Capítulo 15

[SECRETOS] (1-2)

Aveces es mejor olvidar que recordar.

El silenció reinada.

Aquel ruido despertó una casa entera movilizando a sus habitantes y tomando a la pequeña Mirian en brazos.

¿A donde la llevaban?

Todos la miraban con odio y locura en sus ojos, bueno no todos; otros no miraban nisiquiera a la chica y solo se limitaban a observar el ambiente , otros miraban curiosos pero la mayoría era miradas de locura pura y un frenesí de pasión... ¿Pasión? Si pasión, pero esa pasión de matar, despellejar y turturar a una persona o cosas por pura diversión.

Pero.

Había unos chicos que si la conocían. El primer chico la miraba con pena y  odio. La conocía y muy bien. Pero los demás no. El otro chico la dibujo antes de imaginar lo  peor, el solo veía las cosas que le favorecían y gustaban su vida era sencilla y notoria. Uno en particular faltada esta vez, sindo sincera nunca estaba o si estaba era muy problemático y exigente.

Una en particular sintió pena y tristeza, se fue sin decir palabras pero tenía la necesidad de ayudar, ahí estaba como esclava y no sabia que hacer ella. Mirian paso por enfrente de ellos con las manos extendidas y los ojos cerrados pero con esas típicas bolsas que salen debajo de los ojos, por falta de haber dormido poco o de plano no dormír nada. Mirian parecía una de esas muñecas de cristal, las que si tocabas rompias rapido. Tomo unos minutos hasta que los encargados llegarán a organizar todo nuevamente, era cansado lidiar con humanos

¿algunas vez fui humana?

¿Ellos fueron humanos una vez?

Pensamiento que tocaban el corazón, ellos tomaron a la chica y la llevaron al sótano donde sabían que hacer para hacerla hablar.

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Tomo unos segundos antes de toparse con el nuevamente,  Jeff estaba o parecía molesto y realmente molesto por algo, rechinda los dientes,  jugando con su cuchillo desesperado. Jason se acercó cansado, la casa de Jack queda cerca, pero algo parecía no ir bien y eso le molestó en cierto sentido.

- ¿Jeff? - Pregunto Jason.

- ¡¿Que?! - Pregunto Jeff, al pelirrojo.

- Al parecer estas enojada y nervioso ¿porque? - Siseo de manera divertida Jason.

- ¿Jason? El juguetero... Al parecer la chica tomo mal la dirección y fue a la cabaña de los proxys... Temo que mi juego se arruinara. - Sonrió con malicia y amargura. Vio por primera vez... Lo que ningún humano o creepypasta debería ver. Su verdader forma de Jason.

Cabellos blanco como nieve, ojos verdes fosforescentes, su manos, brazos totalmente negros y garras afiladas. Su cara parecía rota, aunque no lo estaba. Como si fuera la primera vez jeff se emociono por querer pelear contra otro monstruo igual de temible que slenderman. Jason a pesar de estar en si verdadera forma parecía tranquilo y nervioso pero de la misma forma enojado y molesto por la situación. Levantó la ceja en forma de explotar y esperando una explicación.

- Te refieres que está con esos tipos que solo torturan para sacar información.- tranto de que parecia pregunta pero más bien solo logró que saliera una afirmación.

- bla,bla,bla si Jason con ellos. - Hablo cansado  Jeff. Definitivamente no tendría nada que hacer hoy.

- Ah okay. Gracias. -  Y así como vino se fue. Dejando al asesino de Jeff aburrido.

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Aquella noche de invierno dio inicio a un tormento alejado de cualquier realidad.

Ella estaba inconsciente y atada de las manos en un fría pared, sus nuevos agresores estaban preparando lo que le hacían a varias personas  que buscaban información o simplemente tenían pruebas. 
Uno la miro de arriba hacia abajo analizando su cuerpo y su cara. Al principió dudó que ella sea una espua o una investigadora pues en su cuerpo habían cortes, algunos ematomas de varios días, su cabello estaba desordenado  y sucio. Pero descarto la idea al ver la pequeña linterna que colgada en su cintura y nego con la cabeza.

Y persiguió a despertarla.