Oscura Obsesión

Capítulo 9

Agente Wells

— ¿Crees que alguien haya visto u oído algo? — Pregunta Kane

— No lo sé, pero vamos a averiguarlo, quizás también encontremos cámaras en el lugar.

— La policía local no hizo un gran trabajo recabando evidencias.

— Fue una lástima que no nos llamaran antes, pudimos haber recogido una muestra del vomito para así saber con qué la drogaron, luego habríamos ido a los lugares donde la venden y así obtener un listado de los clientes que la compraron recientemente.

— También hubiéramos podido procesar bien la cabaña, la policía contaminó mucha evidencia allí.

— Ahora hay que trabajar con lo que tenemos.

Aparco el auto en el supermercado donde encontraron el auto de Dekeam. Kane y yo buscamos más cámaras de seguridad, en esa misma cuadra, pero no encontramos más que las del supermercado, luego vamos al segundo punto importante, donde la policía local encontró una de las zapatillas de Dekeam.

— Si la trajo hasta aquí solo pudo haber seguido tres caminos, tu busca en aquel lado cámaras, si encuentras una pide el vídeo de ese día, yo buscaré en este camino, cuando termines nos vemos aquí para buscar en el último camino juntos.

— Bien, suerte.

Camino en la dirección que me corresponde revisar, veo cada esquina, casa y local, no hay ni una sola cámara, estas personas no creen necesitarlas, pero deberían tenerlas para ayudar en casos como este, sé que es un pueblo tranquilo, pero deberían ser más precavidos.
Llego a una esquina donde por fin encuentro una cámara en una pequeña tienda, al entrar hay un hombre mayor en el mostrador, tiene una camisa de cuadros, un pantalón sostenido por un par de tirantes desgastados al igual que sus zapatos, aquel lugar huele a cigarrillos, saco mi placa para que el hombre pueda verla, tomando el cigarro de su boca se acerca al mostrador, me ve muy seriamente antes de expulsar el humo por su boca.

— Buen día, soy la agente Nadia Wells del FBI. Estoy investigando el secuestro de Dekeam Stanfield, veo que tiene cámaras que dan a la calle ¿Cree que es posible que me dé una copia de su cinta de seguridad?

— Claro, si trae una orden consigo para llevársela. Conozco mis derechos.

— Lo entiendo señor, pero es importante, no tenemos tiempo que perder.

— Sin una orden no voy a darle las cintas.

— Cuando vuelva y créame que lo haré, voy a volver con una orden de cateo y de requisa para esas cintas de seguridad, también vendré con un inspector de salubridad.

Aquel hombre me ve molesto, apaga su cigarro en el mostrador, se agacha un segundo, yo tomo mi arma del cinturón, es instintivo, puede que aquel hombre tenga un arma.
El hombre pone una caja de metal sobre el mostrador.

— Aquí están todas las cintas, que se divierta mirándolas.

— Gracias por su colaboración. — Digo seriamente cubriendo mi arma de nuevo con mi saco, tomo aquella caja con las cintas antes de salir del local, voy al auto para guardarlas en el baúl, Kane también vuelve al auto, deja un par de CD allí.

— ¿Cómo te fue?

— Encontré una tienda con cámaras dando a la calle. Pensé que me dispararía aquel hombre en la tienda, no quiso darme las cintas por las buenas.

— Siempre te tocan los locos ¿Eh?

— Eso parece.

— Yo encontré dos cámaras, me dieron las cintas sin problemas.

— Ya deja de presumir y vamos a inspeccionar el último camino.

Cierro el baúl antes de comenzar a recorrer aquella calle, nuevamente no hay cámaras a la vista, ni siquiera hay cámaras de tránsito, una señora entra a su casa llevando unas cuantas bolsas, luego sale a la calle nuevamente, se nos queda mirando como si quisiera decirnos algo, pero no tiene el valor para hacerlo. Cruzo la calle para llegar hasta la señora que mira a su alrededor, parece que no quiere ser vista hablando con nosotros.

— Buen día señora, soy la agente Wells del FBI ¿Cree que pueda hacerle unas preguntas?

— Sí, pero tengo que ordenar mi alacena.

— Al agente Kane le encantaría ayudarla. — Sonrío.

Kane sonríe con un poco de incomodidad, pero no dice nada. Seguimos a la señora a su casa, ella cierra la puerta no sin antes ver que nadie nos haya visto entrar, nos lleva a su cocina y comienza a guardar cosas, ella le da a Kane unas cuantas latas para que las ponga en los gabinetes de arriba.

— ¿Cuál es su nombre?

—Soy Senaya Hawkings.

— Bien señora Hawking, cuando estábamos en la calle parecía como si quisiera decirnos algo.

— Sí, así es. — Se me queda mirando sin decir más.

— ¿Podría decirnos que es lo que vio o escuchó?

— Sí, la noche que la chica, Deriam...

— Dekeam. — Corrijo.

— Sí, ella. La noche que desapareció yo vi por mi ventana al hombre, él la llevaba en su hombro.

— ¿No la llevaba arrastrada? — Pregunta Kane.



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En el texto hay: misterio, secuestro, acosador

Editado: 09.04.2023

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