Obligada A Vivir Con El Padre De Mi Hija

Capítulo 17

Vesa

Estoy sentada en la mesa del salón principal, el lugar está iluminado suavemente por las lámparas de araña que cuelgan del techo alto, y la luz dorada se refleja en los relucientes candelabros que adornan la larga mesa. Al girar la cabeza, veo entrar a tres hombres vestidos con trajes oscuros, impecables y elegantes, acompañados por Maksin. La atmósfera se llena de una mezcla de formalidad y tensión contenida.

Maksin avanza un paso adelante y señala al hombre que aparenta tener unos 24 años, alto, con cabello oscuro y perfectamente peinado, sus ojos verdosos bailan entre Irenka y yo.

—Iván —Maksin agarra al chico del hombro y lo mira—. Te presento a Irenka, mi hermana. Adelante —Makisn le da el permiso de acercarse a su hermana.

—Gracias, señor —mirando a Irenka, lo veo acercarse a ella y tiende su mano para Irenka.

Irenka con educación, acepta el saludo de Iván y también sujeta su mano.

Está vez Makisn observa a los otros dos hombres entre ellos; el más joven, el cual se nota que debe tener 19 años en adelante y él otro de cabello oscuro y ojos grises, notablemente alto y de unos 29 años. Que sin duda alguna tiene pinta de ser el mayor de ellos.

—Por favor, tomen asiento —Maksin los observa y muestra la larga mesa.

El mayor de todos—quién no ha dejado de mirarme desde que llegué—, se sienta junto a mí, deslizando una sonrisa amable mientras extiende la mano.

—Soy Artem Smirnov, mucho gusto, señorita —se presenta con voz cálida.

Le correspondo la sonrisa y estrecho su mano con suavidad, sintiendo una curiosidad inmediata por este hombre.

—El placer es mío, Artem —respondo con una sonrisa.

Antes de que la conversación pueda avanzar, los meseros comienzan a llegar con bandejas llenas de aperitivos delicadamente preparados, mientras otros sirven champaña fresca en las copas que tintinean suavemente al contacto. El aroma de la comida y el burbujeo del champán llenan el aire, haciendo que el ambiente se torne más relajado y que mi apetito se active de inmediato. —Makisn me comentó que eres la madre de su hija —comenta mirándome y agarra su copa de champaña.

Mirándolo afirmo.

—Si —respondo, mirándolo tomar de su copa de champaña.

—¿Cuántos meses tienes? —se incorpora en su asiento.

—Cuatro meses —bajo el vaso que tiene jugo de manzana.

—Vaya… Con todo respeto debo decir que te ves preciosa —desliza una media sonrisa simpática.

Observándolo curvo los labios.

—Gracias, señor Smirnov —asiento con suavidad y tomo un trago de mi jugo de manzana.

—Un placer —curva los labios—. Entonces dime, ¿qué será?, ¿niño o niña? —me observa pensativo.

Con una sonrisa miro mi vientre y con mi mano doy una suave caricia a mi vientre.

—Es una niña —subo la mirada hacia él.

—Felicidades, señorita Carter —esboza una sonrisa simpática y hace una leve inclinación con la cabeza, luego mira a Maksim, quien se encuentra conversando con Erel e Iván—. Lo felicito señor Endekov, recién me estoy enterando que usted tendrá su primera hija —voltea a mirarme liberando una sonrisa—, con una mujer preciosa —agarra la copa de champaña y la eleva, mientras mira a todos los de la mesa.

Maksin lo observa en silencio y sin sonreír. Los demás con sonrisas elevan sus copas para brindar.

—Salud, señor Endekov —Artem sonríe mirando a Maksim.

De los labios de Maksin sale una sonrisa fingida, —compartí suficientemente con él, como para saberlo—, eleva la copa, mirando a Artem.

—Gracias, señor Smirnov —responde Maksin.

—Un placer —Artem asiente y toma de su copa con champaña, luego me mira.

***

La cena transcurre entre palabras amables y miradas reservadas. Artem se muestra atento y amable, y cuando los platos quedan vacíos y las copas se vacían, se levanta con un gesto de cortesía.

——Vesa, ha sido un placer conocerte —dice, dirigiendo una mirada franca hacia mí—. ¿Te gustaría salir algún día a charlar, solo como amigos? Me gustaría saber más de ti.

Levanto las cejas.

——Claro que sí, Artem —respondo con una sonrisa sincera.

—Hasta luego, señorita Carter —Mikhail se acerca y extiende su mano.

—Nos vemos —ambos nos damos un apretón de manos.

—Felicidades, por su embarazo —refiere con una sonrisa respetuosa.

—Gracias, Mikhail.

El muchacho se acerca a Irenka y yo me voy en dirección a Maksin quien se encuentra hablando con Erel.

—¿Todo bien? —me pregunta Erel.

Afirmo.

—Si —curvo los labios.

Erel enseguida se va en dirección a Renat y Artem, quienes hablan.

—Nos vemos mañana —lo miro—. Por cierto… Ya que presentaste al esposo de tu hermana ¿Cuando vas a presentar a tu futura esposa? —arqueo una ceja dando a relucir una sonrisa amarga.




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