Se Solicita Esposa

5

Alejandra

El mes pasado ha sido un laberinto de emociones y desilusiones. Desde que Ricardo se fue, he estado atrapada en la búsqueda incesante de un trabajo, una lucha que parece interminable. Al principio, intenté mantenerme fuerte, convencida de que todo se resolvería y que pronto volvería a estar en pie. Pero cada día que pasa me recuerda que la realidad es muy diferente.

La imagen de Ricardo riendo con esa mujer hermosa se ha convertido en una sombra constante en mis pensamientos. Cada vez que cierro los ojos, la visualizo: su cabello sedoso brillando bajo la luz del sol, su figura esbelta y su sonrisa deslumbrante. La forma en que se mueven juntos, como si fueran el centro del universo, me hace sentir pequeña e insignificante. En comparación, me miro al espejo y veo una versión de mí que apenas reconozco. Mi cabello, que solía tener vida, ahora está opaco y desordenado. Mi piel, antes radiante, muestra signos de estrés, y mis ojos, que solían brillar con esperanza, ahora parecen más apagados. La tristeza se ha apoderado de mí, y cada vez que me miro, solo veo a una mujer que ha sido derrotada.

He tratado de enviar currículums a todos los lugares que se me ocurren, pero las respuestas son escasas. Cuando recibo un correo que dice "gracias por su interés, pero hemos decidido avanzar con otros candidatos", siento que un pedazo de mi alma se quiebra. La angustia de no saber cómo voy a cuidar de mi bebé me consume, y la presión de ser madre soltera se siente abrumadora. En medio de esta lucha, guardo la esperanza de que Ricardo regrese, que se dé cuenta de su error y vuelva a mi lado. Pero con cada día que pasa, esa esperanza se convierte en un espejismo, alejándose cada vez más.

Un día, mientras camino por el parque, me siento abrumada por la tristeza. Las familias juegan alrededor, riendo y disfrutando de la vida, y yo me siento como un extraño en un mundo que no me pertenece. A medida que me alejo, me doy cuenta de que he estado encerrada en mi propia burbuja de dolor, y el mundo sigue girando a su alrededor. De repente, veo a Leonardo, mi mejor amigo, acercándose. Su sonrisa es un rayo de luz en medio de mi oscuridad, y me siento un poco más aliviada al verlo.

Cuando Leonardo se acerca, siento que hay algo diferente en él. La preocupación en su rostro me hace dudar. No puedo evitar preguntarme si ha notado el cambio en mí, si ha visto cómo la tristeza me ha transformado.

—Hola, Alejandra. ¿Cómo has estado? —pregunta, y su tono es amable, pero hay un matiz de preocupación en su voz.

La verdad es que no he estado bien. La lucha diaria me ha desgastado, pero no quiero preocuparlo más. Así que sonrío y trato de parecer fuerte.

—Aquí, tratando de salir adelante —respondo, aunque sé que mi voz no transmite la seguridad que intento proyectar.

Leonardo me observa con atención, y en su mirada, puedo ver que no se deja engañar por mi fachada. Después de un momento, empieza a hablar de un proyecto en el que ha estado trabajando. Sus palabras fluyen, y aunque intento concentrarme, mi mente sigue divagando hacia Ricardo.

—En realidad, tengo algo que ofrecerte —dice Leonardo, y su tono cambia a uno más serio.

La curiosidad me invade. Tal vez este sea el impulso que necesito para salir de esta pesadilla.

—¿De qué se trata? —pregunto, sintiendo que mi corazón late con más fuerza.

—Hay una oportunidad que podría interesarte. Es un trabajo, algo un poco peculiar, pero creo que podrías hacerlo muy bien —dice, y su expresión muestra un destello de entusiasmo.

La intriga crece en mí. La idea de un trabajo, cualquier trabajo, me llena de esperanza.

—¿Peculiar? ¿De qué hablas? —pregunto, sintiendo que la curiosidad me consume.

—Tendrás que hacerte pasar por la esposa embarazada de un cliente muy importante —explica, y sus palabras me dejan atónita. La idea es tan absurda que no puedo evitar reírme un poco, pero la risa se detiene rápidamente al darme cuenta de que él está hablando en serio.

—¿Es en serio? ¿Por qué alguien querría eso? —pregunto, sintiendo que mi mente se niega a aceptar la idea.

Leonardo asiente, y su tono se vuelve más serio.

—El cliente tiene un viaje que realizar, y necesita que alguien lo acompañe como su esposa para dar una buena impresión. Él no puede llevar a su verdadera esposa por razones personales, y es donde entras tú. La paga es buena, y podría ayudarte a estabilizarte mientras encuentras un trabajo a largo plazo.

La idea me deja confundida. Hacerme pasar por la esposa de un extraño es un concepto que nunca hubiera considerado. Leonardo tiene un trabajo extraño, en realidad siempre pensé que únicamente se dedicaba a conseguir cosas que alguien deseaba comprar, tiene una página en internet donde hace ventas y es mediador en ciertos trueques llevándose una comisión, sin embargo, esto me ha volado la cabeza. Pero, al mismo tiempo, la necesidad de dinero y la desesperación por ser independiente me hacen dudar. La imagen de mi bebé y la presión de mantenerlo me empujan a considerar esta opción.

—No sé, Leonardo. Es muy extraño. ¿Y si algo sale mal? —digo, sintiendo que la incertidumbre me invade.

—Entiendo tus dudas, pero creo que es una buena oportunidad. Podrías ganar algo de dinero mientras te estabilizas. Y además, alejarte por un tiempo, encerrada en casa, solamente te estás enfermando y no es bueno para el bebé; no estarás sola en esto. Yo estaré contigo para apoyarte en todo momento.

El tiempo avanza, pero la angustia persiste. La propuesta de Leonardo resuena en mi mente como un eco que no se apaga. La idea de hacerme pasar por la esposa embarazada de un desconocido me parece absurda, pero también me confronta con una dura realidad: mis ahorros se están agotando. Cada día que pasa, la presión se siente más pesada, como una losa que aplasta mis esperanzas y sueños.

La semana ha sido una lucha constante. Me despierto con la ansiedad de no saber cómo voy a cubrir mis gastos, y la preocupación por el futuro de mi bebé me consume. Los pocos ahorros que tengo no soportarán más de un par de meses, y el costo del parto se cierne sobre mí como una nube oscura. A medida que reflexiono sobre mi situación, siento que las paredes se cierran a mi alrededor.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.