24 DE DICIEMBRE
—Listo
—¿Por qué tardas tanto escogiendo la ropa que te vas a poner? —pregunto dejando una pausa para continuar —. Solo vamos a estar nosotras dos y mi mamá.
Melanie sale del armario de su habitación, con un vestido arriba a la rodilla de chifón rojo, el color hace que resalte su tono de piel, su pelo castaño claro peinado de lado, su maquillaje natural que hace resaltar sus ojos de color miel.
—Vendrá Josh —dice acomodándose el escote del vestido
—¿Quién es Josh?
—Mi vecino, sus padres fueron a visitar a sus familiares, él no se lleva muy bien con sus primos entonces se quedó y para que no pasará navidad solo, lo invite.
—Y por eso te arreglaste.
—Siempre me arreglo.
—No, te mantienes pijama.
—¿Enserio? —dice retocando su maquillaje. Yo suelto una risa.
Ella mira su teléfono y se pone pálida —Empieza a arreglarte él está afuera —dice cruzando la puerta
—¡Te faltan zapatos! —le grito, ella regresa corriendo y se pone unos tacones de charol y se va como si el fin del mundo estuviera cerca.
Mientras escucho como Melanie trata de bajar las escaleras de su casa con tacones, me recuesto en su cama pensando en que ropa traje para ponerme, de repente escucho abrir la puerta y escuchar la voz de Josh, una voz ronca como si estuviera metido en un túnel.
—Hola Melanie, traje esto, espero les guste —dice Josh con un tono de nerviosismo.
—Muchas gracias, no te hubieras molestado, pasa- —por el tono de voz de Melanie, y la forma en la que lo trata al parecer no le tiene mucha confianza.
Pasan los minutos, me empecé a maquillar y escogí lo primero que encontré en mi bolsón, un pantalón de cuerina negra, un top negro, una blusa de franela azul abierta y para finalizar unas calcetas navideñas.
Bajé algunas escaleras y me detuve a revisar mi teléfono, había algunos mensajes nuevos.
De: MAMÁ <3
Surgió una emergencia en el hospital, te veo mañana.
¡Te amo hija, feliz navidad!
No voy a mentir, me sentí muy mal al leer esos mensajes, aunque una parte de mí ya sabía que algo así iba a pasar; me quedé en las gradas por unos minutos, mientras le respondía
PARA: Mamá <3
¡Suerte!
También te amo, feliz navidad
Tomé aire y seguí bajando, me salte la sala y me dirigí directamente a la cocina donde estaba Melanie.
Ella me mira como si ya sabía la razón de mi presencia, me da una sonrisa de lado y sigue emplatando la comida que pedimos a domicilio —. Siempre estaré para ti, y hoy no es excepción, no los necesitamos, nos tenemos a nosotras dos —suspira y continúa hablando —. Siempre hemos sido nosotras, sé que una parte de ti pensó que esta navidad iba a ser diferente pero también estoy segura que sabías que algo así iba a suceder, pero no te preocupes, el otro año será. Mis ojos se llenan de lágrimas y solo doy unos pasos para abrazarla, ella me corresponde el abrazo —. Todo estará bien, no hay porque preocuparse.
A veces solo necesitamos un abrazo y esas palabras "Todo estará bien" aunque sabemos a la perfección que las cosas van a empeorar esas palabras nos animan a seguir con todo, a tener confianza de nosotros mismo. "Siempre estaré para ti" la mayoría sabemos que a veces esas palabras llegan a ser mentira o dependiendo de la credibilidad de las personas, pero cuando nos lo dicen sentimos que esa persona estará con nosotros sin importar que pase y no nos ponemos a pesar si solo nos lo dicen para vernos bien o de verdad estarán en ese momento de vulnerabilidad.
Hay muchas frases que nos hace sentir bien, pero esas dos son las principales y no les tomamos mucha importancia hasta que llegamos a la adolescencia, dónde no sabemos si somos adultos o niños, dónde todo el peso está en ti, dónde tienes que decidir qué hacer con tu vida, dónde la depresión, ansiedad, la dependencia emocional y la aceptación te matan como ser humano; las personas mayores dicen que solo estamos exagerando todo, que no entendemos que es la vida, pero la entendemos mejor que cualquier otra persona, no en su totalidad pero la estamos entendiendo de una manera muy fuerte, tan fuerte que la mayoría de adolescentes deciden acabar con todo...
***
Ayudo a Melanie con la comida y la llevamos a la sala donde estaba Josh conectando el DvD al televisor. Por ser el invitado este año le tocará a él escoger las películas.
Al ver a Josh me sorprende, su físico no es como me lo imaginé, es alto, su tono de piel es bronceada, su pelo oscuro, colocho y un poco largo. Sin querer empecé a escanearlo y una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios al llegar a sus zapatos, tiene calcetines navideños, pensé que era la única que los usaba, al parecer él también se dio cuenta de mis calcetas navideñas y una pequeña risa sale de sus labios.
—Hola, soy Josh, es un gusto conocerte Marihan —dice con una sonrisa tierna, moviendo su mano de un lado para el otro en forma de saludo.
—El gusto es mío Josh, es un placer conocerte al fin.
—Tenemos buenos gustos —dice mientras mira mis calcetas.
—Así es
Melanie y yo, empezamos a servir todas las bebidas, Josh había traído alitas y nosotras teníamos pizza y hamburguesas.
Pasamos viendo las películas de Harry Potter, al parecer los tres compartimos los mismos gustos. Al llegar las doce Josh y Melanie empezaron a llamar a sus familias para desearles feliz navidad, nos dimos los abrazos y seguimos comiendo y viendo las películas.
—Tengo ganas de galletas —dice Josh mientras toma un poco de soda
—Que sean de mantequilla o de vainilla con chispas de chocolate —digo siguiendo la ilusión de Josh.
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Editado: 03.08.2022