Después de que el profesor nos sacara de clases, Emely y yo decidimos ir para mi casa, ya que no teníamos más clases.
Antes de irme fui al baño mientras Emely, me esperaba afuera de la secundaria. Y cuando salí pasé por un pasillo y vi a Itan, no tenía ni idea de por qué no estaba tomando clases, pero de lo que si tenía idea era del Tic nervioso que tiene últimamente en su ojo derecho cuando me ve.
Estoy convencida de que el almuerzo no me hizo mal solo a mi.
Después de mi extraño encuentro con Itan, salí en busca de mi amiga, y juntas fuimos a mi casa. Cuando llegue no había nadie, ya que mi padre trabaja y mi madre dejó una una nota diciendo que salió a hacer las compras. Por lo cual subimos a mi habitación a buscar la caballería.
(En realidad solo fuimos a llamar a mi hermana desde mi celular.)
—¿Halo?— dijo desde la otra línea.
—¡Yadi! Hermanita querida, amor de mi vida, de mi alma, mi persona favorita del mundo, la mujer que más amo, mi Nutella, mi pan, mi choco...
—¿Que quiere Criss? —me interrumpió.
—Eres muy mala, te llamo para alagarte porque tenemos tiempo sin hablar, ¿y así me tratas? Debería darte vergüenza. —digo haciendo la ofendida.
—Deja tu drama y payaceria, y dime que quieres. Te conozco y cuando te pones a alargarme es porque quieres algo, así que dime.
—¡Mierda! ¿Porque me conoces tan bien?
—Porque soy tu hermana estúpida.
—Bueno tarada, llendo al grano, necesito que me digas como besar a un chico.
—¿Para que quieres besar? No tienes edad todavía.
—¡Claro que si! —exclamo —Ese no es el punto, el problema es que no he dado un beso en mi vida... Bueno si, pero tenia 3 años, y no cuenta. Ahora, me ayudaras ¿Si o no?—pregunto. Oí cómo suspiraba, para luego responder.
—Bien, te ayudare, solo porque que te estas perdiendo algo tan bueno. —dijo desde la otra línea.
—Ahhhh —chille como niña pequeña. —, Gracias, gracias, gracias, te amo, ¿Lo sabía? Eres la mejor.
—Si, lo sé, se que soy la mejor, no puedo creer que este creciendo tan rápido.
—Y empezamos con las curcilerias, hablamos luego tengo aquí a Emely.
—Esta bien mocosa, mañana paso por allá. Adiós.
—Adiós. —y corte.
—¿Y? ¿Qué dijo tu hermana? —pregunto Emely.
—Bueno... Mañana viene la caballería.—dije, para luego reír con ella.
—Aveces pienso que estamos locas, pero después me acuerdo que si lo estamos, y se pasa.—dice ella, a lo que yo exploto en carcajada.
—Somos un caso. —nege divertida.
—Un GRAN caso. —dijo y volvimos a reír.
—Vilvi a ver a Itan hoy, cuando iba por el pasillo, antes de irnos. —digo yo esta vez.
—¿Y que pasó?
—Nada, solo que parecía que tenía un Tic nervioso en el ojo derecho cuando lo volví a ver.
—No me solprenderia, últimamente todos los chicos lo tienen. ¿Crees que es contagioso?
Ambas nos miramos seriamente unos segundos antes de comenzar a reír como locas.
—No puedo creer que hallamos tenido esta conversación. —dice Emely riendo.
—Yo tampoco —le respondo mientras sostengo mi estómago con mis manos debido a la risa. —, ¿Cómo si los chicos no giñan el ojo a todo lo que se mueve? —y volvemos a reír.