pista de baile.
Su corazón estaba oprimido, sus padres se lamentaban, hubiera sido una buena oportunidad de subir de nivel.
Camino a su puesto en la plaza la joven acordeonista recordaba su conversación tratando de hallar el error. ¿Habría sido su precario lenguaje? o ¿Acaso no quería ser descubierto?
« Puede que sea eso, tal vez se sintió acorralado. No debí mencionarlo.
Al final no pude saber su nombre y ahora soy el hazme reír »
Su tristeza era abundante y sus pasos eran una declaración de eso, caminando a pasos lentos.
-Ahí va Katerina - murmuraban las personas a su alrededor.
-Qué tragedia lo que le pasó - todos ya sabían lo que había pasado. Los rumores corrían rápido.
Katerina se acomodó en su lugar y comenzó a trabajar. Las melodías que había elegido tenían un toque triste. No había sido intencional, pero reflejaba su ánimo.
Al pasar el día notó que aquel caballero se había ausentado y eso terminó por destruirla. Sentía que moría, se había acostumbrado a su pesada mirada.
Ya a las siete de la tarde cuando debía partir a su casa un hombre se acercó con un ramo de flores con una carta. Estaba asombrada, nunca habían hecho esto, por lo que Katerina no sabía qué hacer.
Las personas murmuraban, pero ella no podía oír por qué su mente no dejaba de pensar, tanto así que había dejado de tocar. Pero al percatarse volvió a la última canción.
« ¿Será de él? Mi mente está llena de ilusión »
Al terminar la pieza todos se dispersaron y ella luego de guardar todo tomó la carta y vio que no tenía remitente.
Querida Katerina.
Lamento lo ocurrido, tanto que no he podido descansar como es debido.
Mi mente no deja de pensar en ese día y en el grave error, discúlpame.
Te envío estas rosas como muestra de mi amor
Atentamente tu caballero.
Su mente daba vueltas sin parar, estaba abrumada, mucho.
« ¿El se ha declarado? ¿Lo ha hecho? No sólo se ha disculpado sino que me ha dejado claro su amor a través de las rosas. No puedo ocultar esto a mi padres. ¿Qué hago? »
Luego de mucho pensar; mirar sus obsequios decidió ocultar la carta y el dueño de sus presentes.
« Enloquecerán si sabe que aquel señor me ha enviado esta carta y estas rosas »
Era la primera vez que desafiaba a sus padres al ocultar esta información, pero era la mejor decisión. Si sabían eran capaces de obligarla a ir detrás de aquel hombre.
Caminó por las calles de Praga con la rosa en sus brazos, su acordeón en su espalda y la carta escondida entre sus ropas.
Su corazón estaba saltando dentro de su pecho, se sentía eufórica y no tenía a quien contarle.
Horas antes, en la alta Praga; como era llamada la zona donde habitaban las personas más acomodadas, Viktor Sládek se dirige a la mansión Nadina.
« ¿Habrá recibido mi obsequio y mi carta? Es lo menos que podía hacer »
Viktor pensaba mientras el vehículo se movía por las calles. Eran los primeros medios de transportes y él era de los pocos privilegiados de tener uno.
« Espero que ese hombre esté en su hogar. Me urge verlo »
-Señor, hemos llegado - avisó el conductor.
-Bien, llegó la hora - dijo antes de descender.