Charlie llevó a Emily a la clínica del doctor Liam, un amigo de la infancia, sus padres eran vecinos de su familia, habían crecido y estudiado juntos hasta que cada uno escogió la universidad donde iban a estudiar.
UNA HORA MÁS TARDE
El doctor salió a ver a Charlie.
—¿Cómo está Emily?
—Está bien, ¿Por qué no estás con ella?
—Sabes que no soporto los hospitales, odio ese olor a alcohol y medicamentos desde que papá estuvo tanto tiempo hospitalizado.
—Perdón por preguntarlo, creí que ese trauma ya lo habías superado hace mucho tiempo.
—Jamás podré olvidar los días y noches que pasé al lado de papá, creyendo que en cualquier momento se levantaría de esa maldita cama. Pero en fin, ¿qué le sucede a Emily? ¿El bebé está en peligro?
—No tiene nada grave, es una inflamación en los ligamentos que se encuentra entre el útero y la ingle, es una afección que generalmente se presenta después del primer trimestre de embarazo, pero ella me contó que trabaja y estudia todo el día, su novia necesita reposo durante el resto de su embarazo.
—No es mi novia.
—¿No es ella Emily? ¿La chica con la que te ibas a casar?
—Si, pero se fue de la iglesia y se rehúsa a estar conmigo.
—Creí que se habían reconciliado, ya que trajiste a la clínica.
—Casualmente fui a verla cuando le dio ese ataque de dolor, aunque sí, estoy intentando la reconciliación.
—Es una chica muy linda, no te preocupes, además de linda se ve noble, está muy contenta con su bebé, seguramente querrá volver contigo para darle a esa criatura el derecho de tener una familia. —Charly resopló.
—Si claro, una familia, ¿pero tú por qué andas fijándote en ella? —Liam se rio.
—No seas tonto.
—Esos tiempos en que compartimos a nuestras chicas ya pasaron.
—Oye amigo, yo no he dicho que quiero que compartas a Emily conmigo, por favor, está embarazada, posiblemente se convierta en tu esposa muy pronto.
—Ya hasta la llamas por su nombre.
—¿Celoso? —Charlie le dio la mano.
—Por supuesto que no, no tengo razones para celar a Emily contigo, además, un don Juan como tú jamás se fijaría en una mujer embarazada de otra, ¿me equivoco?
—Por supuesto que no amigo, mejor ve a verla, está sola en el cubículo, acompáñala mientras la trasladan a una habitación.
_¿No le dará el alta?
—No, no la dejaré en observación hasta mañana, quiero asegurarme que ella va a estar en reposo de ahora en adelante, me dijo que quería regresar a su casa ahora mismo porque tenía que estudiar, no hay que permitírselo, debe reposar y dormir bien.
—Ella es estudiante de arquitectura, ama esa carrera, es su mayor pasión.
—Por eso será que te eligió para que te convirtieras en el padre de su hijo, ya sabes, un arquitecto.
Charlie se agarró la barbilla y endureció su expresión.
—Tal vez, quizás ya lo había planeado, qué mejor que el heredero de una gran constructora como la de mi familia, para ella construir sus sueños y convertirse en una importante arquitecta.
—Lo dices con cierto rencor.
—Después hablaremos Liam, hay muchas cosas que ignoras, por ahora voy a verla.
—Está bien, hablaremos luego.
***
Emily.
Me pusieron un calmante para el dolor, estaba tranquila, el doctor Liam me realizó una ecografía, creí que esta vez recibiría un mal diagnóstico, pero todo con el bebé con el bebé estaba bien, el doctor dijo que ese dolor punzante era normal y que debía guardar reposo, solo era tensión en los ligamentos, era por mí trabajo, pasaba muchas horas de pie, casi no descansaba en todo el día y parte de la noche.
Reconozco que había trabajado demasiado sin tomarme ni un día para reposar, Pero en ese momento me preocupaba que quizás no podría seguir trabajando, y tendría que dejar la universidad por un par de años, eso era precisamente lo que quería evitar, pero el doctor me dijo que debía guardar reposo sí o sí, no había cabida para el no, agregó que entre más me crezca la panza, más doloroso sería si no descanso.
Estaba enojada, porque no quería dejar mis estudios, tenía afán por graduarme y luego conseguir un buen empleo, me urgía brindarle lo mejor a mí hijo. Pero mi bebé también era muy importante para mí, no me quedaba de otra, tendría que volver a la granja de mis padres, dejar de trabajar y también de estudiar, no tenía alternativa, solo resignarme y soportar la frustración por no finalizar mi carrera pronto como lo había planeado.
