Celos Sin Sentido

Abro los ojos y los tapo con mis manos debido a que la luz mañanera entra directamente desde la ventana del salón y apunta en mi cara. Me remuevo y siento unas vamos en mi cintura, me consigo levantar y miro a la persona que está en mi sofá, dormido como un bebé, Daniel Oviedo.

Sonrío y voy a la cocina, no sin antes coger una camisa colgada de una percha en el pasillo. Me la pongo y abro un armario, cojo un vaso y me hago un café. Estoy poniendo en azúcar cuando noto unas manos abrazándome por detrás, me giro sobresaltada.

—Buenos días princesa —dice con la voz ronca. 
—Buenos días —digo nerviosa.

No sé porque lo hice lo que hice ayer, siento que no estamos haciendo lo correcto y eso me causa un malestar increíble. 

—Me gusta cuando te pones nerviosa —dice y seguidamente agarra mi taza de café y le da un sorbo.

Frunzo el ceño y paso por su lado para ir de nuevo al salón.

—¿Qué te pasa? —dice entrando detrás de mí.

—Me pasa que supuestamente tú tienes novia, que eres un mujeriego el cual está con todas las que quiere y que no me gusta haber caído rendida a tus pies —digo molesta y tapándome la cara con las manos.

—Lo siento, debería irme —dice sin mirarme.

Coge su ropa, se viste y se guarda el móvil en el bolsillo. Sale por la puerta sin decir nada más, dejándome sentada en el sofá enfadada y sin ganas de nada.

Miro la hora y quedan apenas media hora para que empiece el instituto, y ese es el tiempo que tardo hasta llegar. Me levanto corriendo y voy al baño, me visto, me echo colonia y me hago un moño mal-hecho, no tengo más tiempo. Cojo la mochila y más cosas y salgo corriendo de casa.

Llego al instituto y veo a Dani con las manos en los bolsillos, mirando al suelo y a un chico hablando con él, debe ser su hermano, son iguales.

Intento pasar por su lado sin que se den cuenta, pero cuando menos me lo espero, alguien me coge del brazo girándome.

Daniel se me queda mirando a los ojos sin decir nada, aún me tiene cogida del brazo y no me deja irme.

Nos estamos mirando, embobados, cuando veo que alguien se pone entre nosotros, separando el agarre. Es su hermano, Jesús.

Lo miro frunciendo el ceño algo molesta, pero él parece no inmutarse ya que abre la boca para decirle algo a Dani como si nada.

—Bro, mira que tías hay allí, vamos —dice señalando a un grupo de chicas. 

Abro los ojos como platos y miro a Dani, el cual ha reaccionado igual que yo. Me arden las mejillas de la ira, no sé porque me pongo así pero no me gusta que Dani, después de lo de ayer, se junte con otras chicas con esas intenciones.

—Perdona pero su novia está delante —digo borde. 

Me tapo la boca con las manos, maldiciéndome a mí misma tras lo que acabo de decir. No me he podido controlar, ahora Dani se hará ilusiones y Jesús lo irá diciendo por todo el instituto, estoy perdida.

Dani solo me mira y seguidamente mira a Jesús. 
—Lo siento, no me habías avisado hermano. Bueno perdón. Hasta otra preciosa —dice acercándose a mi oído—. Te veo en la salida del insti a las 17;00,hasta luego preciosa. 

Me aparto sonrojada y miro a Dani, que me mira con los brazos cruzados y una mirada interrogante.

—Así que novios... Por mí bien —dice acercándose a mí y cogiéndome por la cintura.
—Lo siento es que me ha molestado lo que a dicho —digo intentando disimular mis mejillas sonrojadas. 
—Celosa —susurra seguido de un beso en la comisura de mis labios.
—Idiota —digo sonriendo. 

Nos separamos y nos dirigimos hacia nuestras respectivas clases. Al salir al recreo, escucho una conversación entre un chico y una chica, me acerco un poco más hacia ellos e identifico a Daniel y Sandra discutiendo.

—Es por esa metomentodo ¿verdad? —grita enfadada. 
—No me grites y no la llames así —dice apuntándola con el dedo. 

Sonrío para mis adentros.

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