#3

Un sollozo llego enseguida, pero no pudo quedarse ahí, inmediatamente salió de ese lugar.

__ ¡Elisa, espera! –Ella al escucharlo, apresuro su paso pero Martín fue más veloz y la tomo de su brazo- Quería decírtelo… Te lo juro que te lo iba a decir.

__ ¿Desde hace cuánto, Martín? –pregunto destrozada-

__Seis meses –dijo cabizbajo-

__ ¡SEIS MESES! –Exclamo, hacia tanto tiempo que esto sucedía en sus narices y nunca se dio cuenta- ¿por qué no me lo dijiste?, ¿por qué esperaste a que me enterara de esta manera?

__ Lo nuestro ya no era lo mismo, todo era monótono. Nuestra relación se convirtió en una constante rutina, sinceramente deje de sentir cosas por ti desde hace mucho tiempo. Erica es muy diferente a ti, es alegre, divertida y me hace muy feliz.

__ En este preciso momento te odio tanto, Martín-comento con lágrimas recorriendo sus mejillas-

__ Lo siento.

Elisa se sentía tonta y agobiada, Martín desde hacía mucho ya no la quería, mientras que ella cada día se juzgaba preguntándose qué era lo que había hecho mal, pero no era eso lo que la hacía enojar, sino que lo amaba, lo amaba como nunca jamás amo a nadie y en no lo valoro.

__ Está bien –logro decir- pero discúlpame tu a mí por no hacerte sentir de la misma manera en la cual Erica te hace sentir, lo siento por no ser suficiente para ti –negó cabizbaja- se feliz, Martín.

Ella giro sobre sus talones y siguió su camino, sollozos tras sollozos. En un momento se detuvo y se volteo para verlo, Martín seguía ahí, descalzo, sin camisa y con su cabello enmarañado, mientras que gotas de lluvias comenzaban a caer sobre él y fue entonces que continúo su camino. Al llegar a su hogar y notar lo que le había preparado, la hizo enojar mucho más, quito todas las velas, estrello la botella de vino contra la pared, aparto todas sus fotografías y no fue hasta entonces que la vio… Vio la prueba de embarazo y se deslizo al suelo para empezar a llorar, sus ojos cada vez estaban más hinchados.