De repente Charlie llegó al cubículo, vi que tenía serio el rostro.
—¿Cómo sigues? —preguntó en un tono frío.
—Estoy bien gracias, ya no tengo dolor.
Respondí con una voz distante, luego se acercó más, aunque no se paró a mi lado.
No sé por qué, pero sentí que él estaba tensionado en ese momento, más que preocupado, parecía enojado.
—Liam me dijo que debías guardar absoluto reposo, no puedes continuar trabajando en esa pocilga de restaurant.
—¿Por qué le dices pocilga? no es un restaurant tres estrellas como los que estás acostumbrado, pero es un lugar decente, al menos intente ser respetuoso con los comerciantes que no son ricos como tú.
—Lo cierto es que no volverás a trabajar en ese lugar, no voy a permitir que pongas en riesgo la vida de mi hijo.
—No voy a trabajar más allí porque el doctor me lo dijo, no porque tú me lo prohibas.
—Solo quiero cuidarte, pero no lo quieres entender.
—No tienes que preocuparte, ya dejaré de trabajar, también congelaré el semestre en la universidad y me iré a la casa de mis padres.
—Nadie dijo que no puedes continuar estudiando, solo debes dejar de trabajar, voy a cuidarte, si no trabajas más y estás tranquila, puedes terminar tus estudios, yo me haré cargo de todos tus gastos. —agaché mi rostro.
—No quiero molestarte Charlie, mi hijo y yo no tenemos que ser una carga para ti. —él se acercó y me agarró la mano, relajó apenas un poco el rostro.
—No eres una carga, he estado muy preocupado por ti, no entiendo porque te escondes, ya te he dicho que te amo y que quiero casarme contigo. No llegué a la iglesia porque cometí un error, estaba nervioso y salí a correr en mi auto y me estrellé, por eso llegué tarde a la iglesia, no porque mi familia me estuviera obligando a casarme, estoy bastante grande para tomar mis propias decisiones, no soy un adolescente… no debí ir a correr, pero ya sabes que me gusta, realmente estaba nervioso el día de la boda, no supe manejarlo.
—Pero te estrellaste, pudiste salir herido.
—Me golpeé la cabeza, fue por eso que demoré en llegar a la iglesia, me llevaron a un hospital. —Yo estaba anonadada, de repente en mis adentros me sentí culpable por haber dudado de Charlie, mi postura comenzó a cambiar.
—¿De verdad fue por eso que no llegaste a la iglesia?
—Llegué, pero tarde y estabas enojada, no dejaste que te explicara.
—Es que…
—Si vamos a estar juntos debes estar dispuesta a no a dudar de mí.
—Charlie…
—No espero que pidas disculpas, solo necesito saber que estás dispuesta a creer en mí y casarnos, vamos a tener ese hijo, no quiero que nazca sin una familia.
A pesar de que había aclarado las cosas acerca del motivo por el cual no llegó a la iglesia a la hora pautada; pero yo aún tenía mis reservas, por dentro había una voz que me indicaba que algo no estaba bien con Charlie y que él me estaba mintiendo, era eso que llaman corazonada, pero a su vez no podía entender por qué que, ¿cuál sería su interés en casarse conmigo además de amarme? me dije que estaba paranoica, o que quizás tenía miedo de dar ese gran paso hacia el matrimonio, quizás eran excusas inventadas en mi mente; sin saber, estaba dudando de mí misma, y de las red flat que ya habían sido evidentes.
—Charlie, deberíamos esperar, no es necesario un matrimonio, podemos solo vivir juntos como novios y esperar, después sí, tomar la decisión correcta.
—¿Para qué?
—Para probar, no sabemos si vamos a llevarnos bien. —frunció el ceño.
—No estoy para jugar a los universitarios que deciden mudarse juntos, si no me amas como dijiste y no deseas casarte conmigo, solo debes decirlo, lo entenderé. —lo dijo con dureza.
—Si te amo.
—¿Entonces?
Agaché el rostro y me quedé callada, él se acercó y más y me agarró de la quijada, me levantó, nos quedamos viendo fijamente a los ojos.
—Emily te amo, cásate conmigo, dejemos todo lo que ha pasado atrás, y empecemos de nuevo.
Mi corazón comenzó a latir rápido, con miedo, pero a la vez con emoción, porque estaba muy enamorada de Charlie, y él con esa mirada, lo amaba tanto; me convenció, o mejor dicho, decidió por mí que debíamos casarnos, simplemente le entregué mi voluntad aquella noche, me convenció, decidimos casarnos al otro día.
***