Relatos sin desidia

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7/02/2024

Querido 51:

El invierno se vuelve más gélido sin ti, sin tus brazos envolviendo mi cuerpo, sin tus labios sobre los míos y sin tu cálida voz, lanzando argumentos al azar para intentar ganarme en una discusión sobre cualquier tontería. Ha pasado demasiado tiempo, mucho más del que debería. Ahora me conformo con observarte en clase, pero solo cuando planteas alguna pregunta interesante, cuando te llaman la atención por hacer algo que no debes o cuando todos los ojos se posan en ti. Desde entonces, no hemos hablado. Probablemente sea mi culpa, no me atrevo a iniciar una conversación contigo. Después de todo, todo terminó por mi culpa.

 
 
 
 
 
 




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