PROYECTOS

—Rojo

—Azul

—Rojo

—Azul

—Rojo

—Azul

—Ninguno de los dos, háganlo de color verde —dice Melanie recostada en el marco de la puerta

—¿Qué hace ella aquí? —pregunta Steven un poco desconcertado

—Vivo aquí -argumenta Melanie con superioridad dirigiéndose a mi cama y se recuesta en ella

Steven me mira un poco confundido —. Prácticamente tiene razón, pasa más tiempo aquí, que, en su casa, es mi compañera de habitación —digo mientras dirijo mi mirada donde está ella —¿Cómo te fue?

Melanie se levanta, camina, se pone enfrente de mí, tan cerca que nuestras respiraciones se combinaban.

—Tuve que hacer todos los proyectos yo sola, porque Justin no quiso hacer nada y se puso a ver una serie -exclama histérica, voltea a ver al espejo que está costado derecho —. Madre mía, tengo una cana -dice preocupada dirigiéndose a ver al espejo.

—No es una cana, son tus reflejos, que te hiciste la semana pasada —digo tratando de tranquilizarla

—No, es una cana

—Son tus reflejos

Melanie me niega con la cabeza

—Melanie tranquila, solo estás estresada tienes que tomarte en día libre.

—Sabes que tienes razón —dice viéndome a través del espejo

—Como siempre —digo con superioridad

—Iré al SPA, me tomaré el día y no haré nada, me voy a tranquilizar y no pensar más en los proyectos —dice mientras cruza la puerta de mi habitación.

—Era una cana ¿verdad? —pregunta Steven con una sonrisa de burla en su rostro

—Sí, así es, pero no hay que mencionarlo

—Se lo merece por ser tan histérica y anormal —Steven da una sonrisa de lado, volteo a verlo y él borra su sonrisa del rostro

Melanie y Steven no se llevan tan bien después de la primera semana de clases, no sé qué pasó en realidad, era hora de receso, yo fui a la tienda, al regresar estaban peleando.

—¿Estás hablando enserio?

—Si no me crees es tu problema

Melanie se levanta de un solo de la mesa —. Tú no eres absolutamente nadie para hablar de esa forma de ella, ni decir que es lo correcto que haga —exclama levantando el tono de la voz cada vez que decía una palabra.

—¿No soy nadie? ¿Tú quién eres? Crees que eso va pasar, si es así, estás loca —Melanie no dice nada y Steven continúa subiendo la tonalidad de su voz cada vez más —. Eres un monstruo, eres anormal, estás mal de la cabeza si crees que pasará algo con ella

—¿Qué pasa? ¿Por qué están gritando? —interrumpo a Steven.

Melanie agarra el licuado que le llevaba y se lo tira encima a Steven, yo me quedé sorprendida sin poder decir absolutamente nada, al ver que Melanie ya estaba entrando al colegio, ví a Steven y el me hace una sonrisa tierna mientras se trata de limpiar el licuado.

—No sé qué fue lo que pasó, pero no debiste tratarla de esa forma, ella es...

—Ella es ¿Qué? —pregunta Steven de forma arrogante, borrando su sonrisa

—Ella es muy importante para mí, lo único que tengo en esta vida, y no voy a permitir que le hables así —vi unos segundos a Steven y me dispuse a seguir a Melanie para saber qué fue lo que pasó.

Llegué a su salón y la veo a ella sentada en su escritorio, recostando su cabeza encima de él, viendo a la ventana.

—¿Qué fue lo que pasó? —digo mientras me siento a la par de ella, dejando mis cosas en el escritorio

Ella volteó a verme, puedo visualizar una lágrima saliendo de sus ojos, me di cuenta que el tema del que estaban hablando era muy delicado.

—Marihan, yo... -dice Melanie levantando su cabeza del escritorio, cambiando su dirección corporal quedando enfrente mía, su mirada seguía en dirección a sus manos que está frotando a los costados de sus piernas de forma de nerviosismo.

—Melanie, mírame —ella me niega con la cabeza —. Mírame ahora —digo mientras agarro su mentón haciendo que me mire, sus ojos siguen derramando lágrimas, veo como se deslizan por sus mejillas, me duele verla así, tanto que quisiera regresar el tiempo para que ella no escuchara lo que dijo Steven, paso mi pulgar por su mejilla limpiando las lágrimas que van cayendo.

—Yo... Marihan yo quiero —dice con un poco de dificultad

—Melanie, si no quieres hablarlo está bien, no hay porque apresurar las cosas —digo dibujando una sonrisa en mi rostro

—Pero... Si cuando te enteres... No me vas a querer estar conmigo o no me apoyes —Melanie habla tan rápido que me cuesta interrumpirla

—Mi niña, siempre estaré para ti y siempre te voy a apoyar, jamás estarás sola, te lo juro —argumento mientras extiendo mis brazos, ella me sonríe y me abraza, le correspondo el abrazo a los segundos.

Pasan unos minutos y ella se aleja de mí con una sonrisa amigable.

—Por cierto, te traje esto —busco entre mis cosas y saco una dona de chocolate y se la ofrezco

—¡Gracias! -exclama y empieza a comer la dona.

***

—¡Al fin terminamos los proyectos! —exclama de felicidad

—Si, pensé que nunca íbamos a terminar a tiempo —respondo con más tranquilidad

—¿Marihan?

—¿Sí?

—¿Quieres ir a comer algo? Yo invito —pregunta Steven un poco nervioso

—Está bien, por mí no hay problema

Salimos de la casa y empezamos a caminar a un restaurante de comida rápida que estaba cerca.