Johan.
Tiempo actual.
He de decir que la palabra nervioso se quedaba corto para descubrir mi sentir en este preciso momento.
Solté un gran suspiro nervioso, y cerré la caja dónde mantenía el anillo de compromiso que le daría a mi futura esposa.
—¿Por qué tanta suspiradera?
Ante esa pregunta guardé la caja en mi bolsillo, porque por nada del mundo mi abuelo se podía enterar de lo que estaba a punto de hacer porque se desataría la tercera guerra mundial.
—El trabajo me tiene estresado, abuelo.
—Haré como que te creó. Pero en realidad no lo hago.
Rodé mis ojos y me dirigí hacia el minibar de la mansión del gran afamado y aclamado Johanser.
—¿Cuándo piensas darme un nieto, Johan?
—Cuando aceptes de una buena vez a mi novia.
—Por lo visto no me lo darás porque yo a esa no la aceptó por nada del mundo.
Ese es el tema de nunca acabar. Porque mi abuelo se niega a que mantenga una relación con la mujer que amo, dizque porque ella solo piensa en ella y en nada más que no sea ella y su ballet.
—Abuelo…
Me serví una copa de licor y antes de que pudiese llevármela a los labios el vetustos me la arrancó de las manos y se tomó el contenido de un trago.
—No quiero a esa mujer en mi familia. Y mucho menos para llevar a mi bisnieto, al que consideraré el heredero de mi fortuna.
—Ella es la mujer que amo, abuelo. Entiéndelo de una buena vez por todas.
Johanser coloco el vaso en el minibar. Y dirigió una de su mano a mi hombro.
—Esa mujer no entrará en mi casa, Johan.
—Si no hay cabida para ella en esta casa, me iré.
—No te daría el corazón para dejar a un pobre anciano con problemas cardíacos, diabético, con miopía, astigmatismo y cualquier otro problema de salud que se le quiera agregar cuando el doctor me realice la revisión anual.
Hice una mueca antes de volver a rellenar el vaso con alcohol.
El abuelo es el ser más dramático que puede existir en este mundo.
—Abuelo, deja de estar diciendo que tienes problemas cardíacos, que eres diabético, miope, que tienes astigmatismo. Cuando en verdad gozas de una excelente salud. Porque Dios te puedes castigar, con todo lo antes mencionado.
—Tengo problemas cardíacos porque te empeñas en causarme disgustos, diabético porque prefiero morir de un coma diabético que aguantarte la maldita rogadera, para que acepte a la prestigiosa bailarina de ballet, según tú, a la que lastimosamente tienes por novia. Miope y con astigmatismo, porque no quiero ver a esa chica ni de lejos ni de cerca… además de esas enfermedades estoy pensando agregar un par más…
Johanser, nunca va a cambiar.
—Me tomaré unas vacaciones, abuelo.
—Ve a donde te dé la gana, pero nada de…
—Estoy bastante grande para que intentes controlar lo que no hago y lo que sí hago abuelo.
—No quiero esa mujer en tu vida porque veo que nunca podrás ser feliz con ella, Johan. Ella no es la mujer adecuada para ser tu esposa y la madre de mis bisnietos. Sé porque te lo digo.
—La amo, abuelo. La amo con todo el corazón.
Mi abuelo negó.
—Espero que cuando choques con la pared, el golpe sea llevadero Johan.
Tras esas palabras el abuelo se alejó del minibar.
Antes de que pudiese agregar algo más, escuché mi teléfono sonar, anunciando la llegada de un nuevo mensaje. Saqué el celular de mi bolsillo y al tomarlo, leí el mensaje que me acaba de llegar.
—Tengo un mes libre, amor.
Esas palabras lograron que brotará una sonrisa de mi interior.
—Te voy a sorprender, mi amor. Te voy a sorprender.
(***)
Maeva.
Al otro lado de la ciudad.
—¡TE DIJE QUE NO PAGARÉ ESA MALDITA CARRERA…!
Ante esas palabras formé mis manos en un puño, y agaché mi cabeza.
—Si no vas a estudiar administración de empresas, olvídate de que pagaré esa carrera.
Me mordí la lengua, por unos segundos.
—Elige Maeva.
—Nunca pondré por el suelo mis deseos, padre.
Tras esas palabras coloque mis ojos en mi padre.
—Entonces olvídate de que te pagaré la universidad.
—Bien, pero usted valla olvidando que tiene una hija, señor Schoweizer.
—No me toques las bolas, Maeva.
—Uhh, ¡Qué asco…! Eso se lo dejo a mi madre.
Papá me brindo una mirada fulminante.
—Maeva…
—No voy a tolerar que controles mi vida padre, y mucho menos que me entregues a ese idiota como si no valiera absolutamente nada. Quítame todo si quieres, porque no haré nada de lo que demandas, primero muerta.
#20711 en Novela romántica
#2806 en Novela contemporánea
embarazo, romace celos amor prohibido, romance serendipia amor embarazo
Editado: 19.08.2025