Seth Cook: La Historia Jamás Contada

30: 9/11.

Bajo Manhattan, Ciudad de Nueva York, Nueva York, Estados Unidos. Once de septiembre del 2001. 08:30.

—¿Crees que sea cierto? —preguntó Seth mientras iban en el auto hacia el edificio de la agencia en Nueva York—. La posibilidad del avión siendo secuestrado.

Llevaban unos tres días trabajando en un caso en Nueva York, cuando de pronto, recibieron una llamada de la Buró, advirtiendo sobre el posible secuestro del avión del vuelo 11 de American Airlines, el cual iba de Boston hacia Los Angeles. Seth y Simone no tardaron en salir del hotel donde se hospedaban, conduciendo lo más rápido posible hasta el edificio de la agencia.

—Nos llamaron —respondió su prometida, frunciendo los labios—. Parece ser importante. Pero lo único que anhelo es que en realidad no lo sea.

Cuando llegaron, tuvieron que subir hasta una sala de conferencias donde había una reunión con un selecto grupo de agentes, incluidos Seth y Simone. Comenzaron a explicar de que esa situación parecía tratarse de un ataque terrorista y no había mucha información acerca del secuestro del avión. Sólo el número de personas y que la FAA[1] y la NORAD[2] estaban advertidas acerca del caso.

La puerta de la sala se abrió y la mirada de Seth se dirigió hacia esta para saber de quién se trataba. Abrió los ojos con sorpresa cuando le vio. El hombre rubio, con el cabello largo echado hacia atrás para mostrar elegancia, el traje y una corbata azul claro, junto con una sonrisa en una entera combinación de amabilidad y vergüenza hacia los superiores de la sala.

—Lamento la tardanza —la reconocida voz se esparció por el lugar—. Mientras viajaba desde Rhode Island recibí una llamada para dirigirme inmediatamente a este edificio. Hubo ciertos problemas en el vuelo.

—No se preocupe, agente —respondió uno de los hombres, señalando la única silla vacía que quedaba—. Puede sentarse.

El hombre asintió, volviendo a sonreír y caminó hasta el lugar que le correspondía sentarse, al lado de Seth. Lo miró apenas lo hizo y le mostró los dientes con una nueva y amplia sonrisa.

—Hola, compañero —dijo, en voz baja.

—Es un gusto verte de nuevo, hermano —respondió Seth en el mismo tono, sonriendo—. En serio.

Simone giró la cabeza, curiosa, observando a la persona con la que Seth hablaba. Matt frunció el ceño cuando la vio, parecía muy sorprendido. Y al parecer, Simone también, Seth lo pudo ver en el leve movimiento de sus labios y las cejas unidas.

—¿Qué está haciendo aquí, agente O’Connors? —preguntó Matt.

—Creo que ha sido la pregunta más estúpida que usted me ha hecho —respondió ella, arqueando una ceja.

—Disculpen, ¿se conocen? —intervino Seth.

—¿Nos conocemos? —Matt soltó una risa sarcástica—. Eso va más allá de lo que en realidad pasó con nosotros, querido Seth. Ella ni siquiera sabe mi nombre y es porque no quiso ni saberlo. Además de que apenas y pude saber su apellido. Es decir, no sé si tú la conoces, pero, oh Dios mío. Mi segundo nombre es paciencia, pero Seth, ella es la mujer más insoportable de la galaxia.

—Sí, lo está diciendo el señor Perfecto —refutó Simone.

—Bien, suficiente, ustedes dos —Seth soltó un suspiro y miró a la mujer, sonriendo un poco—. Simone, él es Matt Morgan. Uno de mis mejores amigos, el hombre más amable que podrías conocer —luego miró a el rubio, que parecía sorprendido de nuevo—. Matt… ella es Simone O’Connors. La mujer de la que te hablé. Mi prometida.

08:46.

Hubo silencio por parte de ambos, de pronto todo se sintió incómodo entre los tres. Hasta que se escuchó un sonido estruendoso, como una explosión. Todos los presentes en la sala estuvieron alertas, levantándose de la mesa y observando, desde la ventana, como la torre norte del World Trade Center estaba en llamas por el choque de un avión.

—Oh, Dios mío —murmuró alguien.

—El avión del vuelo 11… —susurró Seth para sí mismo, aunque Matt y Simone lo escucharon.

—Necesitamos evacuar, ¡ahora mismo! —exclamó uno de los agentes que lideraba la reunión y luego, una alarma comenzó a sonar.

Todos comenzaron a salir de la sala, caminando rápidamente hacia las escaleras, donde había también otras personas bajando por ellas. Seth, Matt y Simone permanecieron juntos hasta que llegaron al primer piso del edificio. El pelinegro corrió hacia el auto y Matt y Simone lo siguieron.



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En el texto hay: doblepersonalidad, secretos, tid

Editado: 04.01.2019

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