17

Estás semanas fueron unas locuras, con todo de la graduación, los proyectos y los exámenes de admisión para la universidad ni tiempo en pensar tanto en Kallik me a dado .

Estoy llegando a su casa ya que necesito hablar con él, quiero que me diga si lo nuestro va para algún lugar ya que el tiempo se me agota para irme a España.

Tocó el timbre y en unos momentos la sirvienta de la casa sale y me mira con cara de sorpresa y después la intenta relajar.

—Señorita Kaira, ¿en qué la puedo ayudar?

Sonrió incómoda —Solo vengo a hablar con Kallik.

—Yo le recomiendo que venga después ha hablar con el joven.

No me importo lo que dijo así que tuvimos "discutiendo" un rato hasta que la pude quitar y adentrarme corriendo hacia la habitación de Kallik.

Mientras más iba acercándome a su habitación más claro se escuchaban sus gemidos con otra persona, comencé a caminar más lento, mi corazón me dolia hasta que finalmente estaba enfrente de su puerta.

Lo pensé un poco pero me daba rabia escucharlo con alguien más cuando no me había terminado en la cara.

Abrí la puerta de su recamara y ambos se detuvieron, pude ver la cara de la chica y me sorprendió que fuera Akna, aunque suene ilógico nunca me lo espere.

—¿Que haces aquí Kaira? —pregunta Kallik

Rei con ironía y lágrimas en los ojos.

—Queria hablar contigo de nosotros dos pero veo que ya no hay nada de que hablar.

Él estaba intentado taparse un poco y tapar a la tipa con la que ahora se acuesta

—Tu sabes muy bien que nunca íbamos a hacer más que amigos, y así nos acostamos pero hasta allí, no tenía porque guardarte fidelidad.

Mi corazón dolía más de lo que quería admitir.

—Tienes razón, es mi culpa por pensar que íbamos a hacer algo más que amigos.

Con eso me voy, no podía aguantar más mi llanto.