Vesa
Estoy sentada en la mesa mientras Irenka agarra una copa de champaña, y me vuelve a sonreír con esa falsa amabilidad que siempre la acompaña.
—Seguro que deseas saber pronto el sexo del bebé —me dice con una sonrisa calculada.
Maksin y yo intercambiamos miradas cómplices; sólo nosotros dos sabemos que será una niña. Vuelvo la mirada a Irenka.
—Más que nadie, también deseo saberlo —respondo con tranquilidad
Erel se acerca y me mira con una sonrisa cálida.
—Será la primera sobrina o sobrino de la familia, y todos estamos esperando con ansias su llegada —dice con genuino entusiasmo.
Irenka nos observa a todos y se vuelve hacia mí con esa expresión que mezcla desprecio y seguridad.
—Acostúmbrate, Vesa. Ese bebé sólo será de nosotros —asegura, dejando caer sus palabras como un frío pronóstico.
Frunzo el ceño, pero luego escojo esconder la molestia detrás de una sonrisa falsa.
—También espero con ansias a mi bebé, al que llevo en mi vientre —le respondo con una voz firme, pero amable.
Renat, sonriente.
—Es bueno que ya se enterarán del sexo para poder comprar los regalos —interviene.
Erel mira a Maksin y a mí.
—Quise comprar regalos antes, pero Renat me aconsejó esperar —nis cuenta.
Maksin sonríe y observa a su hermano.
—Ya lo sabrás pronto —le dice confiado.
Renat se ríe.
—Ya es hora de que lo revelen, estoy ansioso.
—añade.
Maksin y yo volvemos a mirarnos. Él rompe el silencio.
—¿Estás lista?
—Sí —respondo con decisión.
Tomo el sobre en mis manos y miro a Renat.
—Quiero que seas tú quien lo abra —le digo con una sonrisa emocionada.
Renat me devuelve esa emoción.
—Estaría encantada —comenta.
Le entrego el sobre y lo toma con cuidado, sonriendo amplísima. Erel sonríe.
—Estamos preparados —asegura sonriendo.
Irenka, esbozando una sonrisa irónica, le dice a Renat:
—Apresúrate.
Renat asiente, y con ojos brillantes decide abrir el sobre. Saca la hoja con el resultado y levanta las cejas, abriendo ligeramente los labios, emocionada.
Maksin y yo volvemos a mirarnos con complicidad, pero permanecemos en silencio, mirando a Renat.
Ella nos observa y sonríe ampliamente.
—¡Es una niña! —exclama con alegría.
Todos en la mesa sonríen emocionados y comienzan a aplaudir con entusiasmo.
Irenka se levanta y se dirige hacia Maksin, abriendo los brazos. Él se levanta con una sonrisa y su hermana lo abraza enseguida.
—Felicidades por la noticia —le dice con sinceridad.
Erel y Renat se acercan y me rodean en un abrazo y felicitaciones. Yo me levanto para recibirlos, agradecida. Después se acercan a Maksin para abrazarlo y felicitarlo.
Irenka se acerca a mí, su expresión mezcla seriedad con una sombra de amenaza.
—Es una magnífica noticia —me dice.
La miro con igual seriedad.
—Puedes ahorrarte las felicitaciones. No las necesito.
Irenka sonríe con media sonrisa amenazante.
—Sólo quiero decirte que estamos felices por saber que tendrás una sobrina... Y que tendrá dos madres.
Frunzo el ceño, la miro fija.
—Mi hija solo tendrá una madre —respondo.
Irenka a su vez frunce el ceño.
—¿No te ha dicho Maksin? —me dice con una sonrisa maliciosa.
Arrugo las cejas, confundida.
—¿Qué es lo que Maksin tiene que decirme? —le pregunto, insegura.
Ella sonríe con malicia.
—Mi hermano ha dicho que se va a volver a casar. Por eso, mi sobrina tendrá otra madre.
Siento que mi corazón se rompe en mil pedazos. Trago grueso, intentando mantener la compostura.
Hago un mínimo esfuerzo por sonreír y la miro directamente.
—Mi hija solo tiene una madre: yo —le digo firme.
Irenka se acerca a mí con una expresión severa.
—No olvides que la niña es de mi hermano —me advierte.
Levanto el mentón con orgullo.
—Como no lo olvido, haré todo lo posible por quedarme con mi hija.
Ella sonríe con cinismo.
—Eso lo veremos.
No respondo, sólo miro a Renat y a Erel.
—Voy a descansar, he tenido arcadas —les digo con una sonrisa cansada.
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Editado: 04.11.2025