Volver a Enamorarse

Capítulo # 10

Capítulo # 10

En Italia.

En el departamento Dupuis.

Después del pastel estuvieron platicando de sus gustos, metas y lo que querían lograr en el futuro.

—Oye, Alain —dijo ella acostada en el sofá junto con él—. Si no llegara a funcionar nuestra relación. ¿Qué harías?

—Me embarazaría —soltó con una sonrisa.

Ella comenzó a reírse sin parar, estaba diciendo disparates.

—Un hombre no se embaraza —le dijo sin evitar reírse.

—Pero, tiene que haber una ley que pueda hacerlo —expresó con una sonrisa. Le encantaba que ella sonriera—. Si no llegara a funcionar, al menos quedar como buenos amigos.

—No sería justo para ti —expresó.

—Quiero que lleguemos a todo Tasia. No quiero que quedemos en unos simples amigos, quiero ser el hombre de tu vida y el padre de tus hijos —confesó mirándola a los ojos y agarrando su mano—. ¿Te gustaría tener una familia grande conmigo o pequeña?

—Dos nada más —respondió con cierta ilusión. Quería ser madre en algún momento de su vida—. Pero eso sí, el nombre de mi primer bebé tiene que colocárselo mi hermana Liliana.

—¿Por qué? —preguntó confundido.

—Es que mi primer sobrino se llamaría Liam, pero una vez le comenté a Joseph que mi primer hijo se llamaría Archie, claramente lo hizo para que creyera que lo hacía porque me amaba y no era cierto —dijo con cierto pesar—. Nunca se lo he confesado a nadie, pero, ahora que tengo conciencia y comprendo las cosas. Sé que mi hermana quedo frustrada con ese sueño.

—Qué hombre tan nefasto, colocarle ese nombre para lograr su objetivo —dijo con repudio.

—Así que, por favor. Si llegamos a tener un hijo, permitas que ella lo haga —le pidió.

—Está bien, te lo juro —afirmó

Él la besó y estuvieron un rato besándose. Hasta que ella se separó de él.

—Tengo que irme.

—Sí, es tarde y necesitarás arreglarte —comentó él. Quería que estuviera bellísima para su próxima salida.

Tasia se levantó con cuidado, pero se mareó. Logrando que Alain se levantara rápidamente y la sentara.

—¿Estás bien? —le preguntó angustiándose.

—Sí, solo fue un simple mareo —contestó, a veces le pasaba, pero se debía a la anemia que tenía. No era mucha, pero debía de cuidarse por la sangre que perdió.

—¿Te está pasando seguido? —preguntó espantado de que no estuviera bien de salud.

—No, es a veces —respondió sintiéndose bien y sonriéndole—. No te angusties, Alain, no está pasando nada malo.

—Como me pides que no me angusties, si estuviste al borde de la muerte —le recordó con angustia.

—Ya se me pasará —expresó con una leve sonrisa. Sintió como la ayudaba a levantarse de nuevo—. Me voy, quiero ponerme hermosa para pasar una noche maravillosa.

Él no estaba muy convencido y prefirió llevársela al departamento de sus suegros y regresar, quería que la noche fuera especial.

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Tasia había llegado sana y salva al departamento. Estaba ansiosa de salir con Alain. Estaba disfrutando los momentos con él y quería más, se fue a su habitación y abrió el closet para elegir la ropa adecuada. Estaba segura de que su novio la llevaría a un lugar supercaro y romántico. Era el hombre perfecto, lástima que no estaba enamorada de él y eso era lo que más le molestaba.

—Hija —habló Aimeé acercándose a la puerta. Observó que estaba eligiendo la ropa—. Estás muy animada.

—Saldré con Alain, estoy entusiasmada.

—Me alegro escucharlo mi niña, estuve pensando que me gustaría hacerle a tu hermana un baby shawer o una revelación del sexo del bebé.

—Madre, no te entusiasmes mucho, Raffaello está demasiado pendiente de mi hermana y te aseguro que le hará de todo —dijo ella mirando un vestido de color rojo—. ¿Qué te parece este?

—Tu piel es un moreno muy hermoso, Tasia, cualquier color te quedará perfecto —le aseguró su madre—. Eres preciosa.

—Sabes, me cuesta creerlo —dijo con cierta timidez.

Su madre se acercó a ella y la abrazo con tanta protección. El malnacido de Joseph se había aprovechado de la vulnerabilidad de su hija pequeña para engañarla de esa forma, se arrepentía de no haber estado pendiente de ella en su momento.

—Créelo, hija —dijo sin soltarla—. Tus vales mucho y eres hermosa por dentro y por fuera.

—Gracias mamá. Ayúdame a vestirme y colocarme hermosa para Alain —expresó con una alegría. Quería hacerlo sentir bien y que fueran una verdadera pareja.

—Confía en mamá, te dejaré preciosa —aseguró completamente feliz de ser de ayuda para su pequeña.

Mientras que la madre e hijas estaban platicando sobre lo que harían. Alain estaba encargándose de organizar todo para que todo saliera perfectamente bien y que fuera una salida maravillosa. Sería la primera de muchas con ella, ahora que eran novios, la sentía un poco más cercana a él, pero en el fondo reconocía que ella no estaba enamorada de él, solo estaba abriéndose y dándose una oportunidad. Confiaba que las cosas cambiarían y que se enamoraría con él con el tiempo.

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Las horas fueron pasando. El atardecer se había escondido para darle inicio a la noche.

Tasia había elegido el vestido de color rojo pasión. Se veía sexi y muy feliz, su madre la había maquillado y se veía deslumbrante, y eso lo que quería, verse maravillosa para Alain.

—¿Te ves, preciosa? —habló su padre al mirarla cómo estaba terminando de arreglarse.

—Gracias, padre.

—Tienes que cuidarte muchísimo, trata de no comer cosas en exceso, te lo recomendó el doctor.

—Sí —dijo. En eso escucharon el sonido del timbre—. Debe de ser él —se encaminó y cuando abrió la puerta veía a Alain vestido con un traje supersexi, le costaba creer que era su novio—. Estás bien guapo.

Él le regaló una sonrisa sexi.

—Gracias, vengo por ti —dijo él con alegría y miró a sus suegros—. La traeré temprano.

—Ni te preocupes, está en buenas manos —dijo Aimeé para ver a su esposo rabiar.




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