Papá de Repuesto

✰✰ CAPÍTULO 10✰✰

Adalyn.

 

Sí, fue incómodo despertar en las piernas de ese hombre, pero culpo a mi inconsciente por tal atrevimiento.

 

—¿Cuántos boletos de avión quieres, por qué si irás con alguien verdad?

 

—Aún no sé si llevar a alguien, sabes que aquí no me tienen fe.

 

—Pero necesitas a algún experto, porque no llevas a Frank —sugiere. —o podrías llevar al señor Di Marco —la miró ante su sugerencia.

 

—Frank se encargará de otros asuntos y Giovanni, pues no creo poder convivir con él.

 

—Pero estabas acurrucada con él —la fulminó con la mirada.

 

—Lo hice inconscientemente cuando estaba dormida.

 

—Pero disfrutaste de sus piernas —niego.

 

—Reserva dos boletos, tal vez le pida ayuda al señor Di Marco.

 

—¡Es en serio!

 

—A quien más le puedo pedir ayuda, con la estima que me tiene ese hombre dudo que no me diga que estoy haciendo las cosas mal.

 

—Es lo bueno de él, te dice las cosa en tu cara, creo que si te llevas a alguien más te dirá si eso está bien y todo para que quedes mal.

 

—Solo espero no equivocarme.

 

—Ahora que hablas de equivocarte, ya tienes el papá de repuesto —suelto un suspiro.

 

—No, no tengo nada, ningún candidato ni siquiera mis pretendientes los utilizaría.

 

—¿Qué harás?

 

—Me quedan dos semanas para preocuparme por ello. Mi preocupación en este momento es solucionar el problema que tenemos.

 

—Bueno, habitación juntos para que sigas disfrutando de su cercanía o separados —paró de firmar los documentos.

 

—Es broma Irina —la fulmino con la mirada.

 

—Bueno, es que dicen que del odio al amor hay un pequeño paso y yo pienso…

 

—Es mejor que no pienses Irina —la corto.

 

—Bueno, bueno ya, habitaciones separadas para que no haya tentaciones —niego.

 

Irina sale de mi oficina, la verdad es que si por mi fuera me voy sola, pero necesito a alguien que me de una guía y el único disponible es Giovanni Di Marco.

 

☆꧁༺✿☆ ✿༻꧂☆

 

Al terminar toda la producción de Franchesi me comunique con él para notificarle que su producto ya iba en camino.

 

Franceschi no dudó en invitarme al lanzamiento de su nueva colección, así como mi revista también participará para captar cada detalle que se dé.

 

Partimos hacia la primera ciudad donde teníamos la primera reunión. A la hora de cenar fue lo de siempre, lo que sí no me esperaba era la llamada de mi padre, donde al parecer el señor Louis, no dudo de contarle todo a mi padre. 

 

Recibí un sermón y aunque quería decirle que ya la empresa está en mis manos y cada decisión tomada es totalmente mía. Pero me aguante un poco la lengua. Además qué después de unos segundos uno de los platillos me provocó náuseas y no me quedó más remedio que cortar y salir a la carrera al baño.

 

Fue horrible, pensé que desecharía mi vida en el inodoro, de repente escuché su voz, me tensé, pero de nada sirvió empecé a vomitar nuevamente.

 

Luego de que casi me encuentra pegada al inodoro, me levanté al girar ahí estaba él, no se que tanto vio y no me importa, solo quería retirarme a mi habitación y descansar.

 

Cada quien se fue a su habitación, tomé una ducha y me coloque un pijama, la puerta fue tocada, supuse que era Giovanni, para preguntar a qué hora sería la reunión. Pero la verdad me sorprendió, él había traído comida, y no solo eso trajo mis snacks para antes de la comida, mi estómago lo agradeció y creo que el cacahuete que crece dentro de mí también.

 

Disfrutamos de los sándwich en silencio, después de terminar él regreso a su habitación.

 

Las reuniones no fueron sencillas pero logré algo al menos aunque uno de ellos me quería vender gato por liebre,  así que descarte a ese tramposo.

 

Firmé contrato con dos de las tres empresas que vi.

 

—Para mañana le estaremos enviando su pedido —Asentí.

 

—Muchas gracias Helena.

 

—No hay de qué para nosotros es un placer ofrecer nuestros productos a Industrias de textiles Maxwell —estrechamos la mano dando por cerrado nuestro trato.

 

Y así mismo fue con la otra empresa, estaba feliz porque ya había solucionado el problema de los proveedores.

 

Siendo sincera Giovanni me había ayudado muchísimo, es más me guió y me mostró que producto me convenía más. Claro que tampoco espere escuchar de él lo que me dijo después de cerrar los tratos.

 

—Adalyn, se que nosotros no iniciamos bien nuestra relación laboral, pero en vista de todo lo que he visto estoy dispuesto a ayudarte y guiarte en todo lo que haga falta —le sonrió.

 

—Ya dije que con gusto acepto su ayuda —levanto la mano en forma de trato.

 

Estrecho su mano, él sonríe. Algo extraño sacude mi cuerpo, pero lo ignoró.

 

—No se preocupe señor Giovanni, lo tomaré en cuenta siempre, si en verdad está dispuesto a ayudarme.

 

—Por supuesto le doy mi palabra.

 

—Se lo agradezco —lo miró por un instante. —es hora de empacar y volver, partimos en la noche.

 

—De acuerdo —cada quien se desvía a su habitación.

 

Empaco todo y reservo dos asientos de regreso.

 

A la hora de abordar nos toca compartir asiento, estuviera Irina aquí estuviera gozando de la situación.

 

Estaba tan cansada que terminé perdiendo mi batalla contra el sueño, eran cuatro horas de vuelo, pero el agotamiento era demasiado.

 

El sonido de algo latiendo en mi oído me hizo abrir los ojos, además una de mis manos tocaba algo duro, el subir y bajar de forma pausada me era extraño, era como el pecho de alguien.




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