Charlie.
Después de la reunión fuí por Emily a la clínica, ella me estaba esperando. Me sorprendió cuando llegué, porque se había arreglado para ir al tribunal, estaba preciosa, no tenía puesto un vestido de lujo, era simple vestido de un color claro, no sé, era como color beige con un toque de rosa, no conozco mucho de moda, sé de diseño de estructuras, de materiales y acabados, pero no me es posible describir de manera clara un simple vestido, solo sé que era sencillo, sin mangas; pero de alguna manera Emily se veía radiante, el cabello lo tenía suelto, había liberado esas ondas que me hipnotizaban, caían como suaves cascadas por sus hombros desnudos; y ni hablar del color canela de su piel aterciopelada, yo la conocía, ya la había saboreado las veces que le hice el amor, varías noches me perdí en ella, anduve por su piel como un barco que navega y descubre los mares; sé que es deliciosa, muy difícil de resistir, su piel hace que mi cuerpo reaccione solo con rozarla un poco. Estoy seguro de que Emily es la perdición de cualquier hombre cuando está desnuda; comprendo a cualquiera que se enamore de ella, yo lo habría hecho si Lena no estuviera ocupando mi corazón.
Emily se paró frente a mí, observé su rostro, sus grandes ojos de mirada enamorada se quedaron viéndome, su rostro parecía el de un ángel.
Sus ojos brillaban como estrellas en una noche sin luna, profundos, llenos de amor, me miraban con una ternura, que me hacía sentir culpable, si, culpable por lo que iba a hacerle, cada momento presentía que ella no estaba conmigo por interés. Pero no me detuve, me dije en mis adentros que no dejaría que ella me envolviera con sus encantos femeninos, endurecí aún más mi corazón, ese matrimonio solo era un negocio que Emily y yo íbamos a firmar, solo que ella no lo sabía.
—¿Te gusta?
Preguntó con una sonrisa, yo tenía serio el rostro.
—Estás hermosa, aunque no debiste arreglarte tanto, solo iremos al tribunal.
—Es nuestra boda, por supuesto que debía arreglarme.
—Tienes razón. —Se acercó y me dio un beso en los labios, luego me dijo:
—Te ves muy guapo con tu traje.
—Gracias. —mantuve mi rostro inexpresivo, Emily esperaba verme feliz como un tipo cuando está enamorado, pero yo no lo estaba.
—¿Por qué estás tan serio?
—Sabes que siempre estoy así.
—Pero hoy no, hoy debes sonreír cuando nos tomen la foto.
—¿Foto? No quiero fotos.
—Llamé a un amigo que es fotógrafo, quiero que queden imágenes de nuestra boda, aunque no haya fiesta ni invitados. —le hablé con dureza.
—No quiero fotos, ¿te cuesta entenderlo?
Emily se ruborizó, pensé que iba a refutar con enojo, pero se contuvo, sé que se contuvo, después con una voz tenue me dijo:
—Ya estoy lista, podemos marcharnos al tribunal.
***
Le abrí la puerta de mi auto, ella subió, luego subí yo y lo encendí, conduje hacía el tribunal, de repente sonó mi celular, yo lo había dejado sobre la guantera, conocía ese timbre, era el que tenía para identificar a Lena, obviamente no iba a contestar.
Repicó varias veces, noté que Emily miró hacia donde estaba el celular, pero no dijo una palabra, estaba enojada obviamente, por la manera como le hablé en la clínica. El teléfono dejó de sonar, yo le dije:
—Es de la oficina, no voy a contestar.
Volvió a sonar, entonces lo agarré y lo puse en mudo.
—Son muy insistentes, a pesar de que les dije que no me molesten el resto del día.
—Forma parte de tu trabajo, todo depende de ti en la compañía de tu familia.
—Digamos que sí, pero también está, mi tío, Christopher y los demás altos ejecutivos, que ellos hagan cargo.
Hubo un rotundo silencio, solo se oía el sonido del motor del auto y el aire acondicionado saliendo por las rejillas en el tablero. La sonrisa que Emily tenía cuando llegué a la clínica había desaparecido; no sé cómo pudo no hacer algún reclamo, ella es la novia, tiene derecho de llevar al tribunal a todos los fotógrafos que se le dé la gana.
Cuando llegamos, estacioné el auto frente al tribunal, Emily se bajó primero, no esperó que yo le abriera la puerta, tenía afán, cuando me bajé vi que caminó hacia donde estaba su familia con el fotógrafo, supe que era él porque tenía la cámara colgando de su cuello.
Me dió fastidio que sus padres y su hermana estuvieran presentes, además también apareció su amiga Sacha, venía por la calle corriendo, parecía una cabra loca.
Resoplé de manera muy tenue, intenté disimular lo que estaba sintiendo, pero noté que los padres de Emily se sentían incómodos conmigo, quizás enojados por todo lo que le había hecho a su hija hasta ese momento, o quizás estaban muy conscientes de que no somos iguales en nada, ellos son simples granjeros, mientras que la familia Lennox ha sido poseedora de grandes y prestigiosas empresas.
Emily iba a despedir al fotógrafo, pero yo la agarré de la mano y la detuve, ella me miró, yo fingí una sonrisa.
—Cambié de parecer, lo siento, no debí decir esas cosas, es que estoy algo nervioso. —ella me sonrió y me miró con ojos apacibles.
—No te preocupes, es mejor que se vaya.
—No, no, que se quede, que grave este momento.
No sé para qué demonios le dije eso, para mí habría sido mejor que no existieran fotos de esa boda.
***
Mi amigo que es abogado buscó a los testigos de nuestra boda, ellos no nos conocen, pero aceptaron testificar a cambio de efectivo.
Entramos a la sala, yo tenía los anillos en el bolsillo en un estuche, lo saqué y levanté la tapa, luego los dejé sobre el escritorio frente a nosotros, Emily suspiró, vi como su pecho creció y regresó a su tamaño normal, tenía el rostro serio, se veía nerviosa, mientras que yo estaba tan frío como un vampiro que no posee sentimientos.
El juez leyó el acta de matrimonio en voz alta. Aquél momento se sintió eterno, parecía que nunca iba a acabar, me sentí como un niño que está aburrido en misa.
Llegó la hora de firmar, el juez le hizo la pregunta a Emily
—¿Acepta a Charlie David Lennox Campbell como esposo? ¿Promete armarlo…
—Si, lo acepto.
Dijo y me miró con una sonrisa, yo arqueé levemente mis labios hacia arriba, luego él juez me hizo misma pregunta.
—Señor Charlie David Lennox Campbell, ¿acepta como esposa a Emily Olivia Anderson Taylor, promete armarla y respetarla…
Suspiré en silencio antes de responder, allí estaba frente a la mujer que de un momento a otro se convirtió en más importante de mi vida, no porque la amara, sino que es seria mi esposa y madre de mi hijo, yo sabía que eso causaría un gran impacto en mi vida, después de ello no volvería a ser el mismo, aunque me divorciara de ella, sabía que mi vida iba a desviarse de mi carril por un tiempo; pero llegaría el momento en que tendría que enfrentar la verdad y decirle a Emily que no deseo pasar con ella el resto de mi vida.