9 de Julio de 2017, París, Texas.
La gran casa de cedro se hallaba intacta más todo su exterior era un caos. La tormenta había tirado árboles, y volado techos.
La preocupación de Will por sus vecinos y animales no le permitió dormir en toda la noche. Rogó a Dios que el granero haya resistido. Por otro lado, Tony soltaba pequeños ronquidos, en una posición muy incómoda que abarcaba todo del sofá, y parte del piso.
Will se debatió si despertarlo o no, quería saber como estaban todos afuera.-Tonyy-lo sacudió con lentitud, esté se revolvió y gruño.
Su reacción le causó algo de gracia, ya que había tapado su cabeza con la almohada como sí quisiera asfixiarse. Will le arrebató la almohada y antes de que reaccionara arremetió contra él.
Tony se reincorporó, frotando sus ojos.-¡Agg que quieres. ¿Acaso no sabes qué día es?!.-Lo miro esperando una respuesta que nunca llegó. Will lo sacó a tirones de la cama, y básicamente lo arrastró entre quejas a la puerta principal.
-¡Oye no, no, no. Espera, espera!-negó deteniéndose frente a la puerta. Will lo observó con cansancio.- No puedo salir así. - señaló su pijama verde del Grinch.
-Tony. Por favor...¿Acaso no quieres saber cómo está todo allí afuera?.-observó el exterior atráves de la ventana.
-De acuerdo. Pero debemos cambiarnos antes.- Will lo miró entendiendo sus prioridades. Vió su propio pijama y si, sería vergonzoso sí lo vieran. Además, no sería apropiado para los desastrozos que la tormenta había dejado.
Will abrocho los últimos tres botones de su clásica camisa azul cuadriculada. Bajó corriendo las escaleras, hallando a Tony extrañamente listo. Si que era un día de locos.
-¡Y luego dices que yo soy quién tarda!. Creo que debería obsequiarte un reloj está navidad. - tomó el sombrero del perchero y se lo colocó a Will, acomodando algunos cabellos castaños que sobresalían.
-Sería maravilloso sí me obsequiarás algo, ya que no he recibido nada de tu parte desde..-fingió recordar con su mano en su barbilla-..ah si..¡nunca!.
Resignado sobre perder peleas contra Will, lo jalo del brazo para ya salir.- Si, Si. Como sea. Vamos al granero, y luego a ver a mamá.
A cada paso había un gran charco de lodo, salpicaron sus pies sin poder evitarlo. Entre quejidos por parte de ambos se adentraron al granero.
Tony corrió emocionado hacia uno de los caballos. Entre relinches fué recibido con la misma emoción-¡Darth Vader!. ¿Quién es un lindo caballo, aver quién es un lindo caballo?.-los alegres relincheos del caballo y el ver cómo Tony frotaba su cabeza contra el animal le recordó a Will al dueño original del animal.-¡Si tu lo eres!.¿Mi bebé es un lindo caballo?. Si es un lindo caballo.-El animal ya algo viejo, había pertenecido a Gilbert Graham, quién, lo nombró Sirius. Tras su desaparición el animal pasó a manos de Tony quién..bueno digamos que le otorgó un nombre más ridículo.
Escuchar la voz infantil con la que Tony se dirigía al caballo y el estar seguro de qué todos sus animales estaban bien. Lo tranquilizó bastante, le hizo señas a su amigo para salir del lugar.
-Por favor. Quedémonos un minuto más. Apuesto a que Darth Vader estaba muy asustado anoche. ¿No es así bebé?.-Dijo con verdadera preocupación.
Antes de que Will pudiera responder un sonido estridente se escuchó en la parte superior del establo, donde guardaban el heno. Lo miró e hizo señas a Tony. Él no entendía, se veía en sus expresiones.
-¿Qué me quieres decir?-susurró, desquiciando a Will, repitió las señas, colocó un dedo sobre sus labios y señaló la escalera, simuló subirla con sus dedos. -No te entiendo. ¿Te acaba de dar un derrame o algo así?-Will ya harto de la situación. Se encaminó hacia la escalera. Volvieron a oír aquel sonido. "Pasos" pensó Will. Se detuvo y buscó con desespero la escopeta oculta de su padre. Tony estaba petrificado en su lugar, su respiración era densa y generaba un vaivén en su pecho.
-Espera- lo detuvo Tony antes de subir la escalera. - ¿Y si es el chupacabras?-Su terror era genuino, pero no era el momento. Will lo ignoró y le cedió el arma. - No. ¿Qué haré yo con esto?-Will subió las escaleras y no le quedó otra opción más qué ir tras él.
La madera crujía bajo sus pies. Tony sostenía el arma con sus manos temblorosas. Cada uno por su lado, rodearon algunos montones de heno atado sin hallar nada. Se encontraron con la mirada, y aunque ambos estaban asustados no lo dejaron ver. Avanzaron en dirección a un último montón donde habían percibido movimiento.
Una enorme, pero delgada criatura de piel plateada y ojos verdes un tanto gatunos, emergió de detrás del heno dejándolo esparcido en el aire. La criatura parecía abalanzarse sobre ellos.
-¡¡CHUPACABRAS!!.-el grito de Tony se deslizó por su garganta como sus dedos por el gatillo de la escopeta. El disparo fue desviado por Will. Casi acarició sus orejas, y apesar de que no lo hirió, si lo ensordeció y causo un ruidoso bullicio entre los animales.
La mirada de terror con el que Tony observaba a la criatura cambió a una de asombro, y solo entonces Will se molestó en girar a observar por primera vez a la majestuosa criatura frente a él. Sus manos jamás abandonaron sus orejas, pero su mueca paso de una de dolor a algo similar a una "O".
Una niña de ojos verdes como aceitunas y cabellos dorados como el oro, se hallaba arrinconada rasgando las paredes del granero, desesperada por hallar una salida. Los miró con temor. Buscó con su mirada por todos lados la manera de huir. Solo faltaba que le suplicara a los animales por su ayuda.
Will, solo pudo pensar, en ¿qué hacía un ángel en su granero?, claro un ángel un tanto inusual.
Aún consternado y sin dejar de observarla bajo la escopeta de las manos de Tony, quién la dejó caer con gran facilidad.
El sonido del arma contra las crujientes maderas los regresó lentamente a su realidad, y estado de alerta.