Al llegar al hotel, en la recepción se encontraba una señora y el que parecía ser su hijo hablando con la recepcionista, al parecer estaban buscando a alguien —Ay por el amor de Dios, mamá, ¿Por qué has salido sin avisarnos? —la mujer se acercó a la señora Leonora para abrazarla.
—Hija de que te preocupas, si ni me tardé, vi a esta jovencita en la calle y he salido a ayudarla, solo es eso, Alejandra ella es Tn, Tn ella es mi hija Alejandra y mi nieto Andrés, pero de cariño le decimos Andy —señalo al joven al lado.
—Mucho gusto, ¿te encuentras bien? —esta vez se dirigió a mí la hija de la señora.
—No tiene a nadie, la he visto ponerse pálida, parecía que iba a colapsar en cualquier momento y peor aún, en plena calle, está sola en este país tan alejado sin nadie que la acompañe y le he dicho que viniera conmigo.
—Oye, pero no puedes andar así por la vida, te pudo haber pasado algo.
—Alejandra déjala, no se encuentra bien, mira ya se ha puesto triste, ven Tn, vamos a buscarte una habitación, Andy ayúdame a guiarla, que apenas y puede andar de pie.
—Sí abuela, ven toma mi brazo —los tres nos dirigimos a la recepcionista donde la señora Leonora se encargó del proceso y yo de pagar, pese a la insistencia de ella, no podía llegar así y dejar que hiciera eso —mi abuela puede llegar a ser un poco insistente ante ciertas circunstancias, pero es muy amable.
—No quisiera ser una carga para ella, apenas y me conoce y ya me está tratando como si nos conociéramos de toda la vida.
Mientras iba conociendo un poco más de la familia de la señora Leonora, nos dirigíamos a la habitación que tendría por los próximos días hasta encontrar algún lugar seguro a insistencia de las dos mujeres que tenía frente a mí.
—Ya déjala, mamá, pobre chica, vas a hacerla sentir mal, mejor hay que hablar a algún médico para que la vea, después debe ir a descansar un poco.
—Muchas gracias por todo, no quisiera incomodarles —me senté en uno de los sillones al lado de la cama junto a la señora Leonora —ustedes iban a algún lugar, no me gustaría arruinar sus planes, puedo quedarme aquí.
—Que cosas dices, tu salud es primero, solo íbamos a dar la vuelta por ahí, mi madre es algo insistente con algunas cosas, pero en algo tiene razón y es que no te íbamos a dejar por ahí, es peligroso andar por las calles sola, si no tenías a nadie, ahora puedes contar con nosotros, pero por ahora iré a buscar un médico, tu tranquila.
—Muchas gracias —dije antes de que la señora saliera dejándome con dos pares de ojos puestos en mí.
—¿Por qué has salido de tu país así? No tienes a donde ir y nada contigo más que lo que llevas puesto.
—Es difícil para mí explicar lo sucedido en las últimas 48 horas, parecía que todo iba bien, pero cuando menos lo pensé estaba todo de cabeza.
—Pero todo tiene una explicación querida, depende de ti si las cosas te afectan o no —sus palabras me recordaron a Jungkook, de alguna manera también estaba molesta con él, y conmigo.
—Quisiera decirle que sí, pero hay ocasiones en las que las cosas que se dicen o hacen no tienen razón alguna, aunque se haga por proteger, si es algo que cambia la manera de percibir la vida, no hay razón para darle una justificación.
—Sí lo ves desde otro punto de vista claro que sí, y dime, ¿tienes pensado que hacer aquí? —preguntó tomando mis manos entre las suyas con preocupación.
—No, no creí que llegaría hasta aquí y menos estar en estas condiciones, no sé qué hacer aquí, pero tampoco tengo en mis planes volver a mi país. —Antes de que pudieran preguntar algo más, la figura de la señora Alejandra acompañada de alguien llego a nuestro lado, al parecer habían encontrado al médico que tanto buscaban.
—Él es el Doctor Altamira, Doctor, ella es la chica que le comenté.
—Bien, nosotros saldremos, cualquier cosa estaremos afuera de la habitación —yo asentí y ellos solo salieron.
—Hola, ¿en qué puedo ayudarte?, ¿Qué es lo que sientes? —preguntó sentándose en el sofá frente a mí.
—Estoy un poco aturdida por lo sucedido estas últimas horas, hace un rato he perdido el equilibrio, aun siento el corazón latiendo con fuerza, siento cansancio y dolor de cabeza.
—¿Has recibido una noticia fuerte o has estado en situaciones de mucho estrés? ¿alguna enfermedad relacionada a ansiedad, presión baja o alta?, ¿has consumido alimento en las últimas horas? —preguntó sin dejar de verme.
—Hace unas horas recibí una noticia algo fuerte, y en cuanto a mis antecedentes médicos, he presentado depresión severa, así como anemia, y en cuanto a alimentos no, no he podido comer bien ya que siento nauseas.
—Bueno, parece ser que todo se relaciona con ese evento, y las cuestiones que me cuentas, ¿has dormido bien?
—No, tome un vuelo de Londres a Corea y de Corea hasta aquí en los últimos dos días, he dormido muy poco en ambos vuelos y en el poco tiempo que estuve en Corea ha pasado lo de la noticia fuerte.