La misión del FBI se resumía en diez aspectos.
Al día siguiente, los setenta disminuyeron a treinta y cinco jóvenes. El agente Davis los citó a la Sala de Audiovisuales y llamó a los que no habían pasado la prueba, Seth no estaba entre ellos. La única ciudad que no quedó sin integrantes fue Des Moines. Luego de que se marcharon, un agente tomó el puesto de Benjamin, se presentó y realizó una introducción sobre lo que se trataba todo el proyecto. Comenzando con la misión del FBI.
Para pertenecer a la agencia no sólo se necesitaba tener una formación física muy estricta, la característica principal era la inteligencia. Según el agente Kwon, quien explicaba todo a los jóvenes que pasaron la prueba, los agentes federales, por lo general, estaban involucrados en la investigación de delitos complejos y sofisticados y como tal, era necesario un alto nivel de habilidades de razonamiento deductivo y mucha inteligencia. Los aspirantes para ser agentes debían poseer, como mínimo, una licenciatura de tres años de experiencia profesional —que de eso se encargaba el personal de docentes que fueron contratados—. También debían ser capaces de cumplir los requisitos de calificación de uno de los cinco programas de entrada, donde se encontraban: la contabilidad, la informática o tecnología de la información, el lenguaje, el derecho y la experiencia diversificada. Para eso habían usado la prueba diagnóstica, el agente Kwon explicó que se necesitaban jóvenes que soportaran lo suficiente como para llegar a ser fuertes mentalmente.
Otra de las características eran las cualidades personales. Los agentes debían poseer ciertas cualidades como la honestidad, la responsabilidad y una habilidad desarrollada de discernimiento, ya que iban a estar involucrados a menudo en asuntos penales que solían ser sensibles por su naturaleza, así que, un alto nivel de integridad era necesario. También tenían que gozar de una buena salud, claramente. Los aspectos del trabajo para un agente podían ser físicamente exigentes, por lo que, una condición física optima y mucha fuerza eran esenciales —de ahí tomaban el trabajo los entrenadores seleccionados para cada ciudad—. El agente Kwon mencionó que iban a someterse a un riguroso programa de entrenamiento físico, estrictos requisitos de la visión y audición, y someterse a una revisión médica completa cada tres meses, por si se presentaba un problema de salud en alguno de los jóvenes que podría obstaculizar el desempeño y por supuesto, les iban a exigir comer saludable.
La última característica que les habían enseñado era a saber trabajar en equipo. Los agentes dependían unos de los otros en su trabajo e incluso para asegurar la supervivencia, por lo cual, la habilidad de saber trabajar en equipo era una característica vital de un agente federal. Para eso, los chicos iban a recibir el apoyo de instructores y consejeros para desarrollar aquella habilidad.
Luego de la introducción, les dieron el horario que iban a llevar a cabo durante los primeros seis meses. El agente Kwon explicó que se dividía en dos grupos, donde acoplaron los horarios para que hubiese coordinación en las clases y cuatro grupos en los entrenamientos. Seth agradeció estar en el grupo dos con Matt y Alex. Las clases eran de lunes a viernes y les otorgaban descanso los sábados y domingos luego de las clases de entrenamiento, la preparación iba a consistir de catorce semestres y garantizaban el título de agente federal.
A Seth le había comenzado a gustar pertenecer al proyecto, tuvo dos noches muy reflexivas y decidió que no era tan malo después de todo. Tal vez era su destino, todo eso, lo que pasó en la secundaria, viajar a California y regresar. Seth esperaba la medicina, pero en realidad, el FBI lo esperaba a él. Su amistad con Matt y Alex también. Quizá valía la pena quedarse.