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Buenas.
No recuerdo mucho de mi vida, pero algunas cosas sí.
Tenía 13 años cuando conocí a un viajero del tiempo. Su nombre era Rudolph de Ámsterdam. Lo recuerdo porque se la pasaba diciéndolo. Era también un cruzado, aunque no terminó su recorrido hasta tierra santa. Afortunadamente.
Después de eso, unos cuatro años después, mientras comenzaba a recorrer mi propio camino a la tierra prometida, tuve que elegir entre una mesa redonda (aunque me acerque a ella más adelante en mi vida) o una lanza mata dragones. En aquel tiempo sabía apenas algo de éstas míticas criaturas, así que empuñe la lanza y emprendí el viaje hacia Pax-Tharkas.
Así conocí a un medió elfo atormentado por su origen. A un mago de poder increíble y a su bruto hermano. A un enano gruñón que no sabía nadar. A un kender despreocupado que más adelante sería recordado como héroe. Ah sí, y también a un caballero, caído en desgracia, pero caballero de cualquier modo. El viajé duró muchos años, durante los cuales crecí en conocimientos tanto útiles como inútiles, pero todos curiosos. Tuve amores que me recordaron a mis primeros pasos en la tragedia junto a una pareja de tontos con familiares enemistados. Conocí también a una familia italiana con altos estándares en moral pero con la ética por el suelo. A un zapador con el hablar lento de un anciano, del que ya no recuerdo ni el nombre.
En fin. Un montón de historias. Unas más interesantes que otras. Pero todas fueron parte del camino por el que aún transito. Por supuesto este camino no ha sido recto jamás. Los desvíos me han llevado por Tyria, ciudad Dragon y sus alrededores, algunas galaxias sin nombre, otras mucho más conocidas y un amplio etcétera. Éste es quién soy, y el camino por el que viajo intentando no perderme ningúna vista impresionante o solemne.
Por cierto: Lannister, Slitherin, nord, ladrón la mayoría de las veces. Saijayin honorario, ninja por convicción... y por diversión también. Katanas, desde que escuche sobre Katory Hanzo y revólveres desde que conocí a Roland el pistolero.
Seguramente me olvido de algo, pero ya tendremos tiempo para conocernos mientras exploramos los lugares más locos y fantásticos de mi mente.
No recuerdo mucho de mi vida, pero algunas cosas sí.
Tenía 13 años cuando conocí a un viajero del tiempo. Su nombre era Rudolph de Ámsterdam. Lo recuerdo porque se la pasaba diciéndolo. Era también un cruzado, aunque no terminó su recorrido hasta tierra santa. Afortunadamente.
Después de eso, unos cuatro años después, mientras comenzaba a recorrer mi propio camino a la tierra prometida, tuve que elegir entre una mesa redonda (aunque me acerque a ella más adelante en mi vida) o una lanza mata dragones. En aquel tiempo sabía apenas algo de éstas míticas criaturas, así que empuñe la lanza y emprendí el viaje hacia Pax-Tharkas.
Así conocí a un medió elfo atormentado por su origen. A un mago de poder increíble y a su bruto hermano. A un enano gruñón que no sabía nadar. A un kender despreocupado que más adelante sería recordado como héroe. Ah sí, y también a un caballero, caído en desgracia, pero caballero de cualquier modo. El viajé duró muchos años, durante los cuales crecí en conocimientos tanto útiles como inútiles, pero todos curiosos. Tuve amores que me recordaron a mis primeros pasos en la tragedia junto a una pareja de tontos con familiares enemistados. Conocí también a una familia italiana con altos estándares en moral pero con la ética por el suelo. A un zapador con el hablar lento de un anciano, del que ya no recuerdo ni el nombre.
En fin. Un montón de historias. Unas más interesantes que otras. Pero todas fueron parte del camino por el que aún transito. Por supuesto este camino no ha sido recto jamás. Los desvíos me han llevado por Tyria, ciudad Dragon y sus alrededores, algunas galaxias sin nombre, otras mucho más conocidas y un amplio etcétera. Éste es quién soy, y el camino por el que viajo intentando no perderme ningúna vista impresionante o solemne.
Por cierto: Lannister, Slitherin, nord, ladrón la mayoría de las veces. Saijayin honorario, ninja por convicción... y por diversión también. Katanas, desde que escuche sobre Katory Hanzo y revólveres desde que conocí a Roland el pistolero.
Seguramente me olvido de algo, pero ya tendremos tiempo para conocernos mientras exploramos los lugares más locos y fantásticos de mi mente.