Papá de Repuesto

✰✰ CAPÍTULO 8✰✰

ADALYN.


 

¿Qué hago en sus piernas? ¿Cómo llegué aquí?

 

Giovanni abre sus ojos y me mira, su mirada es calmada, pero yo lo miro sorprendida.

 

—Espero que hayas dormido bien —sus palabras me sorprenden aún más, es como si yo hubiera buscado la comodidad de sus piernas.

 

Me levanto de su regazo y me siento erguida, tal vez dormida busque la comodidad y termine en sus piernas.

 

—¿Cómo? —me expreso, pero no termino la oración. —¿cómo fue qué…?

 

—Te veías incómoda y yo solo te ayude, pero tu te aprovechaste de mi buena voluntad…


 

Giovanni.


 

Se suponía que iba a ofrecerle ayuda a Adalyn, pero casi termino yéndome pero luego recordé porque había venido a su oficina. No dude más en ofrecerle mi ayuda, pensé que no aceptaría, pero me equivoque, aunque creo que por un momento dudo en aceptar.

 

Baje y en conjunto con Frank, empezamos a separar las fibras de algodón procesadas para así meterlas a la hiladora.

 

Unas horas después sentí esa fragancia, no voy a negar que su loción es una exquisitez, es más es olor grato, suave y delicioso.

 

Sentía su mirada sobre mí, pero fingí no prestarle atención, hasta que giré mi cabeza hacia ella. Disimuladamente nos preguntó si íbamos almorzar, para no decir nada deje que Frank decidiera.

 

Almorzamos los cuatro juntos y luego regresamos al trabajo.

 

—Señor Di Marco, se quedara, ya es hora de la salida —cometa Frank.

 

—Descuida no tengo nada más que hacer.

 

—De acuerdo —solo asentí.

 

No dijimos más nada, solo seguimos trabajando cada quien concentrado en lo suyo, hasta que ella llegó ofreciendo su ayuda, no abrí mi boca, si decía algo era seguro que íbamos a terminar discutiendo.

 

Así que solo me dediqué a seguir con lo mío…

 

Casi a la media noche se veía cansada, Frank le repetía una y otra vez que se fuera a dormir hasta que ella aceptó.

 

Ya casi a la madrugada ya no daba para más así que me fui a recostar un rato, al acercarme al sofá mire a Adalyn, se veía tan incómoda. Esa parte de mí que es amable me decía que la acomodara y mi otra parte que la detesta me decía que la dejara así, que ella misma se había buscado que le doliera el cuerpo en la mañana. 

 

Al final terminé acomodándola y tapandola, me senté en una esquina del sillón y cerré mis ojos, cinco minutos después sentí unas manos en mis piernas, abrí mis ojos para ver a Adalyn acomodar su cabeza sobre mis piernas, y aunque quise quitarla no pude, no sé porque razón no pude.

 

Bueno tal vez, solo tal vez quería ver que haría al despertar, lo más seguro era que me acusará. Por inercia lleve mis manos a su rostro y aparte algunos mechones de cabello que estaban en su rostro. Sentir su piel suave me causó un cosquilleo inexplicable, de inmediato aparté mi mano.

 

—Si fueras calmada como estas ahora, tal vez nuestro trato fuera mucho mejor —susurró pasando mis dedos por su mejilla.

 

Sacudo mi cabeza, llevo mis manos detrás de mí cabeza y cierro mis ojos. No sé en qué momento me quede dormido.

 

—Pero que lindos —abro mis ojos de golpe. —yo que les traía algo de tomar y los encuentro así bien juntitos —miró a la mujer quien sonríe.

 

Adalyn trata de estirar su brazos pero no puede, cierro mis ojos preparándome mentalmente para escuchar su boca.

 

La miro, ella parece sorprendida, me mira atentamente, su mirada es de confunción, sus mejillas toman algo de rubor.

 

—Espero que hayas dormido bien —le digo, me mira aun mas sorprendida.

 

Se levanta a abruptamente y se sienta erguida.

 

—¿Cómo? —pregunta. —¿Cómo fue qué…? —fórmula apenada, pero mo termina la oración.

 

—Te veías incómoda y yo solo te ayude, pero tú te aprovechaste de mi buena voluntad —mencionó levantándome.

 

—Espera que yo… olvídalo, gracias.

 

—¿Por qué?

 

—Por no lanzarme al piso y dejar que mi cabeza reposará en tus piernas —se levanta.

 

—Por qué lo haría —se encoge de h9mbros.

 

—¿Frank como va todo? —era mucho más tierna dormida.

 

—Tal vez para mañana la tengamos completa.

 

—Estumependo iré a mi apartamento a cambiarme.

 

—Lo que deberías es ir a descansar dile Frank —sugiere su amiga.

 

—Sí, como si no hubiera nada que hacer ¿no?

 

—Yo también iré a mi apartamento —menciono. —vuelvo para seguir ayudante Frank.

 

—Se lo agradezco señor Di Marco —asiento.

 

Me retiro a mi apartamento. Ya duchado me preparo para regresar a la empresa.

 

—Giovanni buenos días —saluda Perla.

 

—Buenos días Perla. Te puedo hacer una pregunta —me mira con suspicacia.

 

—Sí.

 

—¿Cómo fue que se confundieron de tintehace?

 

—No lo sé, que dijo esa mujer.

 

—Pero eres la encargada del departamento de producción, tu deberias estar pendiente de todo.

 

—Crees que soy culpable, le vas a creer a esa mujer lo que haya dicho.

 

—No le estoy creyendo a nadie, son los hechos que hablan por sí solos.

 

—No haría nada para perjudicar la empresa Giovanni —argumenta angustiada. —alguien quiere hacerme quedar mal.

 

—No te estoy acusando, tranquila.

 

—Significa mucho para mí que me creas —frunzo el ceño.

 

—Buenos días —saluda Adalyn.

 

—Estoy segura que ella sigue creyendo que soy la culpable, cuando no es así.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.