CAP 17 PARTE 1

Cuando el príncipe Yorugami se retiró, Aimi sintió una presencia detrás de ella. Al girarse, se encontró con Makuro, el príncipe del Reino de los Demonios, que la miraba con un dejo de enojo apenas contenido.

—¿De qué me perdí? —preguntó Makuro, con la voz grave.
—De nada… solo estábamos platicando —respondió Aimi, tratando de mantener la calma—. Me preguntó sobre la princesa Sora.
—Mmm… okey —replicó Makuro, con un gesto apenas perceptible de desdén.

Aimi no pudo evitar quedarse admirando al príncipe de los demonios por un instante. Sin darse cuenta, se encontró siendo abrazada por Makuro, su calor corporal la hacía sentir segura… hasta que un estruendo rompió la calma.

El crujido del vidrio rompiéndose resonó en todo el salón. Instintivamente, Makuro la cubrió con su cuerpo, protegiéndola mientras todos giraban hacia la fuente del ruido.

Al mirar hacia el salón principal, vieron la ventana del palacio hecha pedazos, con escombros esparcidos por el suelo. Entre ellos, flotaba la reina Kurohime, madre de Makuro, con una expresión imponente y aterradora. Sus ojos brillaban con un fulgor que helaba la sangre, y su sonrisa no era de alegría: era un aviso de que su presencia traía consecuencias graves.

Makuro tensó su cuerpo al ver a su madre, la mujer que le había enseñado poder y miedo a partes iguales. Aimi apenas podía respirar mientras sentía la protección de Makuro a su lado. La reina Kurohime, flotando entre los escombros, parecía decir que no permitiría que nadie, ni siquiera su propio esposo o hijos, se interpusieran en su camino.

El salón, antes escenario de discusiones políticas, se convirtió en un campo de incertidumbre y miedo, donde los lazos familiares y la lealtad se ponían a prueba. Esa noche, nadie olvidaría la aparición de la reina de los demonios… ni el conflicto que traía consigo.