Un Recuerdo Del Pasado

Capítulo 3: Eric Muller

Un ruido me sobresaltó de golpe, es como si fueran roto miles de vidrios, luego aquella voz se escuchó, mi piel se erizó y mi cuerpo se llenó de ira, como odiaba escucharlo, prefiero escuchar el silencio rotundo que hay en este lugar

- Esmeralda, hermosa ¿Te estas divirtiendo? – La estúpida voz de Eric se escuchó en los altavoces que hay alrededor de las paredes de cemento de el laberinto, rodee los ojos irritada.

- ¡ERES UN MALDITO! – grité.

No podía creer que existian personas tan repugnantes y mierdas en este mundo, pero ahí estaba Eric como prueba, por si alguien lo dudaba.

- Sh, no deberías tratarme tan feo, he venido a charlar contigo, y eso no te pasa muy a menudo muñeca.

Respiré hondo, este tipo me sacaba de mis casillas.

- Lo último que quiero en este mundo es tener que hablar contigo. - Tra´te de no perder la cordura, pero con Eric no era nada fácil conservarla.

- Vamos, no seas tan grosera, ese tipo de actos no son los de una dama.

Quería verle la cara y escupir en ella, no podía aun creer que en el pasado estuve locamente ilusionada con él.

~

Bufé de nuevo, se suponía que vería a Verónica junto a su hermano en la entrada del centro comercial hace treinta minutos, pero aun no llegaban, y no soy muy paciente, suelo perder la paciencia muy rápido, y estresarme es el camino más fácil. Hace ya dos años había ocurrido mi accidente y hace uno empecé la universidad, Vero se convirtió en mi amiga desde el primer saludo que nos dimos, congeniamos de una manera magnifica, y es una gran persona, pero detesto su imputualidad, me imagino a Jackson discutiendo con ella.

Me levanté del asiento dispuesta a irme, ¿Qué podía hacer aquí? Estaba más que claro que Vero no llegaría. Caminé hacía la salida y llamé un taxi, no me apetecía ir caminando, eso aumentaría mi estrés.

- Esmeralda – una voz masculina me detuvo, gire y me encontré con un morocho, muy guapo podría decir, es alto y bien vestido.

- Eh – susurré nerviosa - ¿acaso te conozco?

- Entonces es cierto – dijo más para sí mismo – Soy Eric Muller, estudie contigo en la secundaria, ¿acaso no lo recuerdas?

Sonreí negando.

- Tuve una pérdida de memoria – me encogí entre hombros

- Algo así escuche – volvió a sonreír - ¿ya te ibas? Quisiera invitarte un café, y comentarte lo buenos amigos que éramos.

Lo dudé por unos segundos pero terminé aceptando, por lo menos mi visita al centro comercial no había sido en vana, dado que tomaría un café con un guapo chico, además necesito amigos, y sólo puedo decir que cuento con la compañía de mi madre, Vero y su familia, y uno que otro amigo en la facultad. Las personas que dicen que desean perder la memoria por olvidar momentos o sucesos horribles, no saben de verdad lo que estan diciendo.

Siempre vives conduda, la soledad se hace parte de ti, no reconoces a nadie, y todo el mundo son desconocidos.A unque pase varios meses tratando de recuperar la memoria con tratamientos psicologicos, nada funciono. Creo que lo más me duele  es no recordar nada de mi niñez, es simplemente deprimete. Es empezar una nueva vida, pero incompleta.

- ¡No me lo puedo creer! – reí, mientras trataba de ocultar mi rostro con las manos, mis mejillas estaban relativamente calientes, Eric no paraba de hacerme reír con sus anécdotas.

- Si, te lo juro, cuando te vi me coloque muy nervioso, tanto que me caí en el partido por estar mirándote.

- Oh vamos, estas exagerando.

- No tendría por qué mentirte Esmeralda – me sonrió y bebí mi último sorbo de café, miré la hora y ya era tarde. Mi preocupación fue reflejada.

- ¿Te tienes que retirar?

- Si me temo que ya es tarde – tomé mi chaqueta y me levanté de la silla.

- Te puedo llevar si lo deseas – ofreció mostrando sus llaves, me sonrojé por alguna razón.

Eric era agradable, durante nuestras dos horas en aquel café se comportó como todo un caballero, a pesar de sus incomodos coqueteos hacía mí, me hizo sentir muy bien, no paraba de mirarme y de decirme piropos, aun no podía creer que haya dicho que estuvo enamorado por mucho tiempo de mi cuando estudiaba en el mismo instituto que yo.

Ahora se encontraba llevándome a mi hogar, mi madre probablemente esté allí, así que lo invitaré a pasar, a lo mejor ella lo conoce y tendremos una visita agradable.

- No puedo creer lo hermosa que estas – me miró por unos segundos mientras aparcaba el auto cerca de la acera.



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En el texto hay: pasado oscuro, amor, pasadoysecuestro

Editado: 30.06.2018

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