Mi primer y único amor un amor prohibido 💕
Capitulo 16
—Juan: Imagino que Luis te contó que iba a tocar con mi papá en la tienda.
—Diana: Sí, algo me comentó.
—Juan: Mi papá llegó en la madrugada—me miró—,pero Luis no llegó a dormir, se quedó tomando licor con los amigos aún no llegaba a la casa, yo sabía que él tenía una cita contigo, lo llamé pero no respondió, bajé hasta la tienda ahí estaba tomando con sus amigotes, no podía ni moverse, por eso decidí venir para no dejarte plantada—me tomó de las manos—,espero que no te moleste.
—Diana: Gracias por pensar en mi—respiré profundo—,eres el único, al parecer a Luis no le importa.
—Juan: No pienses esas cosas, solo se dejó llevar por el licor, tu sabes que el siempre a tenido ese vicio, solo fue una recaída.
—Diana: ¿Por qué la recaída? ¡Tiene motivos! –desvío la mirada.
—Juan: Es normal una noche de copas con los amigos, no es el fin del mundo hermosa, las parejas también necesitan su espacio, tú también puedes salir con tus amigas.
—Diana: Eso no es lo que me molesta, tengo muy claro que las parejas necesitan su espacio, me pudo avisar y no dejarme esperando, no soy tan importante como lo dice.
—Juan: No digas esas cosas, solo se le pasaron las copas, perdió la noción del tiempo.
Le dije que no quería hablar del tema, seguimos platicando de todo un poco, como siempre buscaba la manera de hacerme sonreír, él es un hombre con cualidades únicas, no entiendo como Juliana pudo jugar de esa manera con sus sentimientos, me invitó un helado luego bajamos a la cancha de tierra para ver jugar fútbol.
—Juan: Te ves hermosa cuando sonríes.
—Diana: ¡Gracias! Eres un gran hombre, no entiendo porque sigues solo.
—Juan: Las mujeres se fijan mucho en lo físico, yo no soy un galán—sonrió.
—Diana: Eso es lo de menos, la personalidad es la que importa.
—Juan: Eso lo dices porque eres una niña con lindos sentimientos—me guiñó un ojo.
—Diana: Ya se porque no tienes novia, no seas mentiroso—abrió sus ojos como platos puedo asegurar que se puso muy nervioso.
—Juan: ¡De que hablas! No entiendo.
—Diana: ¡Sigues enamorado de Juliana verdad! Por eso sigues solo.
—Juan: De donde sacas eso—soltó una risita —,con todo el respeto que se merece una señorita como tú, te diré que Juliana no es el tipo de mujer para entablar una relación.
—Diana: Pero según Juliana tú te mueres por ella.
—Juan: Creo que tu prima es demasiado convencida, hace mucho que me enteré el tipo de mujer que es tu prima, cuando salía conmigo también lo hacía con otro, aunque suene feo lo que diré solo aprovechó el momento y listo.
—Diana: Pensé que aún estabas enamorado de ella.
—Juan: Reconozco que antes si estaba muy enamorado de ella, me deslumbró pensé que era la mujer ideal, pero luego me enteré que me dejó según ella porque era demasiado respetuoso, a tu prima al parecer le gusta que los hombres la irrespeten yo no soy así, si las cosas pasan que sea a su debido tiempo.
—Diana: A Juliana le gusta las cosas arriesgadas, ella se lo pierde tu eres un gran hombre.
El tiempo se me pasó tan rápido que olvidé el mal momento que Luis me hizo pasar, me acompañó hasta el transporte, me regresé a mi casa, Luis apareció el lunes en la tarde según él con una vergüenza muy grande por el desplante tan grande que me hizo, se disculpó como siempre, le dije que ya estaba olvidado, no quería más discusiones, los días seguían pasando con normalidad al parecer todo marchaba bien.
En los exámenes finales me fue muy bien, todos los de mi grupo pasamos al próximo año, seguí trabajando porque quería recoger para comprar un celular nuevo, un poco más avanzado, un Nokia de teclas pero traía cámara se podía guardar música, con lo que ganaré en casa de Angelica ajuntaba los ahorros que tenía guardados. Estaba en casa de María recogiendo unas cosas cuando sonó mi celular, un número que no tenía identificado.
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—Diana: Hola.
—Hola hermosa cómo estas ¿sabes con quien hablas?
—Diana: No tengo ni idea.
—Piensa un poco–escuche una risita.
—Diana: Creo que tengo muy mala memoria.
—Juan: ¡Que ingrata eres! Hablas con Juan tu primo—me sorprendió mucho, nunca imagine que él me hablara.
