Sombra de Guerra

Capítulo 12

El amanecer comenzaba a teñir el cielo con un tenue color rosado cuando Petrov regresó al campamento. Cada paso que daba se sentía más pesado que el anterior, como si el peso de su pasado lo estuviera aplastando poco a poco. Sabía que no podría ocultar sus secretos por mucho tiempo. El extraño que lo había confrontado había removido una herida que nunca se había cerrado por completo.

Sergei lo esperaba en el borde del campamento, con una mirada de preocupación. —Petrov, ¿qué pasó anoche? Estabas inquieto.

Petrov pasó junto a él sin detenerse, su mente centrada en lo que debía hacer. No podía ocultar más la verdad. Si quería recuperar el control de la situación, tendría que enfrentarse no solo a su enemigo, sino también a aquellos a quienes había fallado.

—Reúne a los hombres en la carpa de mando —ordenó sin mirar atrás. —Es hora de que sepan lo que está pasando.

Sergei lo observó, sorprendido por la frialdad en su voz, pero asintió y se apresuró a cumplir la orden.

Dentro de la carpa, Petrov se sentó frente al mapa del terreno que habían estado usando para planificar sus movimientos. El enemigo los estaba observando, eso era evidente. Pero lo que realmente le preocupaba era lo que el extraño había dicho: La verdad está en las sombras que dejaste atrás. Sabía que su pasado estaba entrelazado con el presente de una forma que apenas comenzaba a comprender.

Poco a poco, los hombres fueron entrando en la carpa, sus miradas curiosas y expectantes. Sergei fue el último en entrar, cerrando la lona tras de sí.

—Escuchen —comenzó Petrov, su voz firme pero cargada de tensión. —Sé que han notado que algo no está bien. Que hay más en juego de lo que parece. Y tienen razón.

Un murmullo recorrió a los hombres, pero Petrov continuó antes de que pudieran empezar a hacer preguntas.

—Anoche, me encontré con alguien. Alguien que ha estado observándonos. No es solo un enemigo común. Este hombre sabía cosas sobre mí, cosas que pensé que había dejado atrás hace mucho tiempo —Hizo una pausa, sabiendo que lo que iba a decir cambiaría la percepción que los hombres tenían de él.

—He cometido errores en el pasado. Errores que creía que podía enterrar. Pero esos errores han vuelto para perseguirme, y no soy el único que está en peligro por ello. Todos ustedes están involucrados.

Los hombres se miraron entre sí, visiblemente confundidos. Sergei fue el primero en hablar. —¿Qué estás diciendo, Petrov? ¿Qué clase de errores?

Petrov cerró los ojos por un segundo, preparándose para lo que tenía que revelar. —Hace años, en una misión, tomé una decisión que condenó a un grupo de mis propios hombres. Fue una traición. No había forma de salvarlos, y yo... decidí seguir adelante. Esa decisión me ha perseguido desde entonces. Y ahora, parece que aquellos a quienes traicioné no están dispuestos a dejarlo pasar.

El silencio en la carpa era abrumador. Los hombres lo observaban con una mezcla de sorpresa y desconcierto, como si estuvieran viendo a alguien completamente diferente. Sergei, sin embargo, mantenía una expresión inescrutable.

—¿Y ese hombre, el que viste anoche? —preguntó Sergei en voz baja. —¿Qué tiene que ver con todo esto?

—No lo sé con certeza —admitió Petrov. —Pero está claro que sabe más de lo que ha dicho. Y estoy seguro de que es parte de una red más grande, una que está tirando de los hilos en las sombras, manipulando esta guerra para su propio beneficio.

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —preguntó uno de los hombres, su voz temblando ligeramente. —¿Nos quedamos aquí y esperamos a que nos ataquen?

—No —respondió Petrov con determinación. —Vamos a adelantarnos a ellos. Ya no podemos seguir reaccionando. Es hora de tomar la iniciativa.

Se levantó y caminó hacia el mapa en la mesa. —Aquí es donde el transmisor del traidor nos llevó. Es el único punto que tenemos, así que lo usaremos. Nos moveremos hacia esta ubicación al amanecer. Pero quiero que todos estén preparados para lo peor. No estamos enfrentando solo a soldados; estamos enfrentando algo mucho más calculado.

Los hombres asintieron lentamente, procesando la nueva realidad. Sabían que la situación era más peligrosa de lo que habían imaginado, pero también confiaban en Petrov, a pesar de las revelaciones sobre su pasado.

Sergei se acercó a Petrov cuando los demás comenzaron a dispersarse. —¿Estás seguro de esto, Petrov? ¿Estás seguro de que no es una trampa?

—Todo puede ser una trampa —respondió Petrov en voz baja. —Pero si no actuamos, estamos muertos de todas formas.

Sergei lo miró a los ojos durante unos segundos, antes de asentir con firmeza. —Estoy contigo.

Petrov sintió un breve alivio. Sabía que no había sido fácil para Sergei aceptar la verdad sobre su pasado, pero su lealtad permanecía intacta.

Mientras el campamento se preparaba para moverse, Petrov sabía que estaban entrando en territorio desconocido, no solo en el campo de batalla, sino también en su propia mente. Las sombras de su pasado seguían acechando, y el camino hacia la redención sería más peligroso que cualquier misión que hubiera liderado antes.



#383 en Thriller
#163 en Misterio
#1324 en Otros
#238 en Acción

En el texto hay: soldados, supervivencia, venganza

Editado: 10.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.