Operación Astra

Capítulo 8 : Fin del Juego

7 de Julio de 2017, París, Texas.

La muchedumbre de adolescentes en los pasillos le dificultaba a Tony llegar al comedor. Cruzó atravez del mar de gente, y buscó a Will con la mirada. Lo encontró, acompañado de un par de chicas que él bien conocía.

Al verlo una sonrisa apareció en el rostro de Will de manera casi inmediata.

-¡Hey Tony!. Ven siéntate. Te guardé un lugar.

Will, quién estaba recostado sobre el hombro de Clara, mientras está le daba suaves masajes en la cabeza, quitó su mochila azul del asiento reservado y se reacomodo. 

-Chicas, ¿les molestaría?..me gustaría almorzar con mi hermano.

Sophie y Clara miraron a Tony con recelo. El pobre se removió incómodo en su lugar hasta que ambas jóvenes se perdieron en la distancia.

Tony robó rápidamente una papafrita del plato de Will. No fue sorpresa cuando recibió un golpe en la parte trasera de su palma.

-¡¡Vincent!!, ¿acaso quieres perder una mano además de tu oreja?. Le diré a tu madre, jovencito.

Tony se sintió regañado y se acurrucado en su lugar, fácilmente pudo ir por su charola de comida, pero, ¿para que?, la comida de Will estaba a su lado y sabía igual.

-Will, eres terrible con los chistes-dijo llevándose la papa a la boca.

Andrew y Harry pasaron frente a ellos vestidos de granjeros, siendo divisados únicamente por Will. Su estado de ánimo decayó al instante.

Tony lo miró preocupado y devolvió la papa a la charola con algo de culpa.

-Oye si fue fue por lo de los chistes, no te preocupes, cuando digas alguno me reire, no importa si no das gracia.. Yo siempre me río.

Le dijo en un intento de hacerlo sentir mejor, cosa que no funcionó. Will devolvió una cálida sonrisa, la cual desapareció tan pronto como apareció. 

-No es eso- liberó un pesado suspiro-..es solo qué..olvídalo es..es tonto.

Tony intentó deducir de que se trataba, pero se rindió. Prefirió preguntar.

-¿Es por el vieje de nuestros padres?. No te preocupes solo será un fin de semana, el lunes ya estarán aquí y mamá nos cuidará. Apuesto a que podré conseguir películas "especiales" y las veremos en tu casa. Será un fin de semana de chicos.

Will ríó ante lo último. Tony era muy astuto al igual que su madre, por lo que estaba tan seguro de que él conseguiria esas películas como de que su madre las hallaría.

Negó con la cabeza.

-No, no es eso. Mi padre quiere que me haga cargo del rancho este fin de semana...ya sabes para estar listo.

-¿Para cuando sea tuyo?.. Tu crees que él..

Tony insinuó con gran preocupación

-No, Tony claro que no..o tu crees qué él podría..

..Que diablos dices Tony claro que no va a morir.

Ambos jóvenes soltaron la respiración que retenían sin notar.

-Solo.. siento que este no es mi propósito. ¡Que hay algo más que debo hacer!.

Will sonaba dramáticamente convincente a tal punto que hasta Tony creyó que tenía un propósito. Sentía que podría dirigir un batallón y ganar mil batallas.

-Y cuando descubras que hacer, estaré a tu lado. ¡Ahora vamos a hablar con tu padre!.

Ambos jóvenes tomaron sus mochilas y se dirigieron a la salida a paso firme y decidido.

La camapana sonó aún era horario de clases.

-Luego de deportes. ¡¡Hablaremos con tu padre!!.

Ahora era Tony el decidido. Esto ya era personal.

Corrieron a los cambiadores. Pero aún así llegaron tarde. Will pasó saludando a todo aquel que conocía la mayoría eran de su equipo de fútbol americano. A Tony por otro lado..

-¡Contraseña!.

Andrew obstaculizaba su camino. El idiota de 1.90 parecía haber sido parido por gigantes.

-Vamos Andrew. Debo cambiarme no tengo mucho tiempo.

Intento escabullirse por un pequeño espacio, pero Harry apareció.

-Oye Rey. ¡Las niñas con las niñas!-le gritó señalando el vestidor de damas.

Tony forcejeó para pasar.

-Oye fotocopia mal hecha, porque no vuelven a la impresora con patas de la qué salieron, y me dejan tranquilo.

Ambos gigantes se miraron entre sí, y Tony lamento haber abierto la boca. Lo llevaron arrastras hasta el cambiador de damas y lo dejaron allí.

-¡¡Par de animales!!. ¡Verán lo que les haré al salir de aqui!.

Tiró su mochila de mala manera. Entre refunfuñeos volteó. 

Todas las chicas en el vestidos estaban atónitas, un chico había entrado al vestidor.

Algunas comenzaron a gritarle, otras a lanzarle cosas. Tony intentaba explicarse, pero el desespero solo le permitió arañar la puerta para salir.

-¡¡Alto!!.

Una rubia bastante alta detuvo la batalla campal contra el pervertido.

-¡Es Tony!

Explicó Jess. Todas las chicas hicieron silencio y una que otra se disculpó. Todas volvieron a cambiarse para su clase de vóleibol.

Tony se sonrojo, cubrió sus ojos y volteó. 

-¡¡Que asco están desnudas!!

Jess soltó una pequeña risa y le quitó la mano de los ojos a Tony, lo llevó a una esquina para dejarlo cambiarse.

-Tranquilo, Tony. Eres una más de las chicas.

No sabía cómo sentirse al respecto.

Will esperaba a Tony en la cancha de vóleibol. Lo miró extrañado al verlo salir del vestidor de damas, rojo como un tomate.

-¿Algo que decir?-lo miró con picardia esperando su muy deseada respuesta.

Tony negó un tanto traumatizado. 

-Soy una chica más.

Susurró para si mismo. 

-Oye, debo irme los chicos me esperan-dijo Will, tras ver a sus compañeros hacerle señas.

-Claro- lo perturbado nadie se lo quitaba, pero no perdería la oportunidad de molestar a Will- Oye Graham, que no rompan tu bonita cara.

Tras escuchar su apellido las chicas de vóleibol fueron tras él, un tanto emocionadas. Eso no resultó como Tony esperaba. Will se retiró avergonzado por la atención innecesaria.

La entrenadora se acercó al grupo de muchachas, para dar su comunicado. Sonó su silbato para obtener su atención.

-Bien chicas..y Tony. Aún no es temporada de campeonatos. Pero eso jamás será una excusa para no ser las mejores. ¡Así qué andando!.




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