No había pasado ni diez minutos que Vincent había despedido a Celeste cuando entran a su oficina, primero: la señora del aseo.
—Buenos días señor Farrel, Celeste me dejó encargada de traerle su café espumoso como a usted le gusta sin azúcar y sin grumos— le sonreía la amable mujer colocando el vaso en su escritorio.
Vincent se queda pensativo.
Luego entra el joven que maneja los archivos contables:
—Señor Farrel, la señora Celeste me dijo que le entregara los folios de ventas del mes de marzo a septiembre. ¡Aquí están todos! Etiquetados y divididos por meses–. Exclamó el chico nervioso dejando los documentos en una esquina del escritorio.
Vincent estaba sorprendido, la tarea que le habia encomendado a Celeste, aunque ella no estuviera presente la había dejado organizada.
La recepcionista es la tercera en entrar:
—Señor Vincent, la señora Celeste me dijo que le trajera los datos del proveedor de circuitos eléctricos de la compañía Sheware. Aquí le tengo la información señor. Con permiso me retiro.
Y por último entra Howard su papá:
—¿Se puede saber porque has mandado a Celeste a una situación tan riesgosa?
—De que hablas papá, yo no la he mandado a ningún lado ella misma se fue.
—Celeste ha sufrido un accidente de tránsito. Al parecer un tractor se le metió en la mitad cuando ella iba en dirección al aeropuerto. Quería alcanzar al camión de carga que llevaba nuestro pedido a Europa.
—¿Que?— pregunta exasperado. —¿Donde está Celeste?— reclama, levantándose rapidamente y va camino a la salida. Deseaba con todo su ser que no le pasará nada malo. Se subió en su vehículo y se fue conduciendo hasta el lugar que le dijo su padre.
Al llegar, se acerca a Celeste que está sentada en una ambulancia recibiendo los primero auxilios. Celeste lo ve acercarse y no puede creer que su jefe la haya ido a buscar.
—No era necesario que viniera señor Farrel. Yo estoy bien solo fue un pequeño susto.
—¿pequeño susto? ¿Estás loca? ¿Porqué sales de la empresa sin mi permiso? y ¿porque haces esta peligrosa travesía?— le grita Vincent furibundo.
Oh ¿que estaba pasando? Celeste no lo entendía. ¿Su jefe se estaba preocupando por ella? ¿Será que su jefe al fin y al cabo si tiene corazón?
Vincent respiraba agitado. El correr detrás de Celeste e imaginarse lo peor pasaba por su mente y vagos recuerdos del pasado también llegaron atormentandolo.
—Señor Vincent se logró llegar a tiempo y la mercancía se fue volando— señala ella hacia el horizonte.
Los ojos de Vincent se van a la caja defectuosa que habían desechado y la tenia Celeste en el auto.
Hizo un suspiro.
por lo menos habían salvado la buena imagen de la empresa y en su interior le estuvo muy agradecido a Celeste aunque no se lo dijera con palabras.
(...)
—Mamá cuéntame más de tu jefe— le súplica Jeremy, después que escuchó a su madre comentándole a la tía Stacy que su propio jefe en persona habia ido a buscarla.
—Vincent es una caja llena de sorpresas y no sabes lo que encontrarás en ella. Un día se muestra amable y al siguiente es humillante. ¡Me había despedido y después me dijo que me podía reintegrar de nuevo! ¿No creen que es un hombre extraño?
—No me gusta para ti mamá— susurra su hijo Jeremy y ella lo mira ruborizada.
—No hijo para nada, entre Vincent y yo no hay nada.
—Pero todos los días hablas de él y hasta lo mencionas durmiendo— replica Jacobo.
—No, valgame Dios y me libre. No quiero pareja nueva. Ustedes son mis dos compañías.
En la cena, la hermana de Celeste le comenta que va a pasar navidad en casa de la familia de su esposo. Una sensación angustiante recorrió el cuerpo de Celeste, los acreedores se pueden meter cualquier dia del mes y ella solo desea que lo hagan cuando se encuentre en casa y no trabajando.
Además el evento de fin de año de la empresa se acercaba, se dijo así misma que solo llegaría por un corto tiempo al evento y luego regresaría a casa para acompañar a sus hijos.
El accidente de Celeste hizo que Vincent tuviera pesadillas. Soñaba con su esposa y su hija, pero era un sueño trágico que no lo dejaba en paz toda la noche.
Se sienta en la cama y sus ojos se notan apesadumbrados, opacos y sin brillo. Fijaba su mirada al infinito y por un momento deseó ser abrazado por alguien en ese cuarto oscuro y frío.
En su pensamiento llegó la mirada iluminada y la hermosa sonrisa de Celeste. Es como si aliviara su alma vacía con la cálida risa de esa mujer. Una sensación de paz recorrió su sistema nervioso y fue cuando pudo acomodarse en la cama y volverse a dormir.
¿Que será aquello que está despertando Celeste en él? ¿Será la manera en que ella puede ver la vida?
Celeste tiene un buen lado de humor y una personalidad única que la hace indescriptible.