—Diana: ¡Ese milagro! Cómo tu nunca me llamas ¿Cómo conseguiste mi número?
—Juan: Digamos que cuando se quiere se puede, me contaron que tienes novio.
—Diana: Pero que rápido corren los rumores, llegar tan lejos, si es verdad tengo novio llevamos casi siete meses.
—Juan: Será que si merece a una hermosa princesa como tú, si ese hombre te hace derramar una sola lágrima le rompo toda la cara.
—Diana: ¡Qué exagerado! Pero que bueno saber que tendré quien me defienda.
Le platiqué un poco de mi relación, me sorprendió mucho esa llamada es la segunda vez que tenemos un acercamiento, les confieso que sentía tanta curiosidad de preguntarle por él, pero lo mejor es seguir como hasta el momento hablamos como dos horas seguidas.
—Juan: ¿De verdad estas enamorada? Es un poco complicada esa relación, seré muy honesto contigo ese tipo no te esta dando tu lugar.
Me quedé en silencio unos segundos, ni yo sabía si realmente estaba enamorada, me imagino que si, de lo contrario no estaría con él, me gustó mucho hablar con Juan, me dijo que me llamaría mas seguido.
Pasaron los días los desplantes se hicieron presente nuevamente, Luis no podía subir a verme según porque su hija se enfermó, luego porque según la niña quería verlo, cosas así, siempre salía con excusas diferentes, pero imagino que Milena tenía mano metida, en cambio Ana y Mauro son una pareja tan normal tan enamorados, mis papás me preguntaron que si habíamos terminado o estábamos enojados, les expliqué que el estaba con la niña, el 6 de diciembre me llamó Angélica para decirme que su bebé ya nació, ese mismo día empaque algo de ropa me despedí de mis papás tenía que bajar hasta la pavimentada ahí me recoge el esposo de ella. Mis papás se quedaron tranquilos porque confían ciegamente en mi, al que no le gustó nada fue a Luis solo lo ignoré.
El bebé de Angélica estaba hermoso, yo dormiría en la misma habitación de la niña, llegué prepare la comida, organice la niña que si parece un terremoto, solo espero que mi paciencia no me abandone, así empecé la rutina, madrugaba a las 4 o 3 de la mañana para despachar al esposo de Angélica con desayuno y almuerzo, luego organizaba la casa y la niña, después le ayudaba con el bebé, seguía hablando con Luis por teléfono a las mismas horas de siempre, el destino tenía preparado algo para mi, esa semana estaba en el súpermercado comprando unas cosas que me encargó, Angélica cuando sonó mi celular.
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—Mamá: ¡Hola nana cómo estás!
—Diana: Muy bien mamá, y ustedes.
— Mamá: Todo muy bien hija, extrañándote mucho, ¿Cómo vas?
—Diana: Algo difícil por el tipo ese que se pasa de conchudo, pero de resto todo muy bien.
—Mama: Hija te llamo porque tengo algo que contarte, me llamó tu tío Rafael para hacernos una invitación, tu prima Mariana se casa.
Me quedé en silencio, esto no puede estar pasando.
—Diana: ¿Ustedes irán?
—Mamá: Hablando con tu papá y tu tío Jesús ellos dicen que si cada uno saca una parte, podemos contratar un carro, si encontramos el cupo será mas barato, entre más personas mejor, tu ya estas trabajando puedes pagar tu pasaje e invitas a tu novio.
—Diana: NO!—me negué, no quería ir a ese lugar, me negaba una y mil veces.
—Mamá: ¿Por qué no quieres ir Diana? Se casa una de tus primas, será una gran fiesta, ya te dije que puedes llevar a tu novio.
—Diana: Pues que se case, muy bien por ella, pero yo no quiero ir, Luis no creo que quiera ir, sería un gasto más, él todo el dinero lo recoge para su hija, además estoy trabajando tengo una responsabilidad, no puedo dejar todo tirado, que la pasen muy rico ustedes pero yo no iré
Mi Mamá insistía con lo mismo, pero me negué hasta me enojé yo no quería ir, en el fondo tenía miedo de volverlo a ver, ese chico de ojos hermosos después de tanto tiempo, no podía verlo no quería, por eso me negué, se que los papás de Ana no irán, Ana menos se quedará con el novio, Juliana me llamó muy emocionada, me dijo que se moría por ver que tan guapos estaban los primos, le dije lo mismo qué a mi mamá, trató de convencerme pero no cambiaré de opinión, cuando hablé con Luis ni le mencione el tema, todos los días mi mamá insistía con lo mismo yo seguía negada.