— Entonces, Ira, tengo un problema delicado.
—¡Ya lo sabía! —exclamo, sin poder contenerme. Seguro que está enfermo de algo raro. Tengo dos deseos: golpear a Oles con la escoba para que no venga con sus problemas a molestar a chicas decentes, o ponerme a llorar.
—¿Sabías lo de mi ...
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En proceso: 21 Feb
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