Un Misterio (para)normal

CAPÍTULO 11

Ruedo por la cama intentado huir del irritante sonido. No sé qué es, los domingos no suelo poner el despertador. Después de unos minutos, la música cesa y puedo seguir durmiendo. Disfruto de la calidez de las sabanas, la suavidad, el olor… <<Logan>>

Me levanto de golpe y un pequeño mareo me nubla la vista. Miro por toda la habitación buscando rastro de los chicos, pero parecen haber desaparecido. Asustada me levanto, y justo antes de salir por la puerta, vuelvo a oír la musiquilla de antes: es el móvil.

Intrigada por la llamada contesto sin apenas mirar la pantalla.

— ¿Si? —contesto despistada. En verdad estoy preocupada por el paradero de los tres fantasmas que han decidido vivir conmigo.

— ¡Cómo que ¿sí?! Ahora que tienes a tres chicos cañón detrás de ti ¿Te has olvidado de tu mejora amiga o qué?

Ceso la búsqueda desesperada al reconocer la voz de Camila al otro lado del teléfono.

— ¡Perdóname Camila! He tenido mil cosas en la cabeza, y esta feo decirlo, pero me he olvidado de ti.

— ¡Ya me lo he imaginado cuando no he recibido ni una llamada tuya desde el miércoles! ¡Y estamos a domingo! —grita.

— Bueno mujer, perdóname. Ha pasado muchas cosas, para compensarte ¿nos vemos esta tarde? Te invito a todo lo que quieras del Cherry’s.

Se oye silencio al otro lado de la línea, como si estuviera pensando. Y aunque me arrepiento de lo que he dicho, sé que la he convencido.

— Bueno vale, a todo lo que quiera.

— Sí, sí. A las seis en la cafetería ¿Vale?

— Por mi bien, iré haciendo espacio.

— ¿Me voy a arrepentir de lo que he hecho, verdad?

— Puedes estar segura. ¡Te quiero! ¡Adiós!

— Adiós

No entiendo el carácter infantil de mi amiga, nunca lo he hecho, y no crea que lo entienda ahora. Me levanto y me visto con las primeras prendas que me llaman la atención. Desde hace días que me siento distinta, como si quisiera ser vista y no pasar desapercibida; por eso, cojo unos vaqueros rotos que me compró mi tía, una camisa de Marvel, y una vieja chaqueta para completar el look. Me miro en el espejo y sonrió con lo que veo, me gusta el cambio. ¿Tal vez la llegada de los chicos haya ocasionado este cambio en mí? No lo entiendo y no debería ser así; pero inconscientemente acabo pensando en Logan y en el momento que compartimos juntos anoche, no pasó nada, y eso fue lo mejor.

¿Cómo es posible que sienta algo por un fantasma? Prefiero olvidarlo, necesito ser fría y no dejarme llevar por los sentimientos, pues en cuanto les ayude, sé lo que va a pasar: él se irá y la que se quedará con el corazón roto y los sentimientos hechos añicos, soy yo.

Decido no pensar más en ello, son locuras que no me convienen justo en este momento. Con el estómago rugiendo, y la cabeza despejada, decido que es hora de bajar a desayunar. Escalón a escalón voy oyendo una serie de ruidos extraños que provienen de la cocina, asustada, busco cerca de mí algo que me pueda servir de arma. Sé que mi tía no está en casa, y de los chicos no sé nada. ¿Entonces quién está en la cocina? Con el paraguas en ristre —lo primero que encontré en el pasillo— avanzo despacio hacia dicha zona de la casa, intentando no hacer ruido para no ser descubierta.

Cuando asomo la cabeza por la puerta, no me puedo creer lo que estoy viendo: la harina vuela por un lado, los huevos se estrellan en el suelo, las sombras van y vienen por la cocina, los vasos se rompen también contra el suelo… Todo está hecho un caos, y justo en el centro de dicha tormenta, tres chicos apurados destacan entre la basura.

— ¿Se puede saber qué estáis haciendo?

Los tres dejan lo que están haciendo y se giran hacía mi con los ojos abiertos de la sorpresa. Nos miramos, intentando comprender bien la situación, y entonces parecen reaccionar.

— ¡Sorpresa! —gritan a la vez.

— ¿Esto pretendía ser una sorpresa? — con paso vacilante entro en la cocina, y de verdad que estoy asustada. Me encuentro media vajilla en el suelo, la comida por la encimera, y la basura a rebosar. — ¿Qué pretendíais hacer?

— El desayuno para ti. Era un regalo por ayudarnos, pero se nos ha ido de las manos, todavía no sabemos manejar muy bien los objetos.

— Ya lo veo, pero no hacía falta todo este trabajo por mí.

— Es lo menos que podemos hacer después de todo— dijo Logan.

A pesar de estar algo enfadada por el estropicio, sus ojos consiguen consolarme. ¿Cómo lo hace?

— Venga siéntate —me invita Alex— a pesar de todo este desastre, hemos conseguido hacer algo.

Sonrío como muestra de gratitud y le hago caso. Avanzo despacio por la cocina hasta llegar a la pequeña mesa que usamos para desayunar. Por suerte, parece ser la única zona segura y limpia de comida.

Una vez que ya estoy sentada y esperando impaciente el desayuno, Alex se acerca con un plato repleto de alimentos suculentos: una tostada, macedonia de frutas, y dos tortitas con chocolate por encima; además, Nathan me tiende una taza de rico y espumoso cola-cao. Sin poder evitarlo, mi boca se hace agua.

— Tengo que reconocer que a pesar del desastre que habéis dejado, todo tiene una pinta estupenda. —sonrío sinceramente, y veo que ellos suspiran aliviados, como si esperasen mi bendición.

— Te lo agradecemos, te mereces esto y más.

Empiezo a comer. Siento que si siguen hablando así acabaré llorando. Ni que decir tiene que todo está muy bueno. No dejo una miga en el plato, y sé con certeza de que por lo menos he cogido un par de kilos más. Cuando termino decido limpiar yo la cocina. Ellos ya han hecho suficiente. Al acabar me dirijo al comedor donde me les encuentro tumbados viendo la tele, me uno a ellos, y con el paso de las horas nos encontramos contando bromas y anécdotas como un grupo de amigos.

Me gusta el yo en el que me convierto cuando estoy con ellos. Puede que me encuentre más cómoda con los espíritus que con las personas de verdad, pero si lo pienso bien, ellos son tres chicos que solo necesitan mi ayuda para poder sobrevivir; ellos no son como el resto de fantasmas con los que trato. Ellos, al fin y al cabo, son seres humanos que se encuentran perdidos en el mundo equivocado. Comprendiendo esto, me prometo a mí misma hacer lo necesario para ayudarles, pues he encontrado en ellos una bonita amistad.



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En el texto hay: misterio, fantasmas, amor

Editado: 02.03.2021

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