Niigata

El verano no se va.
La ciudad sigue caliente, como una promesa no cumplida.
Los pasillos huelen a madera, a polvo viejo, y a cosas que aún no han pasado.

A Yūta le toca recoger a la nueva. Una chica extranjera, un nombre grapado a un papel.
Un recado cualquiera, hasta que empieza a no parecerlo.

No hay fuegos artificiales aquí.
Solo el zumbido de las cigarras, la luz que entra torcida por la ventana... y algo que no encaja.

Aún no está completa.
Solo quería ver si alguien más escuchaba lo mismo que yo.
Si terminas los tres capítulos, dime qué fue lo que no te dejó parar.