Morir por amor o morir de amor

Capítulo 22

Katerina camino a su casa con crecida tristeza; desconocida para ella.

« ¿Por qué me siento así? »

Ella no entendía su agonía, conocía a su maestro hace poco tiempo, su exagerada preocupación no tenía sentido.

Mientras ella caminaba a casa, Viktor se esforzaba para ignorar la realidad del porqué de la tristeza de su amada.

-¿Averiguaron algo? - dijo Viktor tocando el puente de su nariz.

-Antes de ir a la plaza estuvo en el teatro, el personal del teatro dijo que la vieron salir cabizbaja de la oficina del director.

Al escuchar eso, aquel Lord lanzó la silla que tenía a su derecha. Estaba lleno de ira luego de oír a uno de sus empleados. Esa respuesta sólo significaba lo que más temía.

Ella estaba mal por él, por aquel bailarín.

« Tendré que tomar mejores medidas, con esto no basta »

-Señor, perdón que me atreva, pero no ha pensando en hablarle directamente a ella. Usted es un gran hombre, seguramente caiga rendida a sus pies.

-Cállate, no sabes qué dices. Mi plan es perfecto. Ahora levanta esa silla y vete.

-Sí señor, lo siento.

Aquel joven trabajador caminó apresurado.

« ¿Cuál será su plan? »

La mente del hombre daba vueltas sin parar pensando en cómo eliminar a Maxmilián de la ecuación.

Si él se le adelantaba, si sus padres aprobaban esa relación todos sus esfuerzos se tirarían a la basura.

Tal vez su empleado tenía razón.

~~~

Katerina llegó a su casa arrastrando los pies llamando la atención de todos los ciudadanos. Se preguntaban porque ella parecía tan desdichada si ella tenía una vida de ensueño. Pero más lejos de la verdad, la persona que alegraba sus días ya no estaría cerca de ella. Ella aún no entendía sus sentimientos, sólo sentía como su pecho se apretaba.

-¿Niña que ocurre? - le preguntó una mujer mayor, tal vez tendría unos 70 años - ¿Por qué ese rostro?

Katerina hizo un tierno gesto con sus labios, nunca se había sentido tan vulnerable. No esperaba que alguien le preguntara tan abiertamente.

-Oh niña, no llores. Lo que sea que estés pasando debes afrontarlo con todas tu fuerzas.

Ella se armó de valor y expresó su pesar.

-No se que es lo que siento. Pero desde la noticia mi pecho duele, quema - dijo mirando al suelo.

La anciana pensaba en qué podría tener a la joven promesa tan triste.

-No sé qué haré ahora, era un buen maestro - suspira largo.

-¿Hablas de un hombre? ¿Estas así por tu maestro? - la señora puso su mano en su mentón - ¿No será que estás enamorada? Eso explica tu dolor en el pecho.

Katerina no esperaba esas palabras, estaba atónita. ¿Ella, enamorada? Y justamente de su maestro. No tenía sentido para ella. Había quedado congelada ante esas palabras.

-Veo que esto es nuevo para ti. Pero no es nada malo muchacha - la anciana acarició su brazo - A no ser que él sea un hombre casado y con hijos - ella lanzó una pequeña risa.

Y Katerina esbozó una sonrisa.

-Él es soltero, y es joven - su sonrisa se volvió nostálgica - pero ya nada importa.

-Esta juventud - ella negó varias veces - ahora que no son maestro, estudiante pueden iniciar algo lindo entre vosotros.

Ella permaneció nuevamente en silencio. Jamás consideró ver a Maxmilián fuera de su rol como tutor.

-Vamos niña, muéstrame una sonrisa, nada está perdido.

Luego de unos minutos conversando la anciana siguió su camino y ella entró a su hogar con un poco más de esperanza.

Esperaba seguir los consejos de la mujer.

-¿Por qué demoraste tanto en entrar? ¿Qué tanto conversabas con esa vieja? - reclamó su madre.

-Nada importante, no se preocupe - dijo ella evadiendo la respuesta, sentía vergüenza al respecto. Jamás conversaría de esos temas con sus padres.

-Más te vale que no hayas divulgado nada sobre nosotros - dice su padre con voz grave.

-No padre, sólo cosas triviales.

Era la primera vez que ella ocultaba información a sus padres y era la primera vez que ellos no intentaban llegar al final de todo. Tampoco entendía porque sus padres no salieron a ver qué ocurría.

Todo era muy peculiar.

Llegada la noche, mientras Katerina seguía ensayando. Viktor seguía pensando cómo evitar una posible boda entre Katerina y Maxmilián. Ya que aún no era tiempo para la unión entre el lord y la acordeonista. Él esperaba que ella se volviera aún más famosa, para que su matrimonio no fuera cuestionado.

Algo debía pensar.

« Por nada de este mundo permitiré que ellos se unan, de ninguna forma. Tengo que impedirlo, aunque me convierta en un verdugo. »




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