Papá de Repuesto

✰✰ CAPITULO 4 ✰✰

Giovanni. 

 

Ver a esa mujer es como ver a mi ex, no es que se parezca, es por lo insoportable que es, cuando me asocie con el señor Maxwell, no pensé que dos años más tardes él le estaría cediendo su empresa a la niña caprichosa esa.

 

No la conozco en lo absoluto y no deseo conocerla, nuestro trato solo es laboral y nada más.

 

La miro atento mientras habla de sus planes para la exportación de textiles, es la mejor empresa de este país en cuanto a textiles. No solo manejan el mercado de la textilería sino que también crean sus propios productos y como consiguiente quise invertir en esta empresa, pero creo que me equivoque de aquí a final de año perderé mi inversión, estoy seguro.

 

Niego a lo que ella dice, la verdad es que pienso que debería hacer un registro de que se va importar, si pasa la calidad, la textura, si todo está en orden. Pero no ella va a la ligera, como para salir del cliente.

 

La reunión termina con un enfrentamiento entre ella y yo, así que para no seguir discutiendo algo que ella no entiende, prefiero irme a mi oficina.

 

Al entrar a mi oficina, la puerta es tocada, niego, no puedo creer que esa mujercita se atreviera venir tras de mí para tener la última palabra. Abro con ganas de decirle cuántas palabras se me ocurran para hacerle frente, pero la que está frente a mí es una de las gerentes de producción.

 

—Buenos días, Giovanni.

 

—Buenos días Perla, que te trae por aquí —me hago a un lado para que pasé.

 

Perla es con la única con la que he podido entablar una especie de amistad.

 

—Vine a verte y saber como te había ido en la reunión. Desde que la hija del señor Maxwell tomó el control todo ha sido decadente —la miró.

 

—¿Por qué lo dices?

 

—No creo que ella sepa cómo se maneja esta empresa, es más me atrevo a decir que ella llevara esta empresa en picada, aún no sentimos el golpe, pero estoy segura que en unos meses lo empezaremos a notar.

 

—No hables así, se está adaptando, además no es fácil manejar una empresa y menos si se trata de una industria de textiles, en sí ninguna empresa es fácil de manejar.

 

—Bueno y ¿cómo fue la reunión?

 

—No estuvo mal.

 

—Me imagino, y cómo estás, cómo te sientes con el cambio.

 

—No está mal, créeme he visto peores empresarios.

 

—Ya veo que caíste ante el encanto Adalyn Maxwell —pone cara de fastidio.

 

—Por lo visto no es de tu agrado.

 

—La verdad no, es una mujer antipática.

 

—Solo por eso.

 

—Y muchas otras que mejor me reservo, no quiero que tengas una mala perspectiva de ella, después de todo son socios y deben tener una relación laboral estrecha —desde que he llegado Perla, no deja de hablarme mal de Adalyn, creo que es su nombre.

 

Pero supongo que ella se ha ganado ese desprecio, de por sí es una persona antipática y engreída.

 

—A lo que viniste por favor, necesito esos reportes.

 

—Por supuesto aquí está, ya te envié el archivo a tu correo. 

 

—Gracias.

 

—Deberías pedir una asistente tienes derecho como todos los demás accionistas.

 

—Así estoy bien Perla —empezamos a revisar los documentos de la nueva producción.

 

Adalyn, no me lo ha pedido, porque simplemente para ella estoy pintando en la pared, pero quiero saber a donde se están yendo mis inversiones y quiero que produzcan más, después de todo es ganancia para mí.

 

Después de terminar salimos de mi oficina, todo marcha bien así que por hoy mi día terminó en este manicomio dirigido por Adalyn Maxwell.

 

Vamos al elevador, este cierra sus puertas pero logró detenerlo. En él está esa mujer loca engreída y no lo digo por lo que me dice Perla.

 

Perla la saluda y ella le devuelve el gesto… Me despido de Perla al llegar a su piso, quedando solo con Adalyn, su loción está impregnada en toda la caja metálica.

 

Algunas cosas se le caen la ayudó para que no diga que no soy un caballero, después de ayudarla las puertas se abren, ambos salimos yo voy al estacionamiento por mi auto.

 

Al llegar a mi apartamento me tomo un trago, siento que solo estoy perdiendo mi tiempo en este lugar.

 

Tengo una pequeña empresa de producción de algodón, la cual es una de las proveedoras de algodón para Industrias de textiles Maxwell, ya hace siete años que llevo proveyéndoles algodón y gracias a ello hoy día soy socio de ésta.

 

Me preparo para ir para mi empresa y ver como va la producción…

 

Al llegar a la empresa mi asistente se me acerca para darme información de la producción.

 

Al terminar de hablar con ella subo al Jeep para ir al campo y ver como va la nueva producción y cosecha. Todo está en orden y marcha acorde a lo esperado.

 

Los días siguientes no voy a Industrias de textiles Maxwell,  ya que estoy ocupado con el procesamiento del nuevo lote de algodón.

 

Salgo del elevador y lo primero que escucho es su voz.

 

—¿Cómo fue que se equivocaron con el colorante? —lleva sus manos a su cabeza. 

 

—La culpa fue de…

 

—No me interesa de quien fue la culpa Perla, tú eres la encargada directa o me equivoco —corta a la mujer que está frente a ella.

 

—Sí señora lo siento.

 

—Irina llama a Frank, desaparece de mi vista Perla —me acerco a ellas.

 

—¿Qué pasa? —pregunto.

 

—El nuevo hilado se echó a perder, eso sucede —mira las máquinas que están haciendo el hilado.

 

No sorprende su genio.




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