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Sinopsis del libro "Signos vitales de un rencor."
Dicen que el primer precepto de la medicina es Primur non nocere: lo primero es no hacer daño. Pero entre Dekard y Serenity, el daño es la única unidad de medida que conocen.
En los pasillos asépticos de la facultad, el aire se vuelve pesado cuando sus trayectorias colisionan. Él es el bisturí: preciso, frío, letalmente brillante y dueño de una arrogancia que parece grabada en sus huesos. Ella es la adrenalina: necesaria, eléctrica, la única capaz de mantener el ritmo cuando todo lo demás falla, y la única que no baja la mirada ante el dios en formación que Dekard cree ser.
Su rivalidad no nació de un malentendido: nació del reconocimiento. Se odian porque se ven reflejados en la ambición del otro, y se desean porque solo entre ellos la temperatura sube más allá de lo clínicamente...
En los pasillos asépticos de la facultad, el aire se vuelve pesado cuando sus trayectorias colisionan. Él es el bisturí: preciso, frío, letalmente brillante y dueño de una arrogancia que parece grabada en sus huesos. Ella es la adrenalina: necesaria, eléctrica, la única capaz de mantener el ritmo cuando todo lo demás falla, y la única que no baja la mirada ante el dios en formación que Dekard cree ser.
Su rivalidad no nació de un malentendido: nació del reconocimiento. Se odian porque se ven reflejados en la ambición del otro, y se desean porque solo entre ellos la temperatura sube más allá de lo clínicamente...
Contenido del libro: 2 capítulos
Última actualización: hoy
Sí, quiero